Patricia Politzer: ¡°Me preocupa la falta de empat¨ªa del presidente Boric con la comunidad jud¨ªa. No calibra nuestro miedo¡±
La periodista pol¨ªtica habla del fracaso del primer intento constitucional (¡°me deprim¨ª¡±, asegura), el estado de la pol¨ªtica chilena, de su hermana asesinada por los nazis. Como jud¨ªa de izquierda, critica la posici¨®n del Gobierno frente a la guerra entre Israel y Gaza
Es una importante periodista pol¨ªtica en Chile, que ha ejercido continuamente desde la dictadura de Augusto Pinochet, cuando trabaj¨® en medios opositores. Patricia Politzer (72 a?os, Santiago de Chile) ¨Cjud¨ªa, de izquierda, como se reconoce¨C ha escrito ocho libros. Como Altamirano, una entrevista en profundidad desde Par¨ªs con el socialista Carlos Altamirano, una figura fundamental y controversial de la Unidad Popular de Salvador Allende. Para Politzer, sin embargo, el libro que mayor trabajo le ha supuesto ha sido el ¨²ltimo: la biograf¨ªa de Jorge Pe?a Hen, Batuta rebelde, sobre el adelantado director de orquesta chileno asesinado al comienzo de la dictadura, que se anticip¨® por d¨¦cadas a El Sistema, el m¨¦todo del venezolano Jos¨¦ Antonio Abreu en el trabajo con ni?os vulnerables. ¡°Cuando empec¨¦ a investigar, nadie lo conoc¨ªa. Ni en La Serena, la ciudad que lo declar¨® ciudadano ilustre. La l¨¢pida que se le puso a la persona y al proyecto del maestro Pe?a Hen fue brutal¡±, comenta sobre el protagonista del libro publicado en 2020, antes de que ella se animara a postular y ganar un esca?o en la Convenci¨®n Constitucional, de mayor¨ªa de izquierda, que fracas¨® en su intento por reemplazar la Constituci¨®n de Pinochet de 1980. La ciudadan¨ªa, en septiembre de 2022, rechaz¨® el texto propuesto por un 62% contra un 38%.
Es como arranca esta conversaci¨®n con EL PA?S en su casa del municipio de La Reina, en la zona oriente de Santiago de Chile, donde vive con su marido, el soci¨®logo y periodista Arturo Navarro. Es una ma?ana fr¨ªa de los ¨²ltimos d¨ªas de oto?o que Politzer entibia con buen caf¨¦ hecho y servido por ella. Hace tiempo, desde la convenci¨®n, que cultiva un bajo perfil, aunque es activa en redes sociales.
Pregunta. Ha pasado un a?o y medio desde que la convenci¨®n se disolvi¨®. ?C¨®mo analiza la experiencia a la distancia?
Respuesta. Fue una tremenda experiencia y no me arrepiento ni un segundo de haber estado ah¨ª, a pesar del fracaso final que fue un golpe dur¨ªsimo dur¨ªsimo.
P. ?Dur¨ªsimo?
R. Es que pod¨ªa no ganarse el plebiscito, pero no imaginamos que se perdiera en esa dimensi¨®n. Fue terrible. A¨²n as¨ª, no me arrepiento absolutamente para nada. Fue una experiencia muy enriquecedora: pude observar la profunda crisis pol¨ªtica que vive el pa¨ªs. Es tan profunda, que nunca hubo realmente di¨¢logo, porque no les cre¨ªan los unos a los otros. Y ah¨ª hubo una falla muy profunda de la izquierda: cuando comenz¨® la convenci¨®n hab¨ªa un grupo de derecha muy dispuesto al di¨¢logo y se le cerr¨® la puerta. Nadie quiso conversar con la derecha, por m¨¢s esfuerzos que algunos hicimos.
P. Se responsabiliza a la izquierda moderada ¨Centre ellos a usted¨C de dejarse arrastrar por la izquierda radical, finalmente. ?Qu¨¦ hay de ello?
R. Como personas aisladas era imposible hacer m¨¢s de lo que hicimos.
P. Luego del fracaso de este primer proceso constitucional, usted parece haber tomado distancia. Como que desapareci¨® de lo p¨²blico.
R. Me deprim¨ª. Fue un golpe muy fuerte, perd¨ª toda mi energ¨ªa, que es mucha. Trabajamos 24/7 durante un a?o, de sol a sol. Fue un gran desgaste f¨ªsico y psicol¨®gico: sent¨ª que hab¨ªamos perdido una oportunidad enorme y eso me dej¨® muy mal. No me dieron ganas de volver de inmediato al periodismo. Lo que vino despu¨¦s [el segundo intento de cambiar la Constituci¨®n, esta vez por una convenci¨®n dominada por las derechas] era como el reverso de la moneda. No me entusiasmaba lo que estaba pasando en la pol¨ªtica. Y como siempre he sido periodista pol¨ªtica, no tuve ganas de volver.
P. ?Qu¨¦ hizo?
R. Me refugi¨¦ mucho en la familia, en los amigos y tambi¨¦n en el hecho de que estoy en una edad m¨¢s cerca de la jubilaci¨®n que de emprender nuevos proyectos, aunque siempre tengo alguno dando vuelta en la cabeza.
P. ?Le hab¨ªa pasado algo as¨ª, desinflarse y deprimirse? Ha ejercido de periodista en tiempos duros, como la propia dictadura de Pinochet.
R. Nunca. Por primera vez sent¨ª que cund¨ªa el sin sentido. El inter¨¦s personal, el individualismo del cual tanto hemos hablado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha sido llevado a su m¨¢xima expresi¨®n en la pol¨ªtica. No se est¨¢ peleando por valores ni principios, solo haciendo ingenier¨ªa pol¨ªtica para mantener el poder. He ejercido muchos a?os en un mundo donde se debat¨ªan sobre todo ideas. Se sab¨ªa lo que pensaba uno y otro, pero no hab¨ªa la sensaci¨®n de un desinter¨¦s por la comunidad, por la sociedad ni por tu propio grupo pol¨ªtico. Se acabaron las lealtades, los proyectos colectivos, y eso es muy fuerte.
P. ?Todav¨ªa se siente deprimida o ya lo da por superado?
R. Lo doy por superado. Pero no estoy haciendo periodismo pol¨ªtico, porque he vuelto a otros intereses que he tenido siempre y que van quedando postergados por este ray¨®n que tenemos los periodistas de siempre volver a recaer en la profesi¨®n. Uno de ellos es la pintura. Estoy yendo a un taller de pintura que me encanta, que hab¨ªa dejado. Hace ocho a?os que no tomaba un pincel, as¨ª que estoy feliz de volver a pintar desde este a?o. Y rumiando algo para escribir un nuevo libro. En los ¨²ltimos meses, adem¨¢s, sin quererlo me he convertido en una especie de activista solitaria de la causa jud¨ªa, que es algo que nunca hab¨ªa hecho. He escrito algunas columnas, pero sobre todo estoy muy activa en las redes sociales.
P. ?Puede ser activista una periodista?
R. Por cierto, pero hay que distinguir siempre lo que es opini¨®n de lo que es informaci¨®n. Las opiniones son siempre subjetivas, sean m¨¢s o menos apasionadas. Otra cosa es informar, all¨ª los periodistas tenemos que tener la m¨¢xima neutralidad frente a los temas. Lo que ocurre hoy en Medio Oriente me afecta en lo personal.
P. Usted es jud¨ªa. ?C¨®mo llegaron sus padres a Chile?
R. Mi padre ven¨ªa de Checoslovaquia y lleg¨® a Chile en uno de los ¨²ltimos barcos que sali¨® de Europa antes que estallara la guerra. Mi madre viene de Hungr¨ªa. Ella lleg¨® antes, el a?o 33, a los 13 a?os, porque mi abuelo, que era un comerciante en Budapest, quebr¨® a ra¨ªz de la crisis del 29. Se fue quedando y poco a poco junt¨® plata para traer a la familia y esto coincidi¨® con que en Europa empez¨® a cundir el nazismo.
P. ?C¨®mo se viv¨ªa el juda¨ªsmo en su familia?
R. Mi familia era una familia jud¨ªa cultural, no religiosa. Mis padres eran ateos, completamente ateos. De esa nueva generaci¨®n que empezaba a surgir en Europa a fines del siglo XIX, personas que quer¨ªan ser reconocidas como ciudadanos del mundo, que quer¨ªan integrarse. De hecho, cuando yo llegu¨¦ a la edad escolar, mis padres no me matricularon en el Instituto Hebreo, sino en la Alianza Francesa, porque no quer¨ªan que yo creciera dentro de una comunidad cerrada, sino que fuera una persona universal. El contenido de mi leche materna fue el pluralismo, la tolerancia, la justicia social. B¨¢sicamente, los valores humanistas que, a mi juicio, son los mismos valores del juda¨ªsmo.
P. Creci¨®, entonces, con una conciencia muy clara de su historia.
R. Tengo que agregarte algo de lo que me enter¨¦ cuando ten¨ªa m¨¢s de 20 a?os. Mi padre hab¨ªa muerto cuando yo era muy chica, a los 10 a?os. A los veintitantos supe que ¨¦l hab¨ªa tenido otra hija de un primer matrimonio en Checoslovaquia, que se qued¨® all¨¢ con su madre durante la guerra. Mi hermana desapareci¨® desde el campo concentraci¨®n de Terez¨ªn a los 12 o 13 a?os.
P. Fuert¨ªsimo. ?Nunca ha intentado seguir la pista de lo que ocurri¨®?
R. He intentado sin ¨¦xito, la verdad. No he logrado descubrir qu¨¦ pas¨® con mi abuela paterna, ni con un t¨ªo que se qued¨® con ella en Checoslovaquia ni con mi hermana.
P. ?Qu¨¦ signific¨® esto para su vida?
R. Siempre me impresion¨® que estas cosas no se contaran. Es decir, me enter¨¦ por casualidad por una t¨ªa en Estados Unidos, que me habl¨® como si yo supiera de la primera mujer de mi pap¨¢, que entonces viv¨ªa en Canad¨¢. Fue terrible. Ella dej¨® a su hija en un convento para salvarla, protegerla. All¨ª hab¨ªan muchos ni?os jud¨ªos. Y los denunciaron y se los llevaron a todos.
P. ?C¨®mo se llamaba su hermana?
R. Katherine Politzer. No solo la hab¨ªan borrado los nazis al llevarla a un campo de concentraci¨®n, sino que tambi¨¦n la familia, que nunca habl¨® de ella. Esto es normal cuando existen estos sufrimientos desgarradores, como ocurre aqu¨ª en Chile con las v¨ªctimas de violaciones a los derechos humanos: son muchos los que no cuentan lo que les pas¨®. Son vivencias tan b¨¢rbaras, tan humillantes, que me imagino cuesta mucho hablar de ellas. Es volver a humillarte, volver a torturarte.
P. Y ahora es la primera vez que asume un papel de activista por la causa jud¨ªa.
R. Mi identidad est¨¢ completamente vinculada a mis ancestros jud¨ªos y a mi cultura jud¨ªa y me reconozco como jud¨ªa, siempre. De hecho, tengo dos hijas con dos maridos no jud¨ªos, que yo no las hubiera tenido si ellos no hubieran aceptado que ellas se criaran en la conciencia de pertenecer al pueblo jud¨ªo. Mi familia era culturalmente jud¨ªa, aunque lo ¨²nico que se segu¨ªa desde el punto de vista religioso era el ayuno de Yom Kipur, lo m¨¢s importante de la religi¨®n jud¨ªa, el d¨ªa del perd¨®n. Yo ayuno desde que tengo recuerdos.
P. ?Y eso lo mantiene hasta hoy?
R. S¨ª. Para contestar tu pregunta, nunca antes hab¨ªa sido una voz o activista de esta causa. Pero para m¨ª, el 7 de octubre de 2023, con la irrupci¨®n de las milicias de Ham¨¢s en Israel, fue un terremoto grado 10. Es la primera vez en mi vida ¨Cm¨¢s all¨¢ de todos los horrores y las dificultades que uno tiene en la vida, m¨¢s all¨¢ de haber vivido la dictadura de Pinochet que fue horrenda¨C que siento que el piso se me mueve y no tengo cimientos.
P. ?Lo puede explicar?
R. Israel para los jud¨ªos es garant¨ªa de seguridad. Como jud¨ªa, puedo vivir como se me antoje gracias a que existe el Estado de Israel. Por primera vez sent¨ª la fragilidad de ser jud¨ªa. Israel se cre¨®, precisamente, para evitar los pogromos y que nunca m¨¢s alguien se sintiera con el derecho de entrar a una comunidad jud¨ªa a matar, robar, hacer lo que quisiera. Sin embargo, esto fue exactamente lo que pas¨® el 7 de octubre. Los terroristas de Hamas entraron a Israel y llevaron a cabo un pogromo: mataron, asesinaron, carbonizaron personas, torturaron hijos delante de los padres y padres delante de los hijos. Entonces ?qu¨¦ pasa con la seguridad de los jud¨ªos? Soy una persona distinta a partir del 7 de octubre. Esa es la profundidad que tiene lo que pas¨®.
P. ?Y qu¨¦ piensa sobre lo que ha venido despu¨¦s, la respuesta del gobierno de Israel?
R. Soy completamente contraria al gobierno de Netanyahu. Un gobierno de ultraderecha y ultra religioso. Creo que es el peor gobierno, por lejos, que ha tenido Israel. Y si bien Israel tiene todo el derecho a defenderse frente a un acto como este, este gobierno lo ha hecho muy mal. Lo que est¨¢ pasando en Gaza es terrible. Es un conflicto muy complejo. Hay que distinguir muy bien entre el gobierno de Israel, el Estado de Israel y el pueblo de Israel. En este punto, Ham¨¢s ha sido muy exitoso logrando crear una sola unidad. Personalmente, estoy empe?ada en mantener mi condici¨®n de sionista y de izquierda. Sionista significa el derecho de Israel a existir, hay corrientes marxistas en el sionismo y tambi¨¦n las hay de ultraderecha, como Netanyahu.
P. La izquierda mundial casi en bloque se ha manifestado contra Israel, acusando a la comunidad internacional de complicidad frente de una limpieza ¨¦tnica y de un r¨¦gimen de apartheid contra el pueblo palestino.
R. Efectivamente ha asumido la posici¨®n que describes, sin embargo me niego a dejar de ser de izquierda, aunque la izquierda en el mundo trate a Israel como un paria. No voy a cambiar mis principios y espero convencer a quien pueda que es imposible ser de izquierda apoyando al terrorismo y a movimientos homof¨®bicos y patriarcales. ?C¨®mo puede ser un acto de liberaci¨®n nacional entrar a un pa¨ªs donde las personas est¨¢n durmiendo y asesinar a sangre fr¨ªa? Ufanarse de estos cr¨ªmenes horribles, de las violaciones, de carbonizar personas, de degollar, grab¨¢ndolas para enorgullecerse ante el mundo. ?C¨®mo se puede ser feminista avalando esto?
P. Ha habido matanzas indiscriminadas de civiles en Gaza.
R. Me horroriza tanto lo cometido por Ham¨¢s como la existencia de matanzas indiscriminadas de civiles en Gaza. Me duele igual que muera un ni?o jud¨ªo, un ni?o de Gaza o un ni?o de Sud¨¢n, donde se vive una guerra civil brutal de la cual nadie se ocupa. En otro ¨¢mbito, no me entra en la cabeza que la izquierda est¨¦ apoyando, por ejemplo, a Putin en su invasi¨®n a Ucrania. ?C¨®mo es posible??O alguien sigue creyendo que Putin es el secretario general de la Uni¨®n Sovi¨¦tica? Putin es simplemente un dictador fascista.
P. Usted vot¨® por el presidente Boric en las ¨²ltimas presidenciales.
R. Vot¨¦ por Boric.
P. ?Y qu¨¦ le ha parecido la posici¨®n marcada por el presidente respecto a la guerra en Gaza? La Comunidad Jud¨ªa de Chile acusa al Ejecutivo de un ¡°sesgo antisemita¡±.
R. Pareciera que el presidente no tiene conciencia de que en Chile existe una comunidad jud¨ªa de apenas unas 20.000 personas y la comunidad palestina m¨¢s grande del mundo fuera del Medio Oriente. ?l es el presidente de ambas comunidades y en ocasiones se le olvida su responsabilidad con la comunidad jud¨ªa. M¨¢s a¨²n: en su reciente viaje a Alemania insisti¨® en que Israel est¨¢ cometiendo un acto de genocidio, cuando ni siquiera la Corte Internacional de Justicia dijo eso, sino que hab¨ªa que estudiar si hab¨ªan indicios de genocidio. Decir eso en Alemania es muy fuerte para la comunidad que ¨¦l tiene que proteger en Chile. Es muy grave, a mi juicio.
P. La Canciller¨ªa y el Gobierno han se?alado que Chile est¨¢ siendo consecuente con su l¨ªnea hist¨®rica respecto de este conflicto.
R. La l¨ªnea hist¨®rica es promover los dos Estados. Estoy plenamente de acuerdo con eso: siempre he sido partidaria de los dos Estados, de la convivencia entre palestinos y jud¨ªos. Cualquier otra cosa es un imposible. Pero una cosa es ser partidario de eso y luchar en favor de ello, que me parece fundamental, y otra declarar que Israel es genocida. ?C¨®mo estamos promoviendo la paz con eso? Estas declaraciones del presidente Boric no ayudan a la paz.
P. Como jud¨ªa de izquierda, ?la ha desilusionado el gobierno de Boric en esta materia?
R. Por cierto. Quisiera que el presidente Boric tuviera m¨¢s conciencia de lo que esto significa para los jud¨ªos en general y para la comunidad jud¨ªa chilena en especial.
P. De las medidas que han tomado el Gobierno contra Israel, como excluir a las empresas israel¨ªes de una feria internacional aeron¨¢utica, FIDAE, ?hay alguna que le parezca especialmente fuertes para el pueblo jud¨ªo?
R. Es el primer presidente desde el retorno a la democracia en 1990 que no ha recibido a la comunidad jud¨ªa desde que asumi¨®. Humillar al embajador de Israel al no recibirlo para presentar sus cartas credenciales, mucho antes de esta guerra, fue incomprensible. Por otra parte, en Chile ha habido diversas acciones vand¨¢licas despu¨¦s del 7 de octubre. Se han rayado sinagogas, se han cantado canciones nazis en la puerta de instituciones jud¨ªas. No he escuchado ning¨²n rechazo del presidente Boric a esos hechos antisemitas.
P. En la Universidad de Chile, donde usted estudi¨®, se han producido una serie de movilizaciones pro Palestina. Y se conoci¨® que en un determinado campus, el Juan G¨®mez Millas, los estudiantes le estaban marcando la mano a funcionarios y acad¨¦micos para ingresar al recinto. ?Qu¨¦ le parece?
R. Escalofriante. Para m¨ª, como jud¨ªa, escalofriante. Recuerdo cuando de repente llegaba alguien a mi casa y ten¨ªa unos n¨²meros marcados aqu¨ª, en el antebrazo. Como ni?a, me quedaba hipnotizada, me produc¨ªa una desaz¨®n y una angustia muy grande. Marcar a las personas es realmente inaceptable.
P. Usted, en redes, es muy activa en este asunto. ?C¨®mo sobrevive a la red X?
R. No me gusta, pero es lo que hay. Nunca hab¨ªa recibido ataques como los que me llegan ahora en X. Un d¨ªa me acusan de asesina, otro de genocida, de que me saqu¨¦ la m¨¢scara. Es horrendo. Sin embargo, le afecta m¨¢s a mi familia que a m¨ª, porque tengo muy claro que son grupos peque?os. La mayor¨ªa son muy ignorantes de lo que ocurre. Es por eso que me preocupa la falta empat¨ªa del presidente Boric con la comunidad jud¨ªa, porque no calibra nuestro miedo.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Desde el 7 de octubre uso todos los d¨ªas una cadenita con una estrella de David en el cuello. No me la he sacado nunca m¨¢s. Es parte de mi identidad. Las pocas personas que se me han acercado para comentarlo, en la calle, en un ascensor, todas han sido jud¨ªos o jud¨ªas para felicitarme porque la estoy usando. Porque ellos hoy no se atreven. Eso es lo que siente la comunidad jud¨ªa chilena y lo que no ve nuestro presidente. Miedo.
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