¡°Va a llevar un tiempo reconstruir las relaciones sociales despu¨¦s del confinamiento¡±

Shelley Taylor (Nueva York, 74 a?os) se interes¨® por la psicolog¨ªa de la salud cuando diagnosticaron c¨¢ncer de mama a una amiga. Aunque esc¨¦ptica, fue de las primeras expertas en preguntarse qu¨¦ principios psicosociales pod¨ªan ayudar a mejorar la experiencia de la enfermedad. ¡°Cuando empec¨¦ en este campo apenas hab¨ªa inter¨¦s en la relaci¨®n entre la mente y el cuerpo o la psicolog¨ªa y la salud¡±, cuenta. Sus resultados condujeron al crecimiento de un campo actualmente en auge, casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s. Tras varios a?os como investigadora y docente de la Universidad de Harvard, esta psic¨®loga se uni¨® al claustro de la Universidad de California en Los ?ngeles, donde es ahora Distinguished Research Professor. Con m¨¢s de 500 publicaciones entre art¨ªculos cient¨ªficos, ensayos y libros sobre la psicolog¨ªa social y las ilusiones positivas, recibe este mi¨¦rcoles, junto con su colega Susan Fiske, el galard¨®n de la Fundaci¨®n BBVA Fronteras del Conocimiento en Ciencias Sociales.

Pregunta. Usted ha dedicado toda su vida al estudio de la psicolog¨ªa social, ?por qu¨¦ se interes¨® por lo que usted denomina los sesgos cognitivos?

Respuesta. Al principio de nuestras investigaciones nos dimos cuenta de que juzgamos nuestro entorno de una manera imprecisa. Es por eso que continuamos nuestro estudio en esa direcci¨®n. Es a lo que he dedicado pr¨¢cticamente toda mi vida. Estos sesgos han derivado en un estudio llamado: ilusiones positivas, que demuestra que la gente tiende a verse a s¨ª misma, el mundo y el futuro desde una perspectiva m¨¢s positiva que realista.

P. ?Por qu¨¦?

R. Por algo muy simple: nos hacen sentir mejor. Te dan la sensaci¨®n de que vas a ser capaz de superar tus retos y hacer las cosas de la manera que quieres. Motiva a la gente. Si tienes una meta clara, las ilusiones positivas tienden a estar al servicio de ese objetivo. Pero esto solo pasa si existe una posibilidad real de conseguirlo.

P. ?En tiempos tan complicados como el actual, donde reina la incertidumbre, siguen prevaleciendo los pensamientos positivos?

R. Una de las cosas que hemos notado es que cuando las situaciones son extremadamente serias y tienen consecuencias potencialmente muy negativas la gente tiende a tener una perspectiva mucho m¨¢s realista. Y eso es lo que pasa ahora. Todos tienen miedo y es una excepci¨®n. Sin embargo, hay casos en los que las ilusiones positivas pueden ser una forma de adaptarse y amortiguar el estr¨¦s que nos provoca el distanciamiento social.

P. ?Usted cree que despu¨¦s de todo esto cambiar¨¢ nuestra forma de relacionarnos? ?Cambiar¨¢n nuestros juicios?

R. Todo depende del tiempo que dure el confinamiento. Una de las medidas m¨¢s duras de esta crisis es la de limitar tanto el contacto social. Aunque tengamos muchas herramientas para seguir en contacto con nuestra comunidad, si el confinamiento se extiende mucho m¨¢s, sufriremos una fuerte erosi¨®n de los v¨ªnculos. Va a llevar un tiempo reconstruir las relaciones sociales despu¨¦s de todo.

P. ?Y qu¨¦ hay del uso abusivo de las herramientas virtuales? ?Le preocupan?

R. Somos seres sociales. Necesitamos salir con un amigo, que venga gente a cenar a casa, reencontrarnos¡­ Cuando pausan esto tan esencial que hemos construido, en un momento como el actual se puede deteriorar. Las redes sociales por s¨ª mismas no me preocupan. Pero, unidas a la amenaza del virus, mucho. Est¨¢n provocando ansiedad.

P. ?Ser¨¢ este uno de sus pr¨®ximos proyectos, evaluar el impacto en la salud mental?

R. Despu¨¦s del 11-S en Nueva York hubo cambios radicales en las relaciones sociales. Mucha gente le cogi¨® miedo a salir a la calle, otros no paraban de ir a bares y restaurantes porque necesitaban estar con gente¡­ Con el paso de los meses, se equilibr¨® y volvi¨® a lo que era antes. Es probable que pase lo mismo con el coronavirus. Habr¨¢ cambios en los patrones de comportamiento a corto plazo, que claramente me interesan. Pero hay mucho m¨¢s.

P. ?Qu¨¦ otro aspecto le intriga?

R. Queremos investigar cu¨¢l es el impacto en la salud de las personas que nunca se infectaron, pero que vivieron el estr¨¦s, la amenaza y el miedo. Despu¨¦s de seis meses o un a?o, algunos habr¨¢n sufrido cambios brutales y otros habr¨¢n vuelto a la normalidad. No podemos perder estos impactos de vista. Como sabemos, los v¨ªnculos con otras personas son la base del soporte social. Y eso tiene una implicaci¨®n directa en la salud.

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