Sandrino Castec y la chilena m¨¢s chilena
Muere el Bombardero Azul, autor de un gol inolvidable antes los campeones del mundo del 78 y que aliment¨® la ilusi¨®n de la U a comienzos de los 80
La marc¨® un 18 de septiembre de 1980. Debutando por la selecci¨®n tras haber rendido en sus primeras dos temporadas en la Universidad de Chile. Reemplazando a Carlos Caszely y a Oscar Fabbiani, que hab¨ªan hecho la fuerza en la Copa Am¨¦rica del 79, donde La Roja jug¨® una final a tres partidos ante los paraguayos. Y ante los flamantes campeones del mundo, la Argentina de Menotti, reforzada por uno que se hab¨ªa quedado a ¨²ltima hora fuera del plantel: Diego Armando Maradona.
Sandrino Castec, por entonces de 20 a?os, se elev¨® entre Luis Adolfo Galv¨¢n y Daniel Alberto Pasarella para fabricar la cabriola perfecta y conectar el bal¨®n que, tras pasar por los pies de El¨ªas Figueroa, Vladimir Bigorra y Manuel Rojas hab¨ªa rechazado a medias Ubaldo Matildo Fillol con un manotazo. En la transmisi¨®n televisiva el bal¨®n se pierde por un segundo, el relator ¨CIgnacio Hern¨¢ndez¨C cree que es gol de Patricio Y¨¢?ez, pero la c¨¢mara se va con el festejo sonriente de Sandrino y es reci¨¦n all¨ª, durante la repetici¨®n de la jugada en el Estadio Mundialista Malvinas Argentina de Mendoza que todos nos enteramos de que es un golazo de Castec, la chilena m¨¢s recordada de todos los tiempos.
El ¡®Bombardero Azul¡¯ med¨ªa un metro 80, era potente y h¨¢bil para ubicarse en el ¨¢rea. Ten¨ªa en H¨¦ctor Hoffens y Arturo Salah dos punteros eficientes que lo abastec¨ªan y compart¨ªa el ¨¢rea y la titularidad con otro artillero temible, Luis Alberto Ramos. Era el mejor momento de la U desde el Ballet Azul, de la mano de Fernando Riera, donde la opci¨®n de reconquistar el t¨ªtulo pareci¨® cercana ese mismo 1980, cuando disputando la corona mano a mano con Cobreloa un penal dudoso sancionado por Enrique Mar¨ªn a Alberto Quintano en Lota les rest¨® el punto que defini¨® la lucha. Sandrino ya era un ¨ªcono promocionando mocasines Pluma, todo un cambio en el calzado juvenil.
Pese a que el gol de Mendoza marcaba el auspicioso comienzo de un proceso que conducir¨ªa a la selecci¨®n al Mundial de Espa?a, Sandrino no entr¨® en la n¨®mina final desplazado por dos j¨®venes que emergieron con igual fuerza: Patricio Y¨¢?ez y Juan Carlos Letelier. Su ausencia marc¨® a fuego su trayectoria, que no alcanz¨® la altura que promet¨ªa, con un paso internacional por el Cruz Azul y un final anunciado en Audax Italiano, Cobresal y Valdivia.
La verdad es que ese gol de chilena en Mendoza fue un hecho ¨²nico e irrepetible para Sandrino. Jug¨® otros 13 partidos por la selecci¨®n ¨Cdos de ellos oficiales¨C sin volver a festejar y la sombra de Carlos Caszely cay¨® irremediable sobre su destino.
Muri¨® despu¨¦s de larga agon¨ªa para pesar de los hinchas azules, con los que festej¨® una Copa Chile y la ilusi¨®n permanente de volver a ganar un t¨ªtulo, que tendr¨ªa que esperar varios a?os m¨¢s. Quedar¨¢, para siempre, un gol inolvidable para todos nosotros. Un 18 de septiembre, la chilena m¨¢s chilena de todas las chilenas.