Gabriel Boric, la esperanza que no despega
El presidente de Chile cumple su primer a?o al frente de un Gobierno marcado por su compleja instalaci¨®n y dificultades estructurales, como la derrota de su reforma tributaria
El presidente chileno, Gabriel Boric, de 37 a?os, cumple su primer a?o en La Moneda este s¨¢bado. Han sido 12 meses complejos para el l¨ªder de una nueva generaci¨®n de izquierdas, el Frente Amplio, que lleg¨® al poder a solo una d¨¦cada de haber irrumpido en la escena chilena como l¨ªderes estudiantiles, en 2011. Junto a sus compa?eros de ruta, Boric represent¨® la promesa de la renovaci¨®n pol¨ªtica, luego de tres d¨¦cadas desde el retorno a la democracia lideradas por los rostros de la transici¨®n. Las altas expectativas, sin embargo, chocaron pronto con reiterados errores y falta de experiencia pol¨ªtica dentro del Gobierno. La popularidad del presidente est¨¢ en un 35%, de acuerdo a la encuestadora Cadem que lo mide semana a semana, aunque toc¨® un piso de un 25% en enero. La dificultad de llegar a acuerdos con un Congreso fragmentado, donde el oficialismo no tiene mayor¨ªas, ha ayudado a constituir un panorama complejo. Pero lo que result¨® definitivo fue el resultado del plebiscito constitucional del 4 de septiembre pasado, cuando un 62% de los chilenos rechaz¨® rotundamente la propuesta transformadora de nueva Constituci¨®n, que Boric y los suyos apoyaban. Fue el hito que marc¨® tempranamente a la actual Administraci¨®n chilena, en la que los cargos fundamentales del Gabinete est¨¢n ahora en manos de los socialistas, la izquierda moderada.
¡°Su estilo de gesti¨®n, a ratos dominado por los impulsos, estuvo marcado desde un comienzo por carecer de toda coordinaci¨®n y de una agenda precisa en materia de prioridades. A los pocos d¨ªas de asumido el Gobierno de Boric quedaron en evidencia los problemas de conducci¨®n, de manejo y la falta de experiencia de varios de sus ministros¡±, opina Octavio Avenda?o, polit¨®logo y acad¨¦mico de la Universidad de Chile.
El presidente ha realizado gestos importantes, en sinton¨ªa con los nuevos tiempos, en especial con los j¨®venes y las mujeres, que siguen siendo su respaldo. Conform¨® hace un a?o un Gabinete con 14 mujeres y 10 hombres, en una tendencia que ha corregido hacia la paridad total en el cambio de Gobierno de este viernes. En lo p¨²blico, resulta popular la imagen del mandatario con los ni?os, con los que tiene gran afinidad, y la forma en que ha abordado asuntos como la salud mental. El propio Boric ha sufrido enfermedades de esta esfera en otras ¨¦pocas, lo que ha contado sin ning¨²n trauma, y ha logrado leyes como la que garantiza la inclusi¨®n social, la atenci¨®n integral y la protecci¨®n de las personas con espectro autista. Concret¨® una medida importante en beneficio de 5,3 millones de chilenos: la gratuidad de la red p¨²blica de salud. En lo internacional, ha sido capaz de alzar la voz contra reg¨ªmenes como el de Venezuela y Nicaragua, pese a las presiones internas de sus aliados del Partido Comunista. Pero si fuera de las fronteras el mandatario brilla en reuniones con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y la renunciada primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern ¨Cuna nueva generaci¨®n del progresismo internacional¨C, puertas adentro se vive una realidad diferente.
Boric ha debido lidiar con un hecho in¨¦dito desde el retorno a la democracia, dos coaliciones dentro de un mismo Gobierno. Tiene a su alianza de origen, constituida por el Frente Amplio y el Partido Comunista, y, por otro lado, el Socialismo Democr¨¢tico, compuesto por los socialistas y otras formaciones moderadas que fueron parte de la Concertaci¨®n de centroizquierda, la que lider¨® Chile entre 1990 y 2010, tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet. Ha habido intentos de unir a ambas almas oficialistas, pero existen demasiadas diferencias. Las contradicciones ideol¨®gicas, incluso en un mismo ministerio, como el de Relaciones Exteriores, han sido frecuentes en este primer a?o en que Boric ha debido, con dolor, deshacerse de algunos de sus compa?eros de generaci¨®n del primer anillo de La Moneda.
¡°El Frente Amplio y el presidente est¨¢n insertos en el dilema de ser al mismo tiempo revolucionarios e institucionales, subversivos y oficiales¡±, opina Mar¨ªa Jos¨¦ Naudon, abogada y analista pol¨ªtica. ¡°Su movimiento hacia el centro tras la derrota en el plebiscito constitucional del 2022 tiene episodios muy contradictorios¡±.
El Gobierno de Boric ha tenido que cambiar el rumbo muchas veces y contradecir sus definiciones anteriores. Lo de mayor evidencia ha sucedido en materia de seguridad p¨²blica, donde se registra uno de los principales desaf¨ªos de esta Administraci¨®n de izquierda. Este asunto no estaba entre los ejes del programa con que el mandatario lleg¨® al poder en marzo de 2022, pero actualmente se ha convertido en la principal prioridad. Es a lo que est¨¢ dedicada principalmente la ministra del Interior, Carolina Toh¨¢, una profesional de la pol¨ªtica que cumpli¨® diferentes funciones en los gobiernos de centroizquierda.
En la vereda de enfrente, la oposici¨®n, tiene a una derecha tradicional liderada por algunos dirigentes j¨®venes, menos conservadores, m¨¢s abiertos a un Chile m¨¢s moderno y menos desigual. En estos meses han existido momentos de grandes acuerdos, como cuando este sector honr¨® su compromiso de seguir adelante con el proceso constituyente, pese a la derrota del texto en el plebiscito de septiembre. Pero en la oposici¨®n se viven guerras internas entre las formaciones tradicionales y las fuerzas extremas, como el Partido Republicano. Este hecho empuja a los partidos cl¨¢sicos a un endurecimiento de sus posiciones con miras a no perder electorado por la derecha.
¡°Si el Gobierno no logra dialogar con la oposici¨®n y reflejar ese di¨¢logo en ajustes concretos, las ca¨ªdas pueden ser cada vez m¨¢s frecuentes. El riesgo es una inactividad que solo se justifique culpando a la oposici¨®n y que termine con un Gobierno sin logros que mostrar. El desaf¨ªo ser¨¢ sin duda c¨®mo recorrer ese camino sin perder una identidad que es relevante en el corto plazo y en t¨¦rminos electorales¡±, comenta Naudon, acad¨¦mica de la Universidad Adolfo Ib¨¢?ez (UAI).
Este primer aniversario encuentra a La Moneda con un nuevo Gabinete, donde Boric ha removido a cinco ministros, entre ellos a su canciller. En la l¨ªnea con su complejo primer a?o, el Gobierno enfrenta d¨ªas dif¨ªciles: el mi¨¦rcoles, los diputados echaron abajo su proyecto de reforma tributaria que apenas comenzaba su tr¨¢mite legislativo. Es un golpe fuerte para el Ejecutivo, porque pretend¨ªa recaudar el 3,6% del PIB para costear el programa de Gobierno y deja sin financiamiento promesas relevantes para la ciudadan¨ªa. El fracaso legislativo representa una pu?alada para una Administraci¨®n que levantaba la cabeza en materia econ¨®mica con se?ales recientes de recuperaci¨®n. ¡°A todas luces, se frustra la posibilidad de financiar buena parte de la agenda social, as¨ª como iniciativas en salud, previsi¨®n social y educaci¨®n. A ello se agrega lo que ha sido el punto m¨¢s d¨¦bil del Gobierno: el combate contra la delincuencia¡±, analiza el polit¨®logo Avenda?o.
Lo que viene no resulta evidente. Boric tiene por delante tres a?os en el poder y, en lo inmediato, una elecci¨®n relevante en el horizonte: el 7 de mayo, la ciudadan¨ªa deber¨¢ elegir a los 50 miembros del consejo que redactar¨¢ una propuesta de nueva Constituci¨®n, en el segundo intento de Chile en cuatro a?os por reemplazar la Carta Magna de Pinochet, reformada muchas veces en democracia. Este clima de campa?a solamente ayuda a tensionar la din¨¢mica pol¨ªtica en el Chile de Boric, una esperanza que no despega.
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