Un estudio detalla el ¡°catastr¨®fico¡± efecto de las misiones cristianas en los nativos de Am¨¦rica
La mitad de los ind¨ªgenas de California sobreviv¨ªa m¨¢s all¨¢ de los 47 a?os hasta la llegada de los misioneros espa?oles en 1769; la mitad mor¨ªa sin cumplir los 22 despu¨¦s de ese a?o
Un libro fant¨¢stico publicado en el a?o 1510 en Sevilla, Las sergas de Esplandi¨¢n, narraba las fabulosas aventuras de un caballero cristiano por lugares imaginarios como una tal California, un para¨ªso terrenal habitado por mujeres guerreras cubiertas de oro. Cuando los conquistadores espa?oles llegaron a la costa occidental de Norteam¨¦rica en el siglo XVI, bautizaron las tierras como California, en recuerdo de aquella leyenda de un libro de caballer¨ªas tan popular entonces que incluso aparece en la biblioteca de Don Quijote. La California real, sin embargo, no estaba poblada por amazonas con espadas doradas, sino por grupos ind¨ªgenas indefensos ante las nuevas enfermedades infecciosas tra¨ªdas por los reci¨¦n llegados. Una nueva investigaci¨®n ha puesto ahora cifras al descenso ¡°catastr¨®fico¡± de la poblaci¨®n original: antes del establecimiento de las misiones espa?olas, la mitad de los nativos sobreviv¨ªa m¨¢s all¨¢ de los 47 a?os. Tras el asentamiento de los llamados ¡°varones de Dios¡±, la mitad de los locales lleg¨® a morir antes de cumplir los 22 a?os.
El actual mapa de California revela su origen: San Francisco, San Jos¨¦, Santa B¨¢rbara, San Luis Obispo. Tras m¨¢s de dos siglos de escasos avances, el fraile Jun¨ªpero Serra fund¨® la primera misi¨®n espa?ola, la de San Diego, en 1769. Los franciscanos se extendieron por el territorio con el encargo de convertir las comunidades locales de cazadores y recolectores en s¨²bditos productivos del rey cat¨®lico Carlos III. El nuevo estudio, encabezado por el antrop¨®logo estadounidense Brian Codding, ha analizado los registros de mortalidad de las propias misiones espa?olas, con datos de m¨¢s de 23.000 personas, y otros 10.000 fallecimientos de tiempos prehist¨®ricos. Los autores hablan de unos niveles de mortalidad similares a los de una ¡°peste¡± tras el establecimiento de los espa?oles a partir de 1769.
Los autores hablan de unos niveles de mortalidad similares a los de una ¡°peste¡± tras el establecimiento de los misioneros
El trabajo, publicado este lunes en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU (PNAS), calcula que la poblaci¨®n local de 43.285 personas se redujo a 7.800 individuos tras la llegada de los misioneros a lo que hoy es California central. ¡°El n¨²mero de muertes tras el establecimiento de las misiones espa?olas fue, probablemente, mucho mayor, especialmente si la poblaci¨®n en el momento del contacto est¨¢ infraestimada y si los fallecimientos no se registraban¡±, opina Codding, de la Universidad de Utah, en Salt Lake City. Martha Ortega, historiadora de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana (M¨¦xico), aplaude el nuevo estudio, ¡°serio y muy bueno¡±, en el que no ha participado.
Algunos historiadores espa?oles, como Salvador Bernab¨¦u, han analizado en los ¨²ltimos a?os el sistema de las misiones en California. Los frailes, acompa?ados por algunos soldados, llegaban con perros, caballos, gallinas, ovejas, semillas y regalos para atraer a los nativos. Los predicadores les ense?aban oraciones cristianas, los bautizaban y los vest¨ªan como los espa?oles: con calz¨®n y camisa, a los hombres, o con vestido, a las mujeres. Bernab¨¦u, director de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos (CSIC), ha constatado en sus obras la ¡°ca¨ªda dr¨¢stica¡± de la poblaci¨®n ind¨ªgena por las enfermedades infecciosas, un problema que se agrav¨® cuando los nativos fueron obligados a convivir en estancias mal ventiladas en las misiones. La viruela, el resfriado com¨²n, la gripe, el sarampi¨®n, la difteria, la malaria y las enfermedades ven¨¦reas arrasaron a los nativos.
Los virus y los microbios, sin embargo, no explican por s¨ª solos la cat¨¢strofe vivida alrededor de las misiones espa?olas, advierten los autores estadounidenses, que apuntan a otros factores a?adidos, como la expropiaci¨®n de tierras, las hambrunas, la esclavitud y los traslados forzosos. ¡°Quiz¨¢ fue m¨¢s culpable el caos cultural que se extendi¨® por Am¨¦rica tras el contacto con los europeos y que podr¨ªa haber exacerbado radicalmente la vulnerabilidad de las poblaciones ind¨ªgenas¡±, plantean los investigadores en su estudio. Su an¨¢lisis muestra que en las misiones californianas muri¨® un mayor n¨²mero de mujeres (unas 13.000) que de hombres (unos 10.000), un fen¨®meno todav¨ªa sin explicaci¨®n, seg¨²n admite otro de los firmantes, el prehistoriador Terry Jones, de la Universidad Polit¨¦cnica Estatal de California, en San Luis Obispo.
¡°Hubo violencia en las misiones. Hubo intentos de revuelta por parte de los nativos¡±, se?ala Jones, que se apoya en el an¨¢lisis de los restos ¨®seos, con marcas de golpes y de proyectiles. ¡°Y California tampoco era un para¨ªso libre de violencia antes de la llegada de los espa?oles. Los relatos hist¨®ricos describen enfrentamientos a peque?a escala con violencia entre grupos nativos, a menudo causados por el uso sin autorizaci¨®n de los recursos de otro grupo o por la invasi¨®n de sus territorios¡±, subraya Jones.
Los historiadores pensaron durante d¨¦cadas que, tras la llegada de Crist¨®bal Col¨®n a Am¨¦rica en 1492, hubo una pandemia continental que aniquil¨® a la poblaci¨®n ind¨ªgena, con plagas que incluso habr¨ªan llegado a California antes que los propios espa?oles, pero estudios como el de Codding y Jones muestran m¨¢s bien un mosaico de epidemias regionales surgidas durante siglos y con diferentes intensidades. La peste en California lleg¨® con los misioneros.
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