Varinia Brodsky, directora del Museo de Bellas Artes de Chile: ¡°Es s¨²per importante que estemos siendo objeto de discusi¨®n¡±
La principal vitrina de las artes visuales en el pa¨ªs sudamericano se sube a la ola revisionista de sus colecciones, no exenta de pol¨¦micas. ¡°Establecer relatos unidireccionales no es para nada nuestra postura¡±, sostiene la gestora cultural
Algo est¨¢ cambiando en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). A primera vista, decenas de maestros est¨¢n restaurando el hall central, las balaustradas de los balcones y los pisos de madera de la segunda planta. Pero la transformaci¨®n no es solo est¨¦tica. La artista visual Varinia Brodsky, quien asumi¨® oficialmente como directora hace casi un a?o, busca establecer un relato que se haga cargo de la historia institucional, pero que vaya de la mano con las reflexiones del contexto actual, como la perspectiva de g¨¦nero y el arte ind¨ªgena.
Los 11 meses que lleva Brodsky a cargo del MNBA ¨Cla primera mujer directora desde el retorno a la democracia¨C han estado salpicados de pol¨¦micas. La ¨²ltima ocurri¨® hace un par de semanas, cuando la subeditora del cuerpo Artes y Letras de El Mercurio, Elena Irarr¨¢zabal, public¨® una columna en la que relataba su experiencia al escuchar a una persona del museo que guiaba a un grupo de estudiantes. Les dec¨ªa, por ejemplo, que el palacio levantado para el centenario de Chile se hab¨ªa construido ¡°con una mirada patriarcal y paternalista¡± y que hist¨®ricamente era ¡°un museo racista, clasista y machista¡±.
Un par de meses antes, la exposici¨®n Luchas por el Arte. Mapa de relaciones y disputas por la hegemon¨ªa del arte (1843-1933), inaugurada en diciembre de 2022, hizo ruido cuando Mat¨ªas Mori, nieto del pintor chileno Camilo Mori Serrano, denunci¨® la manipulaci¨®n de las obras de su abuelo y de otros artistas nacionales porque a algunas les hab¨ªan retirado los marcos. El ejercicio curatorial de Gloria Cort¨¦s y Eva Cancino, montado en una suerte de collage, intenta ¡°problematizar las tramas, filiaciones, circulaciones y pugnas por la institucionalizaci¨®n de las artes en Chile ocurridas a mediados del siglo y principios del XX¡±, reza la descripci¨®n. Mori acus¨® que las obras en cuesti¨®n no ¡°deben servir como argumento de contexto para fundar el objetivo ideol¨®gico curatorial¡±.
Varinia Brodsky recibe a EL PA?S este martes en su oficina en el centro de Santiago, ubicada en el bajo del hist¨®rico edificio, lejos de los ruidos de las reparaciones, que deber¨ªan acabar a finales de a?o. Para esas fechas, tambi¨¦n desmontar¨¢n las exposiciones Luchas por el Arte y Miradas sobre el Wallmapu, ubicadas en la segunda planta, donde tambi¨¦n se har¨¢n arreglos. Una vez listos, reci¨¦n habr¨¢ una propuesta de colecci¨®n proyectada bajo la direcci¨®n de Brodsky.
Pregunta. ?Cu¨¢les son las fortalezas del Bellas Artes en cuanto a obras?
Respuesta. Es una colecci¨®n de 6.000 piezas, que se forma con obras fundamentalmente de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. No me atrever¨ªa a decir cu¨¢les son las m¨¢s relevantes, porque hay muchos autores. Por supuesto, est¨¢ Raymond Monvoisin. Acabamos de adquirir una obra relevante. Hay obras de Roberto Matta, Los canteros de Pedro Lira, que de alguna manera van relatando no s¨®lo lo que es la historia del arte y las construcciones de las narrativas, sino tambi¨¦n los momentos hist¨®ricos. Finalmente, el arte es testimonio de su ¨¦poca.
P. Una de las cr¨ªticas que se le hace al museo es que no tiene una colecci¨®n permanente. ?Por qu¨¦?
R. Este museo hace muchos a?os que no trabaja en una colecci¨®n permanente. Por una parte, est¨¢ la falta de espacio, y por otra, la disyuntiva de cu¨¢l es el guion que se puede establecer para ofrecer a la ciudadan¨ªa. Hay distintas posturas sobre esto. Ninguna direcci¨®n ha podido, en los ¨²ltimos 30 a?os, elaborar un gui¨®n para la exposici¨®n de colecci¨®n permanente. Y eso es un debate que sigue hasta ahora.
P. ?Est¨¢ dentro de sus ambiciones de direcci¨®n?
R. Entro en la misma interrogante de c¨®mo llegamos a construir un guion permanente, porque ?qu¨¦ es lo que se expone y lo que no? Es complejo, sobre todo dentro de los contextos actuales. Este museo ha estado trabajando hace varios a?os en la revisi¨®n de sus colecciones, de otras narrativas, que es una cuesti¨®n que est¨¢ pasando a nivel global. ?Desde qu¨¦ lugar hablamos? Desde lo que entendemos como patrimonio fundacional, construcci¨®n de historial arte en Chile, la relaci¨®n con ese pasado, presente, con perspectiva futuro y d¨®nde ponemos las ausencias que se han estado detectando en los ¨²ltimos a?os. Es un trabajo progresivo.
P. Otros museos internacionales lo han hecho. ?Por qu¨¦ le ha costado tanto al MNBA?
R. Es un debate. Quisiera hacer el punto de que esta controversia actual nos abre un espacio justamente para reflexionar sobre eso. Viendo el lado positivo, se instala la pregunta en qu¨¦ lugar de importancia ponemos nuestro patrimonio art¨ªstico y el rol de los museos. Hay decisiones que tambi¨¦n corresponden a cada una de las direcciones y d¨®nde ponen los ¨¦nfasis. A mi me interesa avanzar en lo que podr¨ªa ser una construcci¨®n de un relato que quede en t¨¦rminos m¨¢s definitivos.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa abordar este relato?
R. Es importante hacerse cargo de la historia institucional, por una parte, pero tambi¨¦n tiene que tener la mirada actual, no podemos quedarnos exclusivamente en lo que fue la primera cincuentena del siglo XIX-XX. Hay ciertas obras que son ineludibles, pero tambi¨¦n los cuestionamientos actuales deben ser representados como, por ejemplo, la perspectiva de g¨¦nero. Hay tantas artistas mujeres que produjeron obra y que tienen una representaci¨®n ¨ªnfima dentro de las colecciones: un 12%. Lo que se refiere al arte ind¨ªgena tambi¨¦n es m¨ªnimo y, a mi juicio, evidentemente es parte de un guion.
P. Hay un sector que ha apoyado las decisiones curatoriales del museo y otro que considera que est¨¢n ideologizadas y le quitan el valor al pasado. ?Qu¨¦ responde?
R. Es una problem¨¢tica global de los museos, pero no podemos revisar el pasado sin la perspectiva del presente con miras al futuro. Son tres tiempos. Es un trabajo muy profundo y requiere de miradas que no necesariamente est¨¢n dentro del museo. Me gustar¨ªa invitar a otros curadores o curadoras, no solo chilenas, a que pudieran acompa?arnos en una revisi¨®n de la colecci¨®n. Hay una riqueza que aqu¨ª no se ha explotado. Establecer como ideologizaci¨®n lo que estamos haciendo no es elocuente a lo que se est¨¢ abordando internacionalmente. Nosotros ya no estamos en el ¨²ltimo lugar del mundo, tenemos redes, estamos trabajando en conjunto, entonces, no podemos tener una postura exclusivamente para quien define qu¨¦ es lo que tenemos o no que mostrar a determinadas personas. Nunca ha venido tanta gente como ahora al museo. Creo, fehacientemente, que lo que estamos haciendo est¨¢ teniendo eco. Y por supuesto, dentro de ese eco deben haber opiniones que son diversas y es parte de nuestro trabajo tambi¨¦n.
P. ?Por qu¨¦ cree que la gente est¨¢ visitando m¨¢s que nunca el museo?
R. Estamos entregando contenidos y activando desde el arte, desde nuestro patrimonio y la producci¨®n actual cuestiones que a las personas les interesa, les inquieta. A mi juicio, ese es el rol de un museo que se dedica a las artes. Nunca la producci¨®n art¨ªstica ha estado exenta de su contexto, sea cual sea. Entonces tampoco podemos mirar hacia el pasado como un momento de una exclusividad de tesoros, sino que es un relato y un testimonio hist¨®rico que se va construyendo en el tiempo.
P. Museos de Europa y de Am¨¦rica Latina han enmarcado esta revisi¨®n en una ¡°descolonizaci¨®n¡±. ?Usted quiere hacer eso tambi¨¦n?
R. El descolonizar tiene m¨¢s que ver con la narrativa, con que no sea ¨²nica y exclusiva. Un conocimiento que se ha podido establecer desde un lugar, de un sector particular. Tambi¨¦n tiene que ver con abrirse a otros paradigmas y revisiones. Abrir el pensamiento cr¨ªtico respecto de las construcciones del arte. En un mundo globalizado, ya no podemos ver Chile como una isla que est¨¢ fuera. Por alguna raz¨®n los museos, la academia y la ciencia estamos abordando otras tem¨¢ticas que, a mi juicio, no son excluyentes, pero lo interesante es ponerlas en di¨¢logo.
P. ?Hoy est¨¢n dialogando en el Bellas Artes?
R. La muestra de Wallmapu revisa la representaci¨®n del mundo ind¨ªgena en di¨¢logo con lo que los artistas ind¨ªgenas contempor¨¢neos revisan como parte de su representaci¨®n en cuanto a imagen, a cultura, a saberes. Hay una representaci¨®n del pasado con el presente. La muestra Luchas (...) tambi¨¦n. Lo que se discute es c¨®mo se ponen las obras museogr¨¢ficamente hablando y eso incluye los marcos, disposiciones, etc¨¦tera. Y cu¨¢l es la relaci¨®n del relato que establece. Pero las obras est¨¢n ah¨ª.
P. ?El marco afecta o no a una obra?
R. El marco afecta en la medida que se convierte en un objeto que se instala. No es un elemento que, en la mayor¨ªa de los casos, ha pensado el artista como parte de su creaci¨®n. Es como si habl¨¢ramos del plinto para la escultura. El artista crea una obra y el marco tiene una funci¨®n al respecto.
P. ?Una de esas funciones es de cuidado de la obra?
R. Efectivamente, s¨ª.
P. ?No se descuida una obra cuando se le quita un marco, como en la exposici¨®n de Luchas?
R. No se descuida la obra en la medida de que est¨¦ sumamente controlado para que no sea as¨ª. Y para eso nosotros tenemos un equipo que lo puede respaldar. No es una decisi¨®n irresponsable.
P. Una persona gu¨ªa del museo lo defini¨® ante un grupo de estudiantes como ¡°racista, clasista y machista¡±. ?Est¨¢ de acuerdo con esa definici¨®n?
R. Eso no representa la voz institucional del museo. Fue establecer un relato de parte de un mediador desde una mirada que, a mi juicio, no es oportuna ni institucional. Lo que s¨ª se instala como parte de la pr¨¢ctica de la mediaci¨®n es la necesidad de abrir preguntas, generar cuestionamientos. Establecer relatos unidireccionales no es nuestra postura en ning¨²n caso. Y en este tampoco.
P. ?Qu¨¦ medidas tomaron a ra¨ªz del episodio?
R. A partir de esto, que fue complejo para nosotros, tenemos hoy una revisi¨®n total de los programas para actualizarlos. Estamos trabajando con el equipo de mediaci¨®n, que tiene una coordinaci¨®n y tres mediadores, pero tambi¨¦n con el Servicio Nacional de Patrimonio. Se est¨¢n revisando las metodolog¨ªas porque ah¨ª es donde radica el problema, que establece un relato ¨²nico, unidireccional, y no puede ser as¨ª. Nuestro rol es poder abrir m¨¢s di¨¢logos, no darle la respuesta y yo creo que es el error que se comete en este caso. Por una parte me gusta que se haya producido esta controversia porque quiere decir que el inter¨¦s por los museos se est¨¢ haciendo muy relevante. Es s¨²per importante que estemos siendo objeto de discusi¨®n. Me parece muy enriquecedor.
P. Dice que la instituci¨®n no comparte la definici¨®n de la gu¨ªa. ?C¨®mo describir¨ªa el museo?
R. El museo comienza desde un segmento de la poblaci¨®n que tiene obras de arte, que cuenta con colecciones, con un patrimonio y evidentemente pertenece a un segmento social, acad¨¦mico y eso indiscutible. No es un museo comunitario. ?C¨®mo se construye? ?En qu¨¦ minuto? Eso responde muchas cosas. Sabemos la evidente influencia que tiene con lo europeo. El tema es poner conceptos que de pronto pueden ser sesgados porque las interpretaciones en ese sentido son personales. De lo que nos tenemos que hacer cargo es de la historia.
P. ?Qu¨¦ colecciones vienen ahora, elegidas bajo su direcci¨®n?
R. Estamos trabajando en una exposici¨®n que esperamos inaugurar en el primer trimestre del pr¨®ximo a?o de Monvoisin. Se ha hecho una investigaci¨®n bastante profunda en el museo y vemos muy relevante poner lo que significa el cap¨ªtulo de Monvoisin en Latinoam¨¦rica. Durante este ¨²ltimo semestre vamos a levantar las muestras del segundo piso y vamos a trabajar lo que viene. Va a haber un intermedio porque haremos algunos arreglos. Estamos ideando un proyecto invitando a agentes, curadores de distintos lugares para elaborar una nueva propuesta. La idea es congregar una suerte de comit¨¦ asesor por una parte, pero tambi¨¦n a curadores para desarrollar un gui¨®n.
P. ?Un gui¨®n temporal?
R. Eso va a depender tambi¨¦n de las pr¨®ximas direcciones. Las aspiraciones son que sea un gui¨®n que empiece aqu¨ª y contin¨²e.
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