Tropas del III Reich, de maniobras en La Molina
Un grupo de recreaci¨®n hist¨®rica patrulla por la estaci¨®n de esqu¨ª ataviado con uniformes de soldados alemanes de la Wehrmacht
Cualquiera que estuviera el pasado s¨¢bado en La Molina ¨Cmis dos hermanas y mis respectivos cu?ados, sin ir m¨¢s lejos- podr¨ªa haber tenido un inesperado encuentro con una patrulla de soldados alemanes de la Wehrmacht, como si por un curioso efecto de alteraci¨®n del espacio tiempo el Pirineo catal¨¢n de ahora mismo se hubiera convertido en el frente ruso de la Segunda Guerra Mundial. Ya es raro, hay que convenir, que vayas a esquiar a La Molina y te encuentres de golpe en Stalingrado. Me imagino a mi cu?ado Javier insisti¨¦ndoles a los alemanes que ¨¦l es m¨¢s de Nietzsche que de Tolstoi y recordando - ¡°oigan, Kameraden¡±- que la familia tuvimos parientes en la Divisi¨®n Azul. Vamos una imagen digna de Louis de Funes en La gran juerga o de Monty Python. Los militares del III Reich molineros, pertrechados con todo lo necesario para batallar en condiciones invernales, marchaban sin embargo de buen rollo, seg¨²n los testimonios, m¨¢s en plan picnic que pensando en combatir a los partisanos o atrincherarse y luchar hasta el ¨²ltimo hombre ante un ataque del Ej¨¦rcito Rojo con muchos tanques T-34 y muchos ¡°?hurra!¡±, algo sin duda ins¨®lito en la Pista Larga.
¡°?Has visto las fotos de los soldados alemanes en La Molina?, vas a flipar¡±, me avis¨® Joan S¨¢nchez, que me conoce bien. Efectivamente, las fotos (?la Wehrmacht en Instagram, d¨®nde iremos a parar!), son sensacionales. Si hasta estoy pensando en volver a esquiar. Casi en el mismo punto donde una vez, durante una excursi¨®n con raquetas, nos dejamos caer sobre la nieve In¨¦s, Santi, Graziella y yo para dar cuenta de una botella de Mo?t y unas crudit¨¦s port¨¢tiles, yac¨ªan desparramados un grupo de soldados que no deber¨ªan estar all¨ª, algunos con uniforme de camuflaje, todos con sus cascos de acero y sus armas, incluidos, reconoc¨ª, granadas de palo, metralletas Schmeisser, fusiles de asalto Sturmgewehr StG 44 y un lanzacohetes Panzerfaust. La conjunci¨®n de soldados alemanes y monta?as nevadas, aparte de que te puede llevar a confundir la Masella con el Berghof, es muy sugerente: remite a El desaf¨ªo de las ¨¢guilas y Los h¨¦roes de Telemark, dos de mis pel¨ªculas b¨¦licas favoritas. Ya me imaginaba en el techo del telecabina del Niu de l¡¯Aliga (el nombre, si se piensa bien, es puro Alistair MacLean) agarr¨¢ndome con el piolet como Richard Burton y vestido como ¨¦l con el uniforme de Gebirgsj?ger, las tropas de monta?a cuyo emblema era la edelweiss. O avanzando por la Alabaus perseguido por esquiadores nazis como Kirk Douglas en Noruega.
En fin, ?qu¨¦ diablos hac¨ªan soldados de la Wehrmacht en La Molina? Resultaron ser miembros de la Asociaci¨®n Catalana de Coleccionismo de Uniformes Hist¨®ricos (ACCUH) en una de sus salidas habituales. La ACCUH tiene por objetivo fomentar la afici¨®n del coleccionismo relacionado con la historia militar y su expresi¨®n en la actividad tan de moda de la reconstrucci¨®n hist¨®rica, lo que los anglosajones denominan historical reenactment y que consiste en reunirse para, en vez de ir a pescar o al f¨²tbol, reproducir escenas b¨¦licas.
¡°?ramos nosotros, s¨ª, fue una peque?a parte de la secci¨®n Alemana de la asociaci¨®n¡±, me confirma uno de los responsables de la ACCUH, Fernando V¨¢zquez. ¡°Cada a?o cuando hay nieve se aprovecha para hacer una recreaci¨®n por all¨ª. Para recrear el frente ruso hace falta nieve, y lo m¨¢s cerca es La Molina¡±. Mucha gente se preguntar¨¢ qu¨¦ es exactamente lo que hacen. En esencia, se ponen los uniformes, cuidando mucho de ir correctamente vestidos, para no fallar a la exactitud hist¨®rica, incluida la ropa interior, y salen de paseo, en este caso, explica Juan Mart¨ªnez de Santiago, uno de los que participaban, en formato de patrulla alemana, "del 44? regimiento de granaderos en un bosque ruso en 1944". Se suelen dar a s¨ª mismos identidades al efecto: no te vas a llamar Jordi si eres un granadero Panzer. "No, en la patrulla hab¨ªa un Hans, un Karl, un J¨¹rgen... Algunos se crean un personaje y hasta una vida entera, como ser granjero en Turingia; para mayor verosimilitud hay quien lleva en el bolsillo fotos de sus supuestos familiares". Por el camino almuerzan (esta vez "carne enlatada y salchicas, nada de Schnaps, desgraciadamente") , siempre tratando de ajustarse a la ¨¦poca en el tipo de utensilios y alimentos. El ej¨¦rcito alem¨¢n en Rusia viv¨ªa mucho de lo que consegu¨ªa sobre el terreno, as¨ª que espero que mis hermanas no se dejaran la puerta de casa abierta, y a Patricia no le hayan birlado la mermelada.
Explica V¨¢zquez que la secci¨®n Alemana tambi¨¦n recrea al Afrika Korps, pero, claro, ya no en La Molina. ?En la playa? ¡°No, vamos a los Monegros¡±. El recreador asegura que tratan de ser discretos y pasar desapercibidos. Es verdad que no llevan tanques Tigre, pero ?puede pasar desapercibida una unidad de la Wehrmacht en La Molina?, hombre quiz¨¢ en Garmish-Partenkirchen... ¡°Bueno, vamos poca gente, en este caso eran media docena, procuramos no incordiar¡±. Eso s¨ª que es actitud y no invadir Polonia. ?C¨®mo reacciona la gente cuando los ve?, ?se alarman? ¨Cal cabo son tropas de Hitler-, ?levantan las manos? ¡°Normalmente no hay ning¨²n problema, las personas que nos encontramos nos preguntan de qu¨¦ va, por supuesto. Y nosotros les informamos. Yo siempre llevo tr¨ªpticos de la asociaci¨®n y los reparto. Solemos despertar un sano inter¨¦s¡±. La verdad yo me encuentro en la Comella a un Obergefreiter (cabo primero) en uniforme de combate tendi¨¦ndome un tr¨ªptico y pienso que me he dado un golpe con la barra del telesilla. V¨¢zquez comenta que hay gente ¨Cdeben ser los que no han hecho la mili ni le¨ªdo nunca Haza?as B¨¦licas ni visto Los ca?ones de Navarone- que creen que son la Guardia Civil o el Ej¨¦rcito espa?ol de maniobras. Curiosamente, les parece menos alarmante que sea la Wehrmacht.
Fernando V¨¢zquez me recalca que en la asociaci¨®n hay grupos que recrean toda clase de ej¨¦rcitos de la Segunda Guerra Mundial (a veces ¡°por exigencias del guion¡± hacen de Waffen SS, ¡°y tambi¨¦n de NVKD¡±, a?ade r¨¢pido, la temida polic¨ªa pol¨ªtica sovi¨¦tica). La secci¨®n Aliada recrea a un grupo de Rangers del D¨ªa D y a la 101 Airbone (no toda). Tambi¨¦n son capaces de recrear unidades de la guerra de Vietnam. De hecho, los aficionados suelen tener indumentarias de los distintos bandos. Vamos que un d¨ªa puedes ser tanquista alem¨¢n y al d¨ªa siguiente un republicano de la Nueve, la c¨¦lebre unidad de la II Divisi¨®n de Leclerc. ¡°Todos hacemos de todo¡±. Juan es a veces soldado sovi¨¦tico y pr¨®ximamente ser¨¢ combatiente repubilicano en el Jarama. El mismo V¨¢zquez se pone unas veces el uniforme alem¨¢n ¨Ctiene varios pero queda realmente espectacular como oficial de la Kriegsmarine y el porte de su comandante de submarino lo envidiar¨ªa hasta Prien- y otras es un militar estadounidense o un aviador brit¨¢nico. Le comento que por mucho menos travestismo militar fusilaban en las Ardenas a los hombres de Skorzeny. A ellos, los de la asociaci¨®n, los uniformes y los complementos les cuestan una pasta. Un uniforme alem¨¢n completo te puede salir por 1.500 euros para arriba (y m¨¢s si quieres portar un bazuka Panzerschreck). Luego te lo vas adaptando poco a poco, a?adiendo cosas. Utilizan elementos originales o r¨¦plicas de calidad, bien documentadas. Las armas, inutilizadas, cuentan con permisos, las que son piezas hist¨®ricas reales, y control de mossos o Guardia Civil. A veces la gente se entusiasma y se asciende grados por encima de lo veros¨ªmil, o se condecoran mucho. ¡°Cuidamos eso, no puede haber una patrulla con diez generales o una unidad en la que todos lleven la Cruz de Hierro, al menos en las recreaciones, luego en casa que cada uno haga lo que quiera¡±.
A veces la gente se entusiasma y se ascienden grados por encima de lo veros¨ªmil, o se condecoran mucho. ¡°Cuidamos eso, no puede haber una patrulla con diez generales o una unidad en la que todos lleven la Cruz de Hierro"
La ACCUH no se limita al ocio privado y ha colaborado en varias producciones cinematogr¨¢ficas y televisivas, como El fot¨®grafo de Mauthausen, The trench o L¨¢grimas rojas y tambi¨¦n en actividades como el Sal¨®n del C¨®mic o programas did¨¢cticos en museos y escuelas. El a?o pasado los invit¨® el gobierno franc¨¦s para participar en los actos con motivo del 75? aniversario de la liberaci¨®n de Par¨ªs. En esa ocasi¨®n no iban de alemanes (no hubieran sido bien recibidos) sino de republicanos espa?oles de la Nueve.
A V¨¢zquez y a otros miembros de la ACCUH les preocupa mucho que se les juzgue mal por su afici¨®n. La asociaci¨®n controla estatuariamente que no se haga ning¨²n tipo de apolog¨ªa pol¨ªtica o ideol¨®gica. ¡°Somos los primeros interesados en que no se nos cuele nadie raro¡±. De hecho, conmigo V¨¢zquez no se abri¨® del todo hasta ver que era inofensivo. Le expliqu¨¦ que me gusta mucho disfrazarme, que tengo un casco alem¨¢n que me regal¨® Romeu y que guardo en el armario una guerrera (feldbluse) de oberleutnant (teniente) de infanter¨ªa que distraje del rodaje del remake de Los h¨¦roes de Telemark en 2014 en Rjukan (Noruega), y que es una de mis posesiones m¨¢s preciadas (espero que el robo haya prescrito) porque con ella puesta me recuerdo a Marlon Brandon en El baile de los malditos. Tambi¨¦n confraternizamos al descubrir que hab¨ªamos estado en un campo de batalla juntos (yo como periodista), durante el rodaje en 2011 de la coproducci¨®n de TV3 Tornarem, con semiorugas y bombazos y todo, en Caldas de Montbui.
Mart¨ªnez a?ade que en la asociaci¨®n "hay de todo, gente de derechas, de izquierdas y hasta alg¨²n miembro de los CDR, pero nada de eso cuenta cuando estamos de recreaci¨®n, las ideas se dejan fuera". En cuanto a las ocupaciones, el microcosmos de la patrulla de La Molina es un ejemplo: iban un enfermero, dos funcionarios, un dependiente, un cocinero...
?Qu¨¦ hace que gente madurita se ponga uniforme de una guerra del pasado y salga por esos mundos de Dios?, le pregunt¨¦ a V¨¢zquez pensando en m¨ª mismo. ¡°Es una actividad inmersiva y que te permite viajar mucho, as¨ª como desarrollar tu inter¨¦s por la historia de una manera pr¨¢ctica; si te gusta la historia es lo m¨¢s parecido a vivirla¡±. Tiene un punto de juego, bueno, al menos de juego de los de antes, pre Colau. ¡°Es cierto, pero ?a qui¨¦n no le gusta volver a ser ni?o?; en realidad es como cualquier otro hobby, y no de los m¨¢s raros, hay gente que lanza hachas o celebra fiestas de vampiros en el Raval o hace de sirena¡±.
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