P¨¢del o huerta: la lucha por la tierra en Esplugues
Los vecinos reclaman para s¨ª unos terrenos que ocupan desde hace d¨¦cadas; la propiedad ya ha empezado los derribos
La mas¨ªa de Can Cervera, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), ha conocido tiempos mejores. Su fachada principal, rosa palo, se mantiene en pie con ayuda de puntales oxidados. Frente a la maltrecha puerta de madera, un coche negro con los cristales reventados sugiere el final abrupto, apocal¨ªptico, de alguna dinast¨ªa burguesa. Al resguardo del edificio neocl¨¢sico crecieron, en los a?os 70 y 80, peque?as construcciones, la mayor¨ªa con techo de amianto, que han sido empleadas para guardar herramientas y animales. Hasta este lunes.
Las m¨¢quinas han empezado a morder el entorno de Can Cervera, un inmenso y apetitoso bocado de terreno sin urbanizar donde, adem¨¢s de los cobertizos, decenas de personas cultivan peque?os trozos de huerta que han convertido en su particular bosque de Sherwood. Ellos tambi¨¦n pueden tener los d¨ªas contados en este rinc¨®n un poco al margen de la ley, a¨²n virgen de edificios, encajonado entre Esplugues y L¡¯Hospitalet y anudado por la Ronda de Dalt.
El Ayuntamiento ha ordenado tirar las casetas de uralita por su estado ruinoso
Despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas de silencio, el propietario de los terrenos ha alzado la voz. Pretende impulsar en precario ¡ªde forma provisional, porque la zona est¨¢ pendiente de calificaci¨®n urban¨ªstica¡ª pistas de p¨¢del y un aparcamiento en el lugar donde ahora est¨¢n las casetas y la huerta. El Ayuntamiento de Esplugues ha ordenado la demolici¨®n de esos trasteros de antes de la ¨¦poca de Bluespace porque su estado es ruinoso, acogen ¡°actividades ilegales¡±, suponen un riesgo para la seguridad de las personas y ponen en peligro la integridad de Can Cervera, declarada patrimonio de inter¨¦s local.
¡°Les estorbamos. Quieren deshacerse como sea de nosotros, por eso nos sacan de mala manera¡±, se queja Manuel Pizarro. Dice que es el m¨¢s viejo del lugar. Hace 34 a?os, se hizo con una de las peque?as construcciones que, como una peque?a ciudad medieval, rodean la fortaleza de Can Cervera. Las paredes son de obra; el techo, de uralita. ¡°Aqu¨ª estaban los antiguos vestuarios del club de f¨²tbol de Can Peguera. Nos los dieron como trasteros a cambio de pagar un recibo para el mantenimiento del club. Yo he utilizado el m¨ªo para guardar herramientas de obra. Este fin de semana las he tenido que sacarlo todo a toda prisa¡±, lamenta.
¡°Les estorbamos. Quieren deshacerse de nosotros de mala manera¡±, dice Pizarro
La gr¨²a empez¨® este lunes a derribar casetas como la de Pizarro, que seg¨²n el informe municipal est¨¢n en estado ruinoso. Su abogada, Susana S¨¢nchez, ha intentado frenar la demolici¨®n, por ahora sin ¨¦xito. S¨¢nchez representa a 25 personas que en su d¨ªa se asentaron sin pedir permiso (y sin que nadie lo impidiera) en peque?as parcelas de tierra en torno a la mas¨ªa. Ahora, se ven expulsados y reclaman la propiedad. Una figura urban¨ªstica (la usucapi¨®n) permite reclamar ese derecho a quienes acrediten una antig¨¹edad de m¨¢s de 20 a?os. Con testigos o documentos. Uno de ellos guarda incluso una denuncia que hizo a la Guardia Civil en 1980 porque le hab¨ªan robado unos ajos.
Pizarro denuncia que la empresa no est¨¢ retirando el amianto como es debido. El Ayuntamiento reconoci¨® en su informe la presencia de fibrocemento, orden¨® a la propietaria el uso de personal y t¨¦cnicas especializadas y asegura que as¨ª lo har¨¢. Este diario ha intentado, sin ¨¦xito, ponerse en contacto con Patrimonial Hefer, que figura como cliente de un proyecto de arquitectura bautizado como ¡°Can Cervera¡± y que prev¨¦ la construcci¨®n de 1.442 metros cuadrados de viviendas en un suelo de 202.000 metros cuadrados. Los trabajos requieren, seg¨²n la web, la ¡°modificaci¨®n¡± de planes urban¨ªsticos.
El primer teniente de alcalde de Esplugues, Eduard Sanz, reconoce el inter¨¦s del consistorio en ¡°urbanizar y reordenar la zona¡±, pero se?ala que un primer proyecto de construcci¨®n de viviendas fue paralizado por la justicia en 2013. Sanz confirm¨® que se est¨¢ tramitando la licencia de actividad para el p¨¢del con independencia de d¨®nde llegue la demanda de los vecinos en los juzgados.
A la reclamaci¨®n se ha sumado Ambrosio Rubio, que cultiva desde hace dos d¨¦cadas la parcela n¨²mero 33, porque aqu¨ª todos los terrenos, entre senderos y frondosas zarzas, est¨¢n delimitados y protegidos por vallas. ¡°En algunos casos han pasado de padres a hijos. Sembramos de todo, tenemos hasta una barraquita para gallos y los domingos hacemos alguna barbacoa. La propiedad nunca nos ha dicho nada. Y ahora nos echan¡±.
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