As¨ª estropean el cielo los sat¨¦lites de Elon Musk
Los astr¨®nomos alertan del riesgo que suponen para la investigaci¨®n los proyectos que comercializan el espacio desplegando aparatos en la ¨®rbita terrestre

¡°A m¨ª me afecta bastante, pero a los que puede causar problemas es a quienes se dedican a buscar cometas, estrellas y dem¨¢s en los telescopios, lo serio es para la ciencia¡±, explica el astrofot¨®grafo Daniel L¨®pez. Sus vistosas im¨¢genes de fen¨®menos astron¨®micos han dado la vuelta al mundo, pero la noche del martes se top¨® con un problema inesperado cuando trataba de fotografiar el cometa Neowise desde las cumbres de Tenerife. Como se ve en la imagen, se cruzaron frente a su objetivo un pelot¨®n de los sat¨¦lites de SpaceX, la compa?¨ªa de Elon Musk, perpetrando docenas de ara?azos luminosos en su trabajo. Musk pretende rentabilizar su acceso privilegiado a la ¨®rbita terrestre con miles de estos aparatos, que ser¨¢n una molesta pesta?a dentro del ojo de los astr¨®nomos. ¡°La proliferaci¨®n de constelaciones de sat¨¦lites artificiales perjudica la observaci¨®n astron¨®mica¡±, advierte la Sociedad Espa?ola de Astronom¨ªa (SEA).
La semana pasada, durante la reuni¨®n cient¨ªfica de la SEA se hizo p¨²blico un trabajo encargado a un equipo cient¨ªfico para analizar los riesgos de estas nuevas constelaciones de sat¨¦lites que suponen ¡°una amenaza para la observaci¨®n astron¨®mica¡±. Varias empresas como la de Musk, que ha sido el pionero con su proyecto Starlink, van a llenar el cielo de aparatos que no tienen entre sus prioridades el da?o que provocan a la ciencia, a la astrofotograf¨ªa o a la exploraci¨®n con futurible basura espacial. La foto de L¨®pez es un buen ejemplo.

El proyecto de Musk supone un enjambre de al menos 12.000 de estos aparatos, de 260 kilos, que rodear¨¢n por completo el planeta para ganar dinero a cambio de proporcionar internet de alta calidad a sus clientes. De momento, ya ha lanzado 540, que se van ubicando en el cielo en vistosas coreograf¨ªas f¨¢cilmente visibles desde el suelo. Otro milmillonario, Jeff Bezos, proyecta mandar unos 3.000 sat¨¦lites con el mismo prop¨®sito: explotar comercialmente el cielo. ?nicamente deben pedirle permiso a la Agencia Estadounidense de Comunicaciones, que nada tiene que ver con intereses cient¨ªficos, astron¨®micos o de protecci¨®n de un espacio que es de todos los humanos.
¡°El impacto para la astronom¨ªa es pr¨¢cticamente el principio del fin de la noche¡±, alertaba el premio Nobel de F¨ªsica Didier Queloz, ¡°pero a la gente que manda estos sat¨¦lites les da igual: nunca han hablado con astr¨®nomos, ni con el p¨²blico¡±. ¡°Son gente mercantilizando el cielo ahora mismo, ganan dinero con ello, y la consecuencia es que vamos a perder el cielo¡±, sentenci¨® Queloz, reconocido astr¨®nomo que ha descubierto innumerables cuerpos celestes para la ciencia. El a?o pasado, hubo un encontronazo entre la Agencia Espacial Europea (ESA) y SpaceX, que ten¨ªa sus aparatos en riesgo de colisi¨®n con el sat¨¦lite de observaci¨®n cient¨ªfica Aeolus, obligando a la ESA a realizar por primera vez una ¡°maniobra de evitaci¨®n de colisi¨®n¡±. Un episodio que reabri¨® el debate sobre la ordenaci¨®n del espacio y la ambici¨®n desmesurada de estas compa?¨ªas, pero tambi¨¦n sobre la falta de transparencia de sus iniciativas.
¡°Son gente mercantilizando el cielo ahora mismo, ganan dinero con ello, y la consecuencia es que vamos a perder el cielo¡±Didier Queloz, Nobel de F¨ªsica
Junto al de Musk y el de Bezos, hay proyectos similares de China y otras compa?¨ªas privadas. ¡°En caso de que culminaran estos proyectos¡±, advierte el trabajo de la SEA, ¡°el n¨²mero actual de objetos artificiales colocados en ¨®rbita de manera intencionada se ver¨ªa m¨¢s que duplicado. Estos proyectos conllevan consecuencias considerables¡±. Ya existen varias constelaciones de sat¨¦lites, como las de posicionamiento como GPS y Galileo, pero todas ellas suman un n¨²mero peque?o de instrumentos, siempre por debajo del centenar, explican los astr¨®nomos. Algunas informaciones apuntan a que solo Starlink podr¨ªa llegar a depositar 42.000 sat¨¦lites para SpaceX en la ¨®rbita baja de la Tierra, donde reposan la Estaci¨®n Espacial Internacional y el telescopio espacial Hubble.
El problema inicial es que cuando los sat¨¦lites atrapan y reflejan peri¨®dicamente la luz del Sol interfieren en las observaciones del cielo, que se llena de molestos espejitos a distintas alturas, porque los aparatos se van desplazando poco a poco hasta su posici¨®n id¨®nea. Esto gener¨® una gran controversia entre todas las sociedades astron¨®micas del mundo, tras la que SpaceX prometi¨® que trabajar¨ªa en una serie de cambios que hicieran sus futuros ingenios menos molestos a la vista.

Aunque eso es solo uno de los inconvenientes. Los astr¨®nomos miran al cielo, pero tambi¨¦n lo escuchan con sus gigantescos radiotelescopios, que captan se?ales provocadas por fen¨®menos c¨®smicos como p¨²lsares y galaxias, que emiten ondas de radio. Los sat¨¦lites de telecomunicaciones emiten y reciben en frecuencias que podr¨ªan interferir en esos trabajos, advierte el estudio. ¡°Hay que subrayar que las emisiones de estos sistemas estar¨¢n presentes d¨ªa y noche, y que su intensidad podr¨ªa no solo dificultar las observaciones radioastron¨®micas en las bandas afectadas, sino incluso da?ar unos detectores dise?ados para recibir la radiaci¨®n procedente de fuentes naturales extremadamente d¨¦biles¡±, alerta.
El estudio de la SEA calcula muchas variables para estudiar hasta qu¨¦ punto afectar¨ªa al trabajo astron¨®mico y cu¨¢les ser¨ªan las soluciones. Por ejemplo, los telescopios podr¨ªan contar con alarmas que avisaran de que se va a cruzar uno de estos objetos, pero eso depender¨ªa de un ejercicio extraordinario de transparencia por parte de las compa?¨ªas privadas. Seg¨²n su an¨¢lisis, el da?o provocado puede no ser tan grande como se tem¨ªan inicialmente, cuando comenzaron a filmarse los sat¨¦lites en ¨®rbitas muy bajas. Pero ¡°proyectos de campo amplio¡±, como el Observatorio Vera Rubin, ¡°pueden verse muy afectados¡±. En febrero, el diagn¨®stico de la Uni¨®n Astron¨®mica Internacional fue peor: ¡°Se calcula que los rastros de las constelaciones de sat¨¦lites ser¨¢n lo suficientemente brillantes como para saturar detectores modernos en grandes telescopios¡±. Sufrir¨¢ la astronom¨ªa y tambi¨¦n los astrofot¨®grafos como Daniel L¨®pez, que tendr¨¢n que acostumbrarse a convivir con estos artefactos impertinentes.
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