Desprecio a los ciudadanos
Nadie, nunca, en los m¨¢s de 40 a?os de democracia, se hab¨ªa atrevido a tanto, jam¨¢s se hab¨ªan manoseado tanto las instituciones, se hab¨ªan manejado tanto al antojo del Gobierno, por cierto, en funciones
Nadie, nunca, en los m¨¢s de 40 a?os de democracia, se hab¨ªa atrevido a tanto, jam¨¢s se hab¨ªan manoseado tanto las instituciones, se hab¨ªan manejado tanto al antojo del Gobierno, por cierto, en funciones.
Escribo este art¨ªculo en la ma?ana de un lunes D¨ªa de Reyes, una fiesta familiar se?alada, quiz¨¢s la que m¨¢s. En los dos d¨ªas anteriores, fin de semana, ambos d¨ªas parlamentarios inh¨¢biles y fuera del per¨ªodo de sesiones, se ha celebrado en el Congreso nada menos que la sesi¨®n de investidura para elegir presidente del Gobierno. Como era de esperar, no se alcanz¨® la mayor¨ªa absoluta necesaria y se convoc¨® una segunda sesi¨®n para hoy martes en que se supone alcanzar¨¢ Pedro S¨¢nchez una ajustada mayor¨ªa simple.
Encima, ayer, d¨ªa 6 de enero, se celebra, como cada a?o, la solemne ceremonia de la Pascua Militar presidida por el Rey. Pero, el actual Gobierno en funciones, como ha demostrado otras veces, ?respeta las actividades institucionales del Jefe del Estado? Desde los inicios de su reinado, Felipe VI parece ser la ¨²nica alta autoridad ¡ªjueces aparte¡ª que sabe estar en su sitio y antepone sus deberes constitucionales a todo lo dem¨¢s. El ¨²nico.
?Creen ustedes que es normal, y aceptable desde el punto de vista de las formas, siempre tan importantes en democracia como en todo, que se escojan precisamente estos d¨ªas festivos tan complicados por las tradiciones familiares para investir a un presidente del Gobierno, cuando hace ocho meses que el Gobierno est¨¢ en funciones, se han celebrado dos elecciones generales y parec¨ªa no haber prisa alguna en activar los mecanismos parlamentarios para elegir un Gobierno con plenas capacidades pol¨ªticas? No es normal. ?Ven¨ªa de 15 d¨ªas?
Tras el discurso del candidato ¡ªdecisivo para su investidura, ya que en ¨¦l propone su programa de gobierno a desarrollar en los cuatro previsibles a?os de legislatura y es, precisamente, por las propuestas de este programa, que puede ser controlado por los dem¨¢s partidos parlamentarios¡ª, ?es normal que la Mesa del Congreso solo d¨¦ poco m¨¢s de una hora para que el resto de partidos le interpelen con el fin de que precise los detalles o le critiquen sus posibles incongruencias? ?Hay tiempo para que puedan los grupos parlamentarios realizar esta labor con la eficiencia necesaria para el buen funcionamiento democr¨¢tico?
Uno recuerda con nostalgia las ¨¦pocas en las que el programa del candidato se expon¨ªa por la tarde y la sesi¨®n se reanudaba al d¨ªa siguiente para que los portavoces parlamentarios pudieran preparar debidamente sus intervenciones. O m¨¢s recientemente, ya en ¨¦poca de un funcionamiento democr¨¢tico menguante, tambi¨¦n recuerda cuando el programa se expon¨ªa a primera hora de la ma?ana y la sesi¨®n se reanudaba por la tarde, dando algo de tiempo para reflexionar sobre lo expuesto por el candidato y poder aceptar sus razones o replicarle.
Ahora todo se hace atropelladamente y as¨ª sale: discursos escritos previamente, sin contenido riguroso alguno, plagado solo de insultos e improperios, con unos diputados hooligans que hostigan a los oradores y son un p¨¦simo ejemplo para los ciudadanos. Las discusiones de barra de caf¨¦ son m¨¢s educadas y respetuosas que los debates parlamentarios y las buenas tertulias radiof¨®nicas o televisivas alcanzan una mayor altura intelectual. Hasta ah¨ª hemos llegado.
?Alguien piensa en la Mesa del Congreso que los principios democr¨¢ticos son el fundamento que legitima su actividad o, por el contrario, considera que la Mesa debe ser simplemente la correa de transmisi¨®n de las ¨®rdenes que recibe del partido o de la coalici¨®n mayoritaria? He formulado entre interrogantes esta disyuntiva a efectos ret¨®ricos pero no tengo duda alguna: la Mesa, y en especial su presidenta Meritxell Batet, ejerce sistem¨¢ticamente de correa de transmisi¨®n de las ¨®rdenes que recibe de su partido ¡ªque adem¨¢s son dos, el PSC y el PSOE¡ª, como muestran sus actuaciones recientes ¡ªno solo en este caso sino tambi¨¦n en otros como en los esperp¨¦nticos juramentos de algunos diputados¡ª. Por estos motivos creo que ha dejado de tener la autoridad requerida para ostentar tal cargo, autoridad que sin duda manifestaba en todas sus actuaciones la anterior presidente do?a Ana Pastor.
F¨ªjense que solo he tratado de cuestiones de forma, del mal funcionamiento institucional que empez¨® con la moci¨®n de censura. A veces se dice que es un desprecio a las instituciones y es cierto. Pero sobre todo es un desprecio a los ciudadanos.
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