Un posible allanamiento de morada en el Palau

La Fiscal¨ªa tiene sobre la mesa el informe de los Mossos sobre la arriada de la bandera espa?ola en el Palau de la Generalitat el 3 de enero. Dos folios que informan de los 15 minutos sin la ense?a ondeando en el edificio. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) celebr¨® el gesto y se atribuy¨® la autor¨ªa. El ministerio p¨²blico estudia si en el simb¨®lico proceso de bajar la bandera puede haberse cometido un allanamiento de morada recogido en el art¨ªculo 203 del c¨®digo penal, seg¨²n fuentes judiciales. El delito est¨¢ castigado con hasta un a?o de c¨¢rcel.

La tarde del 3 de enero se hizo p¨²blica la resoluci¨®n de la Junta Electoral Central de inhabilitar al presidente de la Generalitat, Quim Torra, por desobediencia, a pesar de que no existe una sentencia firme. La ANC convoc¨® una manifestaci¨®n en la plaza de Sant Jaume de Barcelona, a las puertas del Palau, que congreg¨® a 2.000 personas.

Torra, reunido de urgencia con su equipo en el edificio, decidi¨® salir a saludar a los congregados y a entregar a la ANC una pancarta a favor de los pol¨ªticos presos igual que la que le cost¨® la inhabilitaci¨®n por negarse a retirarla. La muchedumbre reaccion¨® con fervor al ver salir al presidente de la Generalitat, disput¨¢ndose el sitio por tocarlo. Torra se dio un breve ba?o de masas, y regres¨® al Palau.

Tras esos minutos de empujones y gritos de ¡°president¡±, la ANC anunci¨® que sub¨ªa al Palau a colocar de nuevo la pancarta de los presos en el balc¨®n. Dicho y hecho: una comitiva de la ANC cruz¨® la se?orial entrada central del edificio, sujeta habitualmente a estrictos controles, sin que los Mossos les cerrasen el paso, y colgaron de nuevo la pancarta.

La haza?a fue aplaudida, pero los manifestantes ped¨ªan m¨¢s: que el presidente saludase desde el balc¨®n a la gente. Pero Torra daba en ese momento una rueda de prensa. Ovacionaron su nombre y siguieron expectantes, hasta que a las 21.08, la bandera espa?ola que ondea en la azotea del Palau al lado de la se?era empez¨® a temblar. En un visto y no visto, fue arriada. Algo que no ocurri¨® durante la declaraci¨®n frustrada de independencia de Puigdemont. Los aplausos retumbaron en la plaza de Sant Jaume. La nueva gesta dur¨® unos 15 minutos. A las 21.24 la bandera fue izada de nuevo por unos trabajadores del edificio, seg¨²n fuentes policiales.

El entusiasmo en la ANC se palpaba en la calle. Algunos de sus miembros contaban c¨®mo hab¨ªan subido, hab¨ªan arriado la bandera sin impedimentos, y hab¨ªan regresado a la plaza Sant Jaume. Fuentes policiales aseguran que varios de ellos fueron identificados cuando bajaban tras descolgar la ense?a. Adem¨¢s, el edificio est¨¢ repleto de c¨¢maras de seguridad.

¡°Dif¨ªcilmente podr¨¢ prosperar el delito de allanamiento si la Generalitat no denuncia¡±, afirman fuentes policiales, que dudan de que el episodio tenga recorrido judicial. El ultraje a la bandera tambi¨¦n ha tenido una interpretaci¨®n muy restrictiva en los ¨²ltimos tiempos. ¡°Desgraciadamente, alguien por alguna confusi¨®n entr¨® dentro del Palau de la Generalitat. Se est¨¢ investigando porque eso no puede pasar¡±, asegur¨® Torra en una entrevista en TV3 al d¨ªa siguiente de lo ocurrido. Fuentes de la Fiscal¨ªa muestran todas las cautelas sobre los delitos que se pueda acabar demostrando que se cometieron. Hasta el momento, no hay ninguna persona concreta investigada.

Ese mismo d¨ªa 3 de enero tambi¨¦n fue arriada la bandera espa?ola en el Ayuntamiento de Lleida. La Fiscal¨ªa ha ordenado a los Mossos que investiguen qui¨¦nes son las personas encapuchadas que bajaron la ense?a. El ministerio p¨²blico tom¨® la decisi¨®n despu¨¦s de que Ciutadans presentase una denuncia. Una vez tenga el informe policial, decidir¨¢ si sigue adelante con las diligencias o si las archiva.

La bandera espa?ola que desaparece de un edificio p¨²blico tuvo tambi¨¦n su episodio en Girona el 1 de octubre de 2018. Un grupo de CDR entraron en la sede de la Generalitat en la ciudad, la quitaron y colocaron en su lugar una estelada. Una semana despu¨¦s, al ver que no era repuesta, el PP municipal entreg¨® una bandera nueva a los representantes de la Generalitat. Al d¨ªa siguiente, la rojigualda ondeaba de nuevo.