Las amenazas de la ¨²ltima frontera de la humanidad en la Tierra
Un grupo de cient¨ªficos alerta de los riesgos de explotar la ¡®Twilight Zone¡¯ de los oc¨¦anos, el ¨²ltimo recurso salvaje del planeta, sin investigar las consecuencias
Donde no llega la luz del sol comienza el reino de los calamares gigantes, de familias de medusas, bacterias o de peces de misteriosa biolog¨ªa. Es la ¨²ltima frontera de la humanidad en la Tierra, una zona denominada Twilight Zone (zona crepuscular) y que ocupa la franja del mar situada entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad. All¨ª, a presiones de 100 atm¨®sferas (un centenar de veces superior a la existente a nivel del mar), habitan entre 1.000 y 20.000 millones de toneladas de peces, una cantidad i...
Donde no llega la luz del sol comienza el reino de los calamares gigantes, de familias de medusas, bacterias o de peces de misteriosa biolog¨ªa. Es la ¨²ltima frontera de la humanidad en la Tierra, una zona denominada Twilight Zone (zona crepuscular) y que ocupa la franja del mar situada entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad. All¨ª, a presiones de 100 atm¨®sferas (un centenar de veces superior a la existente a nivel del mar), habitan entre 1.000 y 20.000 millones de toneladas de peces, una cantidad igual o 20 veces superior a la existente en las zonas superficiales. Adem¨¢s, esta regi¨®n es el intercambiador clave del di¨®xido de carbono y de la cadena de transformaci¨®n de la materia org¨¢nica. Sin este oscuro reino, no existir¨ªa la vida. Y sin embargo, est¨¢ amenazado. Cient¨ªficos internacionales agrupados en JETZON (siglas en ingl¨¦s de red conjunta para la exploraci¨®n de la zona crepuscular de los oc¨¦anos) han dado la voz de alarma. ¡°No hay tiempo que perder. No podemos permitir que el calentamiento clim¨¢tico y la explotaci¨®n humana alteren fundamentalmente la zona crepuscular antes de que comencemos a comprender las posibles consecuencias para la salud del planeta¡±, afirman en un art¨ªculo en Nature.
¡°Este es el ¨²ltimo recurso salvaje del planeta¡±, advierte Xabier Irigoien, director cient¨ªfico del centro tecnol¨®gico vasco Azti y principal impulsor del ¨²ltimo estudio y de otros publicados sobre la zona crepuscular. En esta enorme franja de mar, que supone el 60% de la superficie del planeta, se produce el mayor movimiento migratorio de la Tierra, desde donde cada noche millones de peces y organismos se mueven a zonas superficiales para alimentarse y retirarse al amanecer.
Este movimiento vertical de todo tipo de elementos, reflejado en Scientific Reports de Nature, es clave en el transporte activo de carbono, en un proceso conocido como ¡°bomba biol¨®gica¡±, en el aporte de compuestos org¨¢nicos, generados por la liberaci¨®n de residuos o por la muerte de ejemplares, y como recurso alimenticio para las especies m¨¢s superficiales. ¡°Algunos procesos de transporte de materia que tardar¨ªan meses, se producen en horas¡±, explica Irigoien.
La bomba biol¨®gica es como un intercambiador fundamental y ahora hay tecnolog¨ªa para investigarla y elaborar modelos predictivos, para saber cu¨¢les van a ser las consecuencias si se alteraMar¨ªa Villa, f¨ªsica de la Universidad de Sevilla
¡°Esa bomba biol¨®gica es como un intercambiador fundamental y ahora hay tecnolog¨ªa para investigarla y elaborar modelos predictivos, para saber cu¨¢les van a ser las consecuencias si se altera¡±, a?ade Mar¨ªa Villa, f¨ªsica de la Universidad de Sevilla e integrante del grupo de cient¨ªficos que ha dado la voz de alerta.
Pese a su importancia, es la zona m¨¢s desconocida del planeta. ¡°Est¨¢ mal entendida, f¨ªsica, biol¨®gica, geoqu¨ªmica y ecol¨®gicamente. Incluso el n¨²mero de organismos que viven all¨ª sigue siendo un misterio, y m¨¢s su diversidad y funci¨®n¡±, advierten los cient¨ªficos en Nature.
De ese desconocimiento surge la desconcertante evaluaci¨®n de la concentraci¨®n de biomasa. Mientras algunos estudios la equiparan a la existente en la zona superficial, otros consideran que podr¨ªa ser 20 veces m¨¢s elevada y muy superior al peso de la poblaci¨®n humana mundial.
Otra de las dificultades que apunta Villa es que es necesaria la investigaci¨®n in situ, ya que el transporte de muestras de una zona con 100 atm¨®sferas de presi¨®n y oscura a laboratorios de la superficie terrestre altera significativamente las condiciones.
Conocer el funcionamiento de esta enorme bomba biol¨®gica es crucial para analizar los niveles futuros de ox¨ªgeno o c¨®mo se almacenar¨¢ el carbono org¨¢nico a largo plazo o los efectos del cambio clim¨¢tico.
El beneficio ecosist¨¦mico de esta zona es muy importante y m¨¢s valioso que su explotaci¨®nXabier Irigoien, director cient¨ªfico del centro tecnol¨®gico vasco Azti
La Twilight Zone es un ecosistema fundamental y en un dif¨ªcil equilibrio. ¡°Cualquier alteraci¨®n en uno solo de sus elementos afecta a todo el ciclo¡±, advierte Villa. ¡°El beneficio ecosist¨¦mico de esta zona es muy importante y m¨¢s valioso que su explotaci¨®n¡±, a?ade Irigoien.
Pese a estas advertencias, la supuesta riqueza de recursos por debajo de los 200 metros de la superficie marina ha despertado el inter¨¦s de la industria por explotarla sin conocer a¨²n como responder¨¢ a la presi¨®n humana. El estudio pone de ejemplo c¨®mo la captura de especies abundantes en esa zona, como la luci¨¦rnaga dentada o cepill¨®n (Sigmops elongatus), supondr¨ªa la eliminaci¨®n de muchos otros animales en el proceso, reducir la resiliencia del ecosistema y cambiar los ciclos mundiales de nutrientes y carbono. Del mismo modo, la miner¨ªa del fondo marino podr¨ªa liberar residuos en la regi¨®n y, seg¨²n explica Villa, cambiar el sistema de intercambio de materia.
Los efectos de la explotaci¨®n de las zonas m¨¢s cercanas a la superficie ya han generado da?os ambientales generalizados en las regiones costeras, un ejemplo de la importancia de la investigaci¨®n y el establecimiento de pol¨ªticas para evitar una situaci¨®n similar en el territorio inexplorado. ¡°Es necesario un acuerdo global para gestionarlo¡±, reclaman los cient¨ªficos de JETZON.
¡°El hecho de que sean aguas internacionales dificulta la regulaci¨®n¡±, admite Irigoien, pero resalta ejemplos, como las limitaciones a la explotaci¨®n de la Ant¨¢rtida, que pueden servir para proteger la zona crepuscular.
El centro que dirige el cient¨ªfico vasco lidera un proyecto europeo, denominado Summer, que aboga por la investigaci¨®n de los nieles reales de la biomasa existente por debajo de los 200 metros, del valor del servicio ecosist¨¦mico y de las posibles medidas de gesti¨®n.
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