El futuro de un virus hist¨®rico
El SARS-CoV-2 acabar¨¢ siendo uno de los nuestros
La mejor manera de predecir el futuro es mirar al presente. El futuro siempre est¨¢ entre nosotros, aunque en un estado larvario e incierto. Por eso la ciencia ficci¨®n es el arte de predecir el presente, como hizo Blade Runner con la clonaci¨®n y los robots que ya asomaban en 1980 como un dilema ¨¦tico y cient¨ªfico y solo necesitaron la perspicacia de Philip K. Dick para aflorar en todo su esplendor premonitorio. Mientras ...
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La mejor manera de predecir el futuro es mirar al presente. El futuro siempre est¨¢ entre nosotros, aunque en un estado larvario e incierto. Por eso la ciencia ficci¨®n es el arte de predecir el presente, como hizo Blade Runner con la clonaci¨®n y los robots que ya asomaban en 1980 como un dilema ¨¦tico y cient¨ªfico y solo necesitaron la perspicacia de Philip K. Dick para aflorar en todo su esplendor premonitorio. Mientras los cient¨ªficos de la OMS que han viajado a China para investigar los or¨ªgenes del SARS-CoV-2 que ha puesto el mundo patas arriba, y que probablemente se van a tirar un mes de cuarentena al dar tres de ellos positivo en Singapur, otros investigadores se ocupan de predecir el futuro del virus a 10 a?os. Y lo hacen mirando al presente, como buenos futur¨®logos.
Hay cuatro coronavirus circulando desde hace tiempo por la poblaci¨®n que causan un catarro com¨²n de poca importancia. Tambi¨¦n hay otros dos m¨¢s graves pero m¨¢s controlados, como el SARS y el MERS. Hay por lo tanto ra¨ªces bien asentadas sobre el comportamiento de los coronavirus, la familia a la que pertenece nuestro leviat¨¢n, a medio y largo plazo. Los cuatro coronavirus del catarro com¨²n infectan sobre todo a los ni?os peque?os, posiblemente porque los adultos ya pasaron el contagio de peque?os y ahora tienen una inmunidad natural contra ellos. Seg¨²n los autores del estudio, sin embargo, esa inmunidad natural no protege contra la reinfecci¨®n, o no mucho tiempo.
Los nuevos modelos indican que la covid ser¨¢ en los pr¨®ximos a?os una enfermedad leve de la infancia
En plena campa?a de vacunaci¨®n, quedan dos grandes inc¨®gnitas por resolver sobre las vacunas anticovid en uso, y tambi¨¦n sobre la inmunidad natural de quienes ya la han pasado. La primera es cu¨¢nto dura la inmunidad. Por el momento podemos contar con cuatro u ocho meses, pero no ha habido tiempo f¨ªsico para estimarlo m¨¢s all¨¢. La segunda es que sabemos por los ensayos cl¨ªnicos que la vacuna protege al vacunado de desarrollar los s¨ªntomas m¨¢s graves de la covid, incluida la muerte. Pero no sabemos a¨²n si evita que el vacunado contagie a otras personas. Esto es un dato muy importante para los epidemi¨®logos, porque les otorga una mayor capacidad de predicci¨®n y les permite indicar a los pol¨ªticos las medidas m¨¢s eficientes.
Al final ¨Dya hay indicios de ello¡ª, que la vacuna evite o no la trasmisi¨®n depender¨¢ de si la persona tiene m¨¢s receptores para el virus en la profundidad de los pulmones o en las aguas someras de la garganta y las fosas nasales. Los segundos sufren menos en caso de contagiarse, pero propagan m¨¢s el virus. Son datos cruciales para planificar, pero est¨¢n a¨²n demasiado verdes. Los nuevos modelos, en cualquier caso, indican que la covid ser¨¢ en los pr¨®ximos a?os una enfermedad leve de la infancia. Y los ni?os de hoy ser¨¢n los adultos del futuro, y estar¨¢n inmunizados de un modo u otro. Eso ser¨¢ el fin del peor agente pand¨¦mico que hemos conocido en 100 a?os, pero tambi¨¦n su puesta de largo como un virus end¨¦mico, uno de los nuestros.
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