¡°En ning¨²n sitio se conf¨ªa en las personas que no tienen un domicilio fijo¡±
La psic¨®loga estadounidense Susan Fiske investiga los estereotipos: desde los que rodean a los gitanos a los que afectan a andaluces y catalanes
Una persona puede pensar que es muy racional a la hora de juzgar a los dem¨¢s, pero la realidad es que muchas de sus opiniones se forman en mil¨¦simas de segundo, sin nada parecido a un an¨¢lisis justo. La psic¨®loga estadounidense Susan Fiske, nacida en Chicago hace 69 a?os, habla de ¡°avaricia cognitiva¡±: el cerebro toma atajos, porque no tiene tiempo para elaborar un retrato individualizado de cada persona que se cruza por la calle. Los estereotipos y los prejuicios funcionan entonces a toda m¨¢quina. Si es un gitano, alerta. Si es un blanco de clase ...
Una persona puede pensar que es muy racional a la hora de juzgar a los dem¨¢s, pero la realidad es que muchas de sus opiniones se forman en mil¨¦simas de segundo, sin nada parecido a un an¨¢lisis justo. La psic¨®loga estadounidense Susan Fiske, nacida en Chicago hace 69 a?os, habla de ¡°avaricia cognitiva¡±: el cerebro toma atajos, porque no tiene tiempo para elaborar un retrato individualizado de cada persona que se cruza por la calle. Los estereotipos y los prejuicios funcionan entonces a toda m¨¢quina. Si es un gitano, alerta. Si es un blanco de clase media, calma.
Fiske, profesora de la Universidad de Princeton, lleva cuatro d¨¦cadas investigando los estereotipos. Su teor¨ªa es que la gente juzga de inmediato dos elementos: las buenas o malas intenciones de las otras personas y su capacidad para llevarlas a cabo. En resumen, su calidez y su competencia. ¡°Suena muy abstracto, pero en todos los pa¨ªses se ven como c¨¢lidas y competentes las personas que tienen las caracter¨ªsticas por defecto de ese pa¨ªs. En Espa?a, estas caracter¨ªsticas ser¨ªan la nacionalidad espa?ola, ser blanco y ser cristiano cat¨®lico. En el extremo opuesto estar¨ªan los drogadictos, las personas sin hogar, los marroqu¨ªes, los rumanos, los gitanos¡±, explica Fiske. La psic¨®loga, referente internacional en su disciplina, recogi¨® el 21 de septiembre en Bilbao el Premio Fronteras del Conocimiento, de la Fundaci¨®n BBVA, ¡°por revelar el papel de los sesgos cognitivos en las relaciones sociales¡±. El galard¨®n, compartido con su colega Shelley Taylor, est¨¢ dotado con 400.000 euros. Uno de cada 10 premiados gana despu¨¦s un Nobel.
Pregunta. Ustedes encuentran en todos los pa¨ªses admiraci¨®n por la clase media y repugnancia hacia los pobres y, especialmente, hacia los gitanos.
Respuesta. S¨ª, en ning¨²n sitio se conf¨ªa en las personas que no tienen un domicilio fijo. Los refugiados siempre son mal vistos. Tambi¨¦n las personas sin hogar y las itinerantes, como los gitanos. Creo que es porque, si hacen algo malo, no las puedes encontrar. Y tambi¨¦n influye que, si no tienes una casa fija, quiz¨¢ te ven como que no eres competente para ganar dinero. Ocurre en todas partes. Si no es culpa de ellos ser pobres, entonces la gente siente algo de l¨¢stima y quiere ayudar. Si son pobres porque rechazan participar en la sociedad y son vistos como vagos, entonces la gente siente repugnancia.
P. ?Cu¨¢nto tiempo hace falta para formarse una impresi¨®n de una persona?
R. Menos de un segundo. Puedes ver la foto de una persona durante milisegundos y tener una impresi¨®n de su calidez y su competencia.
Puedes ver la foto de una persona durante milisegundos y tener una impresi¨®n de su calidez y su competencia
P. ?Se puede odiar a una persona que no conoces en menos de un segundo?
R. Odiar es un poco fuerte, pero yo dir¨ªa que s¨ª puedes sentir desconfianza y falta de respeto.
P. Es un poco como en la aplicaci¨®n Tinder, en la que la gente decide en segundos si tendr¨ªa sexo con otra persona viendo una foto.
R. Una estudiante m¨ªa hizo una tesis sobre esto. La gente en Tinder toma decisiones muy r¨¢pido. Las personas eligen a otras personas que se parecen a ellas. Ese es el primer sesgo.
P. ?Hay estereotipos propios de Espa?a?
R. Lo interesante de estos mapas de estereotipos son las combinaciones. En Espa?a, las personas de partidos ecologistas son vistas como bienintencionadas, pero no muy competentes. En el extremo opuesto, hay grupos, como los ricos, que se ven como muy competentes, pero no muy agradables. En Espa?a, los catalanes y los vascos son vistos como muy competentes, pero con poca calidez. Y con la gente de Andaluc¨ªa ocurre al rev¨¦s: es vista como bienintencionada, pero con menos competencia. Los mapas de estereotipos son ¨²tiles porque hay un comportamiento diferente hacia los distintos grupos: admiraci¨®n, repugnancia, l¨¢stima, envidia. La discriminaci¨®n no siempre es odio.
P. Usted dice que somos avaros cognitivos: necesitamos atajos.
R. Exacto. Las personas tenemos un problema de ancho de banda: no podemos pensar en tantas cosas a la vez.
En Espa?a, las personas de partidos ecologistas son vistas como bienintencionadas, pero no muy competentes
P. ?Qu¨¦ estereotipos hay en EE UU respecto a Espa?a y otros pa¨ªses hispanohablantes?
R. Son dos categor¨ªas muy diferentes. Para nosotros, los hispanohablantes son de Am¨¦rica Latina: mexicanos, guatemaltecos, gente de Sudam¨¦rica. La clase social es un factor de confusi¨®n. Cuando la gente habla de un inmigrante mexicano, se asume que es de clase trabajadora, mano de obra. Si hablamos de una persona de Espa?a, asumir¨ªamos que es de clase media o media-alta. Hemos hecho un mapa de diferentes tipos de inmigrantes en EE UU y lo que vemos es que la actitud hacia los inmigrantes, en general, no es buena, pero los europeos est¨¢n en el cuadrante alta calidez-alta competencia. Los inmigrantes latinos y los africanos est¨¢n en el cuadrante bajo-bajo. Los inmigrantes asi¨¢ticos son vistos como altamente competentes, pero no muy c¨¢lidos.
P. ?C¨®mo se pueden cambiar estos estereotipos?
R. La manera de evitar estos estereotipos es ponernos a trabajar en equipo. Si necesitamos cumplir un objetivo juntos, nos preocuparemos por saber realmente c¨®mo es la otra persona. Pero, para cambiar los estereotipos a nivel nacional, hay que cambiar la narrativa. Muchos pa¨ªses ven a los inmigrantes como indignos de confianza y de bajo estatus, pero si nos damos cuenta de que es muy dif¨ªcil emigrar, de que necesitas ser muy resuelto e inteligente para hacerlo, eso cambia la narrativa. Si una persona emigra es para mejorar su situaci¨®n econ¨®mica, lo ¨²ltimo que quiere hacer es estar huyendo de la polic¨ªa.
P. En el mapa de estereotipos de EE UU, los musulmanes y los ateos aparecen juntos.
R. Ambos son vistos como indignos de confianza. La gente no conf¨ªa en ellos.
Nacemos con una predisposici¨®n humana natural a estar a gusto con gente que pensamos que es como nosotros
P. ?Nacemos con los estereotipos y los prejuicios en el cerebro?
R. Nacemos con una predisposici¨®n humana natural a estar a gusto con gente que pensamos que es como nosotros. Por eso, cuando conoces a alguien, aunque sea diferente en la superficie, si descubres que ten¨¦is intereses compartidos ¡ªcomo el mismo equipo deportivo o las mismas aficiones¡ª hay una atracci¨®n real. Con el tiempo, la informaci¨®n supera los estereotipos.
P. Usted ha observado en experimentos que la parte del cerebro implicada en la interacci¨®n social no responde con las personas pobres o los inmigrantes.
R. Todos estos estereotipos deshumanizan, pero hay diferentes formas de deshumanizaci¨®n. Si consideras que un grupo es realmente eficiente, pero no muy c¨¢lido, est¨¢s incluyendo a sus miembros en el estereotipo de los aut¨®matas. Y, si crees que no son dignos de confianza ni competentes, los est¨¢s metiendo en el estereotipo de los animales. Lo que observamos con las personas sin hogar es que la gente reacciona como si fueran un mont¨®n de basura. Las partes del cerebro que se activan son similares, relacionadas con la repugnancia. La buena noticia es que los estereotipos se pueden superar f¨¢cilmente. Si est¨¢s trabajando en un comedor ben¨¦fico, llega una persona sin hogar y dice, por ejemplo, que le encantan las zanahorias, entonces regresa la parte del cerebro que normalmente reacciona con el resto de la gente. Es algo muy sencillo: ocurre al ver que la otra persona tiene una mente y sus propias opiniones.
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