Antonia Urrejola, excanciller de Chile: ¡°Oper¨® en mi contra un grupo de inter¨¦s empecinado en hacerme la vida imposible¡±
Simpatizante socialista y expresidenta de la CIDH, la abogada habla por primera vez desde que hace un mes el presidente Gabriel Boric la reemplaz¨® como ministra de Relaciones Exteriores. ¡°En el mundo de la pol¨ªtica exterior sigue existiendo misoginia¡±, analiza en entrevista con EL PA?S
La abogada chilena Antonia Urrejola (54 a?os, Santiago) opt¨® por guardar silencio desde que hace un mes, el 10 de marzo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, decidi¨® descabezar el ministerio de Relaciones Exteriores que ella lideraba desde el primer d¨ªa de la Administraci¨®n de izquierda. El ma...
La abogada chilena Antonia Urrejola (54 a?os, Santiago) opt¨® por guardar silencio desde que hace un mes, el 10 de marzo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, decidi¨® descabezar el ministerio de Relaciones Exteriores que ella lideraba desde el primer d¨ªa de la Administraci¨®n de izquierda. El mandatario la removi¨® como canciller junto a sus dos subsecretarios ¨Clos que le siguen en el organigrama de la cartera¨C, en un hecho inusual. Fue la soluci¨®n de Boric en un ministerio poco habituado a las tensiones tan p¨²blicas. Dej¨® su cargo ella, cercana al Partido Socialista, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Ximena Fuentes, del Frente Amplio, y el subsecretario de Relaciones Econ¨®micas Internacionales, Jos¨¦ Miguel Ahumada, amigo del propio presidente, que se opuso constante y p¨²blicamente a la l¨ªnea hist¨®rica de la pol¨ªtica exterior chilena respecto de los tratados comerciales, en materias clave como la firma del TPP11.
Se habl¨® de tensiones ideol¨®gicas. Los analistas dijeron que tal vez la ¨²nica culpa de Urrejola ¡°pudo ser no detener de un golpe la guerrilla que le declar¨® su equipo de subsecretarios y, tal vez, no haberse dado cuenta de eso a tiempo¡±.
De los cuadros t¨¦cnicos de los gobiernos de la Concertaci¨®n de centroizquierda, en 2021 presidi¨® la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la que form¨® parte desde 2018. Su voz se escuch¨® fuerte respecto de reg¨ªmenes como el de Nicaragua. En esta conversaci¨®n se le ve tranquila, aunque tal vez cansada. ¡°Fue un a?o m¨¢s intenso de lo que me imaginaba, sin parar. Estoy repensando mi futuro, porque me sigue gustando mucho lo internacional, los derechos humanos y los organismos multilaterales. Me lo he tomado con calma, tratando de descansar¡±, cuenta a EL PA?S en la campestre y arbolada terraza de su casa de la zona oriente de Santiago.
Pregunta. ?Cu¨¢l es su sabor de boca tras su a?o en Canciller¨ªa?
Respuesta. Tengo sabores contradictorios. Por una parte, tengo la satisfacci¨®n de haber contribuido decididamente a la mejora y actualizaci¨®n de la pol¨ªtica exterior de Chile. La agenda y los acentos estrat¨¦gicos en Relaciones Exteriores instalados desde el inicio del Gobierno del presidente Boric, hoy siguen siendo los mismos. Elegimos el camino de la defensa frontal de la democracia y los derechos humanos como una forma de promover los intereses de Chile en el actual contexto mundial, particularmente frente a los desaf¨ªos que enfrentamos. Trabajamos hacia el interior de Canciller¨ªa no s¨®lo en la agenda interna de la pol¨ªtica feminista, sino en lo que implic¨® un relevo generacional que, sin duda, era necesario. Pero, por otra parte, nunca imagin¨¦ que iba a tener tanta resistencia.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Era una dicotom¨ªa salir al extranjero y ver el reconocimiento de Chile y al propio presidente Boric ¨Cno solo en la regi¨®n, sino en Europa¨C, y regresar al pa¨ªs y recibir tanta cr¨ªtica gratuita e infundada. La resistencia que sufr¨ª en Chile sobrepas¨® todos los l¨ªmites. Entiendo el debate y las cr¨ªticas pol¨ªticas, pero eso se transform¨® en cr¨ªticas personales, acoso, inventos a trav¨¦s de la prensa. La guinda de la torta fue lo que ocurri¨® en febrero durante los incendios forestales.
P. Se le critic¨® por estar de vacaciones en medio de la crisis.
R. Fui portada de peri¨®dicos por ser la canciller que estaba de vacaciones, cuando el trabajo que me correspond¨ªa como ministra de Relaciones Exteriores era llamar a mis pares para coordinar la ayuda internacional, lo que se puede hacer desde cualquier lugar del mundo. Por lo dem¨¢s, yo hab¨ªa tomado la decisi¨®n de volver antes del esc¨¢ndalo por la prensa. Pero todo este episodio me hizo comprender que oper¨® en mi contra un grupo de inter¨¦s empecinado en hacerme la vida imposible. Esa es la verdad.
P. ?A qui¨¦n se refiere cuando habla de grupo de inter¨¦s?
R. Es una mezcla de factores. Por una parte, siempre en la Canciller¨ªa hay grupos que no est¨¢n contentos con el canciller de turno. Es normal.
P. Todos los periodistas de Canciller¨ªa sab¨ªan que en su per¨ªodo hab¨ªa muchas filtraciones...
R. Lamentablemente, existieron muchos inventos y trascendidos de conflictos y de crisis, que en realidad no exist¨ªan y fueron divulgados por algunos medios cuya motivaci¨®n era oponerse a los cambios que est¨¢bamos haciendo. Pero, por otra parte, existe un grupo fuera de la Canciller¨ªa de personas vinculadas a los temas internacionales a quienes incomod¨® la renovaci¨®n y modernizaci¨®n que nos propusimos llevar adelante. Han manejado la pol¨ªtica exterior y tienen una relaci¨®n de hace muchos a?os entre ellos, independientemente del color pol¨ªtico y sus diferencias. Es un n¨²cleo que yo descubr¨ª que era mucho m¨¢s cerrado de lo que me imaginaba. Y aunque conozco a mucha de esa gente desde mi juventud, trabaj¨¦ con muchas de esas personas, fue un grupo que me vio como outsider y que se resisti¨® a un nuevo concepto de pol¨ªtica exterior.
P. ?Qu¨¦ buscaba usted?
R. Soy una convencida de que la pol¨ªtica exterior es una pol¨ªtica de Estado, sin duda, que hay valores que son intangibles. Pero tampoco la pol¨ªtica exterior es inamovible o neutral y tiene que responder a los problemas internos del pa¨ªs, como a su vez los desaf¨ªos que est¨¢ viviendo el mundo. El esfuerzo que yo hice, encomendada por el presidente, fue incorporar nuevos ejes, sin dejar de lado lo que tradicionalmente se reconoce como pol¨ªtica exterior. Escuch¨¦ muchas veces a muchas de estas personas mirar con desprecio cuando yo hablaba de estos nuevos ejes, como la pol¨ªtica exterior feminista y la pol¨ªtica turquesa, que contempla objetivos y prioridades que deben contribuir al posicionamiento de Chile como un actor relevante en la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, la protecci¨®n del oc¨¦ano y los ecosistemas.
P. Se la critic¨® por su especialidad en derechos humanos, pero no en relaciones exteriores.
P. S¨¦ mucho de pol¨ªtica exterior. Pero este grupo m¨¢s tradicional del que hablo, mira estos asuntos con el prisma de lo que fue el inicio de la democracia en 1990, cuando nuestro pa¨ªs estaba totalmente aislado. En un Gobierno como el actual y en un mundo tan cambiante, sin embargo, mi deber como canciller fue interpretar la realidad con los ojos de hoy, no con la mirada de hace 30 a?os.
P. ?Se refiere a las posiciones como las del actual senador Jos¨¦ Miguel Insulza, socialista como usted, que lider¨® la Canciller¨ªa en los noventa, con el que usted trabaj¨® luego en la OEA?
R. El contenido y tono de sus cr¨ªticas me sorprendieron, la verdad. La Canciller¨ªa tiene un consejo de excancilleres con el que nos reunimos tres o cuatro veces en 2022. Ellos me dijeron que era un espacio para apoyarse. Pero yo no recuerdo ¨Cy se los dije¨C que entre ellos se hayan mandado constantemente mensajes por la prensa como lo hicieron conmigo.
P. ?Lo habl¨® con ellos?
R. En una de las ¨²ltimas reuniones me manifestaron su preocupaci¨®n porque no exist¨ªa una pol¨ªtica exterior de Estado y que las encuestas en Chile mostraban que ¨¦ramos un desastre. Yo les dije: ¡°Obvio que es la imagen que hay internamente cuando un conjunto de actores de la pol¨ªtica exterior se dedican a mandar mensajes por la prensa¡±. Otra cosa es la necesaria y leg¨ªtima cr¨ªtica pol¨ªtica, como lo hizo la excanciller Soledad Alvear [del Gobierno de Ricardo Lagos] o el excanciller Teodoro Ribera [del presidente Sebasti¨¢n Pi?era].
P. ?Esto contribuy¨® a la imagen de caos en el ministerio?
R. Fue justamente esto lo que gener¨® la imagen de caos en la Canciller¨ªa.
P. ?Se sinti¨® v¨ªctima de paternalismo?
R. S¨ª, yo lo sent¨ª as¨ª. En el mundo de la pol¨ªtica exterior, ll¨¢mese canciller¨ªas u organismos internacionales, sigue existiendo misoginia. Se hablaba de que yo era novata, cuando tengo 54 a?os y un curr¨ªculum que da muestras de mi carrera en materia internacional, aunque no sea parte de ese club que ha ido creciendo al alero de la Canciller¨ªa chilena. Yo no creo que con un hombre con un curr¨ªculum como el m¨ªo todo esto hubiera ocurrido.
P. En enero pasado se conoci¨® p¨²blicamente un audio de usted y de su equipo en donde se hablaba, entre otros, del embajador de Argentina en Chile.
R. El episodio fue doloroso en t¨¦rminos personales ¨Cpor la periodista de Canciller¨ªa que lo envi¨®¨C y porque la circulaci¨®n de ese audio no solo gener¨® da?o a las personas nombradas, sino a las que estaban presentes en la reuni¨®n, varios de ellos funcionarios de carrera. Hasta el d¨ªa de hoy yo me pregunto: ?Si yo hubiera sido un hombre y hubiese salido un audio de una conversaci¨®n privada no autorizada que se divulg¨® por error a la prensa, la reacci¨®n hubiera sido la misma, donde el debate se centr¨® en el tono de la conversaci¨®n filtrada?
P. ?Qu¨¦ cree?
R. Yo creo que no, porque lo realmente grave ac¨¢ fue que se grab¨® sin mi autorizaci¨®n una conversaci¨®n privada de la canciller con sus asesores y encima se divulg¨®, por error o por las razones que sean. No me quiero meter en las intencionalidades ?¨Caunque sigo pensando que fue por error¨C, porque hay un sumario y una investigaci¨®n del Ministerio P¨²blico. El debate en Chile, sin embargo, fue sobre el tono de las conversaciones, que mi jefa de Gabinete dec¨ªa garabatos y que no se deb¨ªa hablar as¨ª en la Canciller¨ªa, aunque era una conversaci¨®n privada de mi equipo de trabajo.
P. Esa grabaci¨®n, quiz¨¢, revel¨® una forma un poco liviana de tomar decisiones importantes.
R. No se estaba tomando ninguna decisi¨®n importante, sino que fue una conversaci¨®n por la ma?ana donde se coment¨® la contingencia del d¨ªa. Porque, obviamente, las decisiones importantes no se toman as¨ª en la Canciller¨ªa.
P. ?C¨®mo interfiri¨® el propio presidente en los ruidos de su ministerio, como en el nombramiento de embajadores? Design¨® a muy cercanos suyos en Brasil y Espa?a, donde hubo pol¨¦micas.
R. Est¨¢ dentro de las facultades de los presidentes y siempre hay controversias.
P. Cuando asumi¨® la presidencia, el presidente Boric culp¨® al rey de Espa?a del retraso en la ceremonia.
R. Con respecto a lo del rey de Espa?a, fue parte del aprendizaje y no solo en Relaciones Exteriores, sino en general en su papel como presidente: cuidar m¨¢s las palabras.
P. En septiembre se vivi¨® un bochorno diplom¨¢tico, cuando el presidente decidi¨® ¨Ccontra su opini¨®n¨C no recibir las cartas credenciales del embajador israel¨ª en Chile por la muerte del adolescente palestino en Cisjornadia.
R. Fue un tema complejo para m¨ª y para el presidente, no lo podemos desconocer.
P. ?Se esperaba su salida del Gabinete?
R. La verdad, no lo esperaba. Yo recib¨ª constantemente el respaldo del presidente y no imagin¨¦ que saldr¨ªa, a pesar de que tambi¨¦n estaba consciente de que estaba debilitada por el episodio del audio.
P. ?Qu¨¦ fue lo m¨¢s duro de su gesti¨®n?
R. El episodio con Claudio Grossman [el abogado que en julio fue desestimado por el Gobierno para postular a la CIJ de La Haya]. Lo conozco a ¨¦l, a su familia, ¨¦l me ayud¨® mucho. Pero fue una decisi¨®n que tuve que tomar como canciller de acuerdo a criterios de pol¨ªtica exterior, no a criterios personales.
P. ?Lleg¨® a presentar su renuncia en alg¨²n momento?
R. No. Pero convers¨¦ un par de veces con el presidente y le expliqu¨¦ que yo necesitaba algunos cambios o algunos giros en determinadas decisiones para poder seguir trabajando.
P. ?Por qu¨¦ no pidi¨® m¨¢s fuertemente la salida de sus subsecretarios, o de alguno de ellos, frente a esta guerrilla interna?
R. Tuve muchas conversaciones con el presidente y son temas que no corresponde comentar. Pero guerrilla, en todo caso, no hubo. Siempre estas relaciones son complejas porque hay visiones distintas y porque a los subsecretarios los nombra el presidente. Entonces, si no est¨¢n de acuerdo con las instrucciones del ministro, no es determinante, porque entienden que le deben su cargo al presidente.
P. ?Qu¨¦ fall¨®??Cu¨¢l es su autocr¨ªtica?
R. El acoso afect¨® el trabajo interno. Y una autocr¨ªtica a mi y a mi equipo, lo que incluye a los subsecretarios: tuvimos una mala gesti¨®n comunicacional. No supimos comunicar lo que est¨¢bamos haciendo y pasamos a ser una Canciller¨ªa reactiva a las bombas que aparec¨ªan, algunas inventadas y otras no.
P. ?No cree que el problema para usted, m¨¢s que fuera, estaba dentro de la Canciller¨ªa?
R. Es una mezcla. Pero Jos¨¦ Miguel [Ahumada] parti¨® con una posici¨®n muy dogm¨¢tica y luego fue cediendo. Fue un aprendizaje de ¨¦l, aunque no desconozco que sus posiciones causaron revuelo pol¨ªtico y que yo deb¨ªa responder por ello, porque ten¨ªa que salir yo a explicar. Es importante se?alar, sin embargo, que Jos¨¦ Miguel [Ahumada] ten¨ªa el respaldo del presidente en estos temas, como el TPP11. Y quiero aclarar: ni con Ximena [Fuentes] ni con Jos¨¦ Miguel [Ahumada] terminamos ni en guerra ni peleados ni mucho menos, con todas las diferencias que tuvimos.
P. Usted parece no ser nada rencorosa.
R. Hay gente que me ha dicho eso, como si fuera una debilidad. Me han dicho que yo fui muy ¡°buena¡±, que mientras fui ministra no hice maldades. Reconozco que conf¨ªo mucho en la gente. Y uno de los aprendizajes como canciller fue justamente saber que no todo el mundo es as¨ª.