La natalidad como problema pol¨ªtico
La baja en la natalidad es un problema pol¨ªtico, y por lo mismo, debiera concitar mayor atenci¨®n de parte de nuestras instituciones y dirigentes, conservadores y progresistas
Es una notable casualidad que, mientras se discute una reforma previsional que busca introducir mayores cuotas de reparto, tambi¨¦n se publiquen los datos de natalidad del a?o 2023. En una tendencia apenas interrumpida por el a?o 2022, los nacimientos han disminuido sostenidamente en la ¨²ltima d¨¦cada. Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªsticas, la poblaci¨®n chilena se encuentra en una etapa avanzada de envejecimiento demogr¨¢fico. Sobra decir que este es un proceso casi imposible de revertir en el corto plazo; y que la inmigraci¨®n no logra paliar el d¨¦ficit de nuevos nacimientos, por m¨¢s que algunos quieran pensar que la soluci¨®n pasa por hacer ingresar m¨¢s gente al pa¨ªs. El diagn¨®stico general es claro: nace cada vez menos gente y la poblaci¨®n envejece.
La inquietud aplica para las pensiones, ciertamente, pues cualquier forma de solidaridad intergeneracional supone transferir recursos desde la poblaci¨®n en edad de trabajar hacia quienes est¨¢n jubilados. Esto vale tanto para un aumento en la cotizaci¨®n como si se busca recaudar m¨¢s v¨ªa impuestos. Lo mismo sucede con la discusi¨®n respecto al aumento en la edad para el retiro: sabemos que es necesario extender la vida laboral, pero esta preocupaci¨®n parece estar ausente en cualquier discusi¨®n respecto del sistema previsional. No da votos, pues se trata de una medida dif¨ªcil, y por lo mismo nadie est¨¢ dispuesto a plantearla en serio. Pero la disminuci¨®n sostenida en la natalidad tambi¨¦n debiera preocupar en otros ¨¢mbitos. La baja en la natalidad es un problema pol¨ªtico, y por lo mismo, debiera concitar mayor atenci¨®n de parte de nuestras instituciones y dirigentes, conservadores y progresistas.
Al problema econ¨®mico asociado a las pensiones, podemos sumar dificultades en otros ¨¢mbitos. Un ejemplo: ?est¨¢n preparadas nuestras ciudades para el cambio demogr¨¢fico? Otro: un pa¨ªs cuya productividad se ha mantenido estancada en los ¨²ltimos 10 a?os, preocupado por reactivar su mercado laboral, y recuperar y sostener cierto crecimiento en el tiempo, tambi¨¦n deber¨ªa poner ¨¦nfasis en recuperar el ritmo en el crecimiento de la poblaci¨®n.
El envejecimiento poblacional tambi¨¦n implica una serie de desaf¨ªos espec¨ªficos con aquel grupo etario. ?Qu¨¦ oportunidades pueden encontrar en el mercado laboral? ?Es factible incorporarlos con eficacia en el Chile actual? ?Se han anticipado estos problemas, de manera tal que no nos tomen por sorpresa? Una masa importante de personas sanas y con experiencia, pero en edades que hist¨®ricamente han significado una disminuci¨®n en las posibilidades de insertarse en el trabajo, es una situaci¨®n potencialmente catastr¨®fica.
Otro tanto ocurre con quienes no pueden trabajar, o que se encuentran aquejados por alguna condici¨®n o enfermedad que exige cuidados permanentes e intensos. Las familias, cada vez m¨¢s reducidas, no podr¨¢n prestar ese apoyo, lo cual implica que se deber¨¢ pagar por ellos. Es cierto que esto crea un mercado nuevo y atractivo, pero tambi¨¦n levanta preguntas. Una sociedad cuyos v¨ªnculos de reciprocidad ¨Ceso que se da sobre todo en el n¨²cleo familiar¨C se transforman en contratos de trabajo experimenta cambios profundos en c¨®mo se comprende a s¨ª misma. En cierto sentido, es un proceso inherente a la modernidad, pero al mismo tiempo termina mercantilizando un ¨¢mbito sensible. La pertenencia a una comunidad compartida no se supera solo mejorando el financiamiento de estas labores ¨Ctarea imprescindible y urgente¨C, sino tambi¨¦n reforzando aquellos espacios donde pertenecemos por el solo hecho de ser.
Esa desintegraci¨®n del tejido social ¨Credes familiares m¨¢s peque?as, menos hijos, labores de cuidado cada vez m¨¢s mercantilizadas, una poblaci¨®n sin espacio laboral¨C es un problema pol¨ªtico. Si alguna vez el conflicto estuvo en las juventudes extraviadas y nihilistas, procesos descritos magistralmente por Leo Strauss en El nihilismo alem¨¢n y por Carlos Cousi?o en Populismo y radicalismo pol¨ªtico durante el gobierno de la Unidad Popular, ahora encuentran un eco fantasmag¨®rico en la poblaci¨®n mayor. Una sociedad cada vez m¨¢s aislada, con escaso respaldo social y carencias materiales, enfrenta desaf¨ªos para su desarrollo. Urge impulsar acciones que prevengan los efectos m¨¢s perjudiciales de estos procesos y promuevan un crecimiento sostenible en el pa¨ªs.
Para el descenso en los nacimientos, como muchos de nuestros problemas actuales, las alarmas han sonado varios a?os antes de que se manifiesten en toda su intensidad, sin que el sistema pol¨ªtico haga mucho por encontrarles un cauce. Solo las deja estar, acumulando presi¨®n, amontonando consignas que no llevan a ning¨²n lado. Ser¨ªa de esperar que todos quienes han promovido el derecho al cuidado, o que se preocupan de la mercantilizaci¨®n de las relaciones, o piensan en fortalecer la posibilidad de derechos sociales pongan atenci¨®n al problema, antes de que se haga demasiado tarde, una vez m¨¢s.
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