Hallado en La Rioja el rastro de uno de los dinosaurios m¨¢s r¨¢pidos

Algunos de los dinosaurios depredadores b¨ªpedos (ter¨®podos) m¨¢s r¨¢pidos dejaron su rastro en La Rioja hace entre 100 y 145 millones de a?os. Una investigaci¨®n sobre 12 huellas fosilizadas halladas en el yacimiento de La Torre, del municipio de Igea, ha determinado que los ejemplares que marcaron el suelo a su paso pod¨ªan alcanzar hasta 45 kil¨®metros por hora. Esta velocidad los convierte en unos de los m¨¢s r¨¢pidos, por detr¨¢s de otros ter¨®podos como un ejemplar joven de ...

Algunos de los dinosaurios depredadores b¨ªpedos (ter¨®podos) m¨¢s r¨¢pidos dejaron su rastro en La Rioja hace entre 100 y 145 millones de a?os. Una investigaci¨®n sobre 12 huellas fosilizadas halladas en el yacimiento de La Torre, del municipio de Igea, ha determinado que los ejemplares que marcaron el suelo a su paso pod¨ªan alcanzar hasta 45 kil¨®metros por hora. Esta velocidad los convierte en unos de los m¨¢s r¨¢pidos, por detr¨¢s de otros ter¨®podos como un ejemplar joven de Tyrannosaurus rex, que pod¨ªa llegar a 50 kil¨®metros por hora, y del m¨¢s peque?o Compsognathus (64 kil¨®metros por hora). Sin embargo, superaban al velocirraptor (38 kil¨®metros por hora). El trabajo ha sido publicado en Scientific Reports y encabezado por Pablo Navarro?Lorb¨¦s, paleont¨®logo de la Universidad de La Rioja.

Las huellas analizadas se corresponden con ejemplares del Cret¨¢cico Temprano y presentan los tres dedos funcionales caracter¨ªsticos del ¡°pie de bestia¡± (traducci¨®n de la palabra griega ter¨®podo) as¨ª como una forma m¨¢s larga (28,9 cent¨ªmetros) que ancha (26,9 cm). La investigaci¨®n ha podido confirmar que se trata de rastros fosilizados de ejemplares ¨¢giles y de tama?o medio de este suborden de dinosaurios saurisquios. El paleont¨®logo precisa: ¡°Por nuestras estimaciones a partir de las huellas, ten¨ªan una altura hasta la cadera de entre 1,3 y 1,4 metros, lo que podr¨ªa significar que estamos hablando de dinosaurios de hasta dos metros de altura y unos cuatro metros de longitud¡±.

Sin embargo, la investigaci¨®n no ha podido concretar la especie exacta. En este sentido, Navarro-Lorb¨¦s explica: ¡°La configuraci¨®n de las icnitas [huellas fosilizadas] de dinosaurio depende de varios factores: la forma del pie del animal, las caracter¨ªsticas del barro en el que pisaban y el movimiento realizado por el pie a la hora de generar la huella. Ya que la forma del pie de los dinosaurios carn¨ªvoros es, a grandes rasgos, muy similar en muchas especies (tres dedos relativamente gr¨¢ciles acabados en garras), es dif¨ªcil asignar una huella determinada a una especie concreta. Adem¨¢s, conocemos algunas de las especies que habitaban la pen¨ªnsula Ib¨¦rica durante el Cret¨¢cico Inferior, pero no las conocemos todas, por lo que no es posible saber qu¨¦ especie de dinosaurio las produjo. Por los restos f¨®siles que existen en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y caracter¨ªsticas de las huellas, sabemos que fueron producidas por un dinosaurio carn¨ªvoro (ter¨®podo) perteneciente o bien al grupo de los carcarodontosauridos o espinosauridos¡±.

Los restos de La Torre se dividen en dos grupos, uno de cinco huellas (6A-14) y otro de siete (6B-1). La primera pista pertenece a un ter¨®podo m¨¢s grande y se calcula que el rastro se corresponde con una carrera progresiva de entre 23,4 y 37 kil¨®metros por hora. El segundo ejemplar era m¨¢s ¨¢gil y dej¨® vestigios de cambios de velocidad abruptos, como si maniobrara, y a un paso m¨¢s r¨¢pido (entre 31,7 y 44,6 kil¨®metros por hora en su ritmo m¨¢s veloz).

Los autores del estudio destacan que, m¨¢s all¨¢ del hallazgo singular, ¡°el estudio de las huellas de los dinosaurios puede ayudar a responder algunas preguntas sobre el comportamiento y la biodin¨¢mica as¨ª como de la interacci¨®n de estos animales con el medio ambiente¡±. Seg¨²n Navarro-Lorb¨¦s, ¡°permiten conocer cada vez con mayor precisi¨®n la forma en la que los dinosaurios se desplazaban y viv¨ªan, aportando valiosa informaci¨®n sobre sus capacidades y relaci¨®n con el entorno¡±.

Caminantes m¨¢s que corredores

De esta forma, seg¨²n la investigaci¨®n sobre huellas f¨®siles, para estos dinosaurios, ¡°caminar era el comportamiento m¨¢s com¨²n¡± (96%), aunque tambi¨¦n se han identificado algunos casos de trote, en la mayor¨ªa de los casos, y carrera.

De acuerdo con el estudio, las huellas de La Rioja ¡ª¡°hasta donde sabemos¡±, seg¨²n matizan los autores¡ª se corresponden con las de ¡°uno de los dinosaurios m¨¢s r¨¢pidos que se conocen¡±, solo superados por dos ejemplares, uno del Jur¨¢sico Temprano y otro del Cret¨¢cico Inferior, cuyos rastros fueron hallados en los yacimientos estadounidenses de San Juan (Utah) y en Texas. ¡°El rastro de La Torre 6B¡±, seg¨²n comenta Navarro-Lorb¨¦s, ¡°es a d¨ªa de hoy el tercer rastro de ter¨®podo m¨¢s r¨¢pido que se conoce¡±. El investigador espa?ol explica que el dinosaurio de Utah podr¨ªa alcanzar los 55 kil¨®metros por hora, ¡°si bien este rastro solo cuenta con dos huellas conservadas¡±.

Seg¨²n la investigaci¨®n, ¡°las huellas de los dinosaurios halladas en el yacimiento de La Torre se corresponden con las tres velocidades m¨¢s altas jam¨¢s calculadas para las pistas de ter¨®podos no aviares¡±. Adem¨¢s, en el caso del ejemplar m¨¢s ¨¢gil, el rastro muestra su capacidad de ejecutar y controlar cambios sustanciales de velocidad mientras corr¨ªa y que las condiciones ecol¨®gicas ¡°eran propicias para que los ter¨®podos de tama?o mediano se movieran corriendo¡±.

Tambi¨¦n detalla el estudio que estos ¡°buenos corredores¡± de La Rioja, con masas inferiores a los 1.000 kilogramos, desarrollaron esta capacidad ¡°debido a su doble condici¨®n de cazadores de especies m¨¢s peque?as y presas de depredadores m¨¢s grandes¡±. Seg¨²n a?ade Navarro-Lorb¨¦s, ¡°para los animales que produjeron estas huellas (dinosaurios carn¨ªvoros de mediano tama?o), ser r¨¢pidos y ¨¢giles les proporcionaba una ventaja importante a la hora de depredar, pero tambi¨¦n para no ser depredados por otros carn¨ªvoros de mayor tama?o¡±.

En este sentido, Tom Cullen, cient¨ªfico del Museo Field de Chicago, coincide: ¡°Los diferentes patrones de crecimiento pueden marcar una gran diferencia en la forma en que un animal encaja en su ecosistema. Hacerse grande r¨¢pidamente puede ser una ventaja competitiva: hace que sea m¨¢s f¨¢cil cazar otros animales y m¨¢s dif¨ªcil que otros animales lo cacen¡±. Y los dem¨¢s animales evolucionaron tambi¨¦n para adaptarse a estas condiciones, seg¨²n explica el paleont¨®logo espa?ol: ¡°Probablemente, sus presas, dinosaurios herb¨ªvoros b¨ªpedos (ornit¨®podos), pudieron alcanzar tambi¨¦n altas velocidades y poseer una buena maniobrabilidad para huir de sus depredadores¡±.

El Tyrannosaurus rex, el depredador prehist¨®rico m¨¢s popular, caminaba a una velocidad de unos 4,6 kil¨®metros por hora, seg¨²n un equipo cient¨ªfico de Pa¨ªses Bajos que estableci¨® este dato con el an¨¢lisis del balanceo de su cola, seg¨²n se ha publicado en la revista Royal Society Open Science. Seg¨²n Pasha van Bijlert, autor principal del trabajo e investigador de Ciencias del Movimiento en la Universidad Libre de ?msterdam (Vrije Universiteit), ¡°el balanceo de la cola, gracias a los ligamentos, serv¨ªa de contrapeso. Es comparable a la suspensi¨®n de un puente y produc¨ªa parte de la fuerza necesaria para empujar de forma r¨ªtmica el cuerpo hacia delante a dos patas. La velocidad de la pisada ten¨ªa que corresponder a la frecuencia natural con que sube y baja la cola y nosotros indicamos que el paso del Tyrannosaurus rex era de 1,28 metros por segundo¡±.

La investigaci¨®n liderada por Navarro-Lorb¨¦s forma parte de la tesis de este, dirigida por Ang¨¦lica Torices, directora de la c¨¢tedra de Paleontolog¨ªa de la Universidad de La Rioja, y ha sido realizada en colaboraci¨®n con cient¨ªficos del Centro de Interpretaci¨®n Paleontol¨®gica de La Rioja y de las universidades Complutense de Madrid, Pa¨ªs Vasco y Nacional de R¨ªo Negro (Argentina).

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