Patricio Aylwin, l¨ªder de la transici¨®n chilena, revela en un libro p¨®stumo su ¨²ltima cita con Allende a d¨ªas del golpe
Las memorias del expresidente dem¨®crata cristiano, ¡®La experiencia pol¨ªtica de la Unidad Popular¡¯, se publican cuando se cumplen 50 a?os del quiebre de la democracia en Chile
Patricio Aylwin Az¨®car, el primer presidente tras del regreso a la democracia en Chile, fue un personaje clave del pasado reciente de su pa¨ªs, junto al socialista Salvador Allende (1970-1973) y el dictador Augusto Pinochet (1973-1990). El abogado de la Democracia Cristiana (DC), quien muri¨® en 2016, fue un pol¨ªtico que transit¨® por diferentes momentos. Durante la Unidad Popular (UP) estuvo entre los l¨ªderes de la oposici¨®n al Gobierno de Allende; en la dictadura fue un f¨¦rreo opositor a Pinochet y art¨ªfice de la c¨¦lebre alianza entre el centro y la izquierda que derrot¨® al r¨¦gimen militar tras un plebiscito. Ese hito marc¨® el regreso de la democracia en Chile.
El papel que desempe?¨® la Democracia Cristiana en la UP es una discusi¨®n que renace cada cierto tiempo en Chile. Y ahora, en la v¨ªspera de que el 11 de septiembre se conmemoren los 50 a?os del golpe de Estado, la publicaci¨®n de las memorias p¨®stumas de Aylwin, tituladas La experiencia pol¨ªtica de la Unidad Popular (Debate), entrega detalles desconocidos de la historia previa al quiebre de la democracia chilena.
Ha sido un lanzamiento que convoc¨® como presentadores a la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2020; 2014-2018) y al rector de la Universidad Diego Portales e influyente columnista pol¨ªtico, Carlos Pe?a. En primera fila, el presidente de izquierdas, Gabriel Boric, tomaba apuntes en una libreta, mientras algunos de sus ministros de Estado, como Jaime de Aguirre de Culturas, y prominentes militantes de la DC chilena, escuchaban atentos.
Aylwin escribi¨® el texto durante 40 a?os, a partir de 1974. Es un libro en cuya ¨²ltima parte colabor¨® su hija Mariana Aylwin, exministra de Educaci¨®n del gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006), y que llega en medio de un acalorado debate en torno los 50 a?os del golpe que sigue removiendo las aguas en Chile. La publicaci¨®n revela varios episodios clave de la historia chilena, entre ellos el ¨²ltimo di¨¢logo entre el dem¨®crata cristiano y Allende.
¡°Usted no me cree. Yo le creo a usted¡±
En las memorias, Aylwin relata que, el 17 de agosto de 1973, 24 d¨ªas antes del golpe, acudi¨® a una invitaci¨®n del cardenal Ra¨²l Silva Henr¨ªquez para reunirse con Allende. El prelado ser¨ªa el mediador de una conversaci¨®n dif¨ªcil. Por esos d¨ªas, los v¨ªnculos entre la DC y el Gobierno UP estaban quebrados y la intenci¨®n de Aylwin era intentar un di¨¢logo franco, cuenta en el texto. Lleg¨® puntual a las 9.00 de la noche. Una hora y media m¨¢s tarde lo hizo el presidente. ¡°Ven¨ªa distendido, lo que me pareci¨® que no correspond¨ªa al momento¡±, relata el l¨ªder DC, quien plante¨® al mandatario sus aprensiones. ¡°Usted, presidente, puede pasar a la historia con dos im¨¢genes: una, la del hombre que ofreci¨® construir en Chile el socialismo en democracia, y que al cabo de tres a?os, no ha construido el socialismo, ha destruido la democracia, ha arruinado la econom¨ªa y ha puesto en riesgo la seguridad del pa¨ªs; la otra, la de un hombre cuyo Gobierno marque un hito, de tal manera que se diga: antes de Allende y despu¨¦s de Allende¡±.
Y agreg¨®: ¡°?Usted tiene que escoger presidente, tiene que elegir! El drama de un gobernante es que tiene que elegir. No se puede estar al mismo tiempo con Dios y con el diablo. Usted no puede estar al mismo tiempo con [Carlos] Altamirano [secretario general del Partido Socialista que promov¨ªa la implantaci¨®n del socialismo real por la v¨ªa que fuese necesaria] y con la Marina¡±.
La reacci¨®n de Allende no fue la esperada por Aylwin: ¡°Parec¨ªa no calibrar su profundidad¡±. Luego de algunas disquisiciones, el l¨ªder de la UP, dijo: ¡°Mientras yo sea presidente de Chile, no habr¨¢ dictadura del proletariado¡±. Y a?adi¨®: ¡°Usted no me cree. Yo le creo a usted y usted no me cree a m¨ª¡±. A lo que el dem¨®cratacristiano replic¨®: ¡°C¨®mo le voy a creer, presidente, si ha dicho tantas veces una cosa y el Gobierno ha hecho la contraria¡±. Tras debatir sobre cuestiones que aquejaban la pol¨ªtica nacional e intentar llegar a soluciones, la cita termin¨®. ¡°Fue la ¨²ltima vez que lo vi: la madrugada del 18 de agosto¡±, dice Aylwin, que qued¨® desilusionado tras la reuni¨®n.
Precisamente, la figura de Allende fue uno de los temas centrales en la presentaci¨®n del libro. El rector Pe?a mencion¨® cuatro factores que, seg¨²n el libro de Aylwin, explicar¨ªan el quiebre de la democracia en Chile: el esp¨ªritu ut¨®pico de la ¨¦poca, ¡°esa especie de religi¨®n que comenz¨® a entrar a la pol¨ªtica¡±; ¡°el rol exc¨¦ntrico de la Democracia Cristiana¡±, del que dijo que, en vez de ser un partido de centro que mediara entre los dos extremos, enarbol¨® su propio proyecto transformador; la actitud de una derecha ¡°profundamente olig¨¢rquica, que cultiv¨® una cultura de linaje y adopt¨® una postura defensiva para derrocar al Gobierno¡±. Y, como cuarto elemento, sum¨® la ¡°contradictoria personalidad de Salvador Allende¡±: ¡°Cultivaba las pr¨¢cticas de la democracia parlamentaria, de di¨¢logo, pero por otra parte, pose¨ªa una pulsi¨®n profundamente revolucionaria¡±. ¡°Esa dualidad lo llev¨® en reiteradas ocasiones a la inacci¨®n¡±, expres¨®.
Las palabras del columnista no dejaron indiferente a la expresidenta Bachelet, quien en su turno dijo que Allende busc¨® hasta el final una salida institucional. ¡°Con el tiempo ha quedado documentado que hubo muchos actores que desestabilizaron voluntariamente la democracia chilena, pero Allende no est¨¢ entre ellos¡±. Y agreg¨®: ¡°No creo que fuera un personaje que no tomara decisiones, creo que hab¨ªa un contexto muy dif¨ªcil en ese momento. Lo digo porque estuve dos veces con ¨¦l, en su casa comiendo con mi padre y mi madre y ¨¦l fue una vez a mi casa para tener una conversaci¨®n privada sobre la complejidad que se estaba viviendo al interior de la Unidad Popular. Hay gente que ha dicho que no hac¨ªa lo suficiente, que estaba relajado, que no entend¨ªa la gravedad de las cosas. Yo dir¨ªa no, hizo muchas cosas, pero tuvieron el resultado que tuvieron¡±.
Luego, la exmandataria profundiz¨®: ¡°Es obvio que la pol¨ªtica es m¨¢s compleja que las personalidades, por eso no focalizar¨ªa como un factor del quiebre de la democracia a la personalidad del presidente Allende, porque hay una tentaci¨®n en el ¨²ltimo tiempo de decir que no tomaba decisiones. Pero creo que, a lo mejor, no tomaba las que ¨¦l hubiera querido porque en la Unidad Popular no todos estaban de acuerdo con la v¨ªa chilena al socialismo¡±.
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