Carles Lalueza-Fox: ¡°Somos descendientes de los hombres poderosos que practicaron la desigualdad¡±
El genetista defiende en un nuevo libro una idea chocante: ¡°Tenemos muchas m¨¢s probabilidades de descender de reyes que de campesinos¡±
Los humanos tienen tendencia a imaginar que el pasado de su clan es heroico y glorioso. El fr¨ªo an¨¢lisis gen¨¦tico de los huesos de nuestros antepasados, sin embargo, est¨¢ destapando una historia mucho m¨¢s inc¨®moda, como detalla el genetista Carles Lalueza-Fox en un nuevo libro. ¡°Tenemos muchas m¨¢s probabilidades de descender de reyes que de campesinos¡±, escribe en Desigualdad. Una historia gen¨¦tica (editorial Cr¨ªtica). El investigador, director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, es un referente internacional en el estudio d...
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Los humanos tienen tendencia a imaginar que el pasado de su clan es heroico y glorioso. El fr¨ªo an¨¢lisis gen¨¦tico de los huesos de nuestros antepasados, sin embargo, est¨¢ destapando una historia mucho m¨¢s inc¨®moda, como detalla el genetista Carles Lalueza-Fox en un nuevo libro. ¡°Tenemos muchas m¨¢s probabilidades de descender de reyes que de campesinos¡±, escribe en Desigualdad. Una historia gen¨¦tica (editorial Cr¨ªtica). El investigador, director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, es un referente internacional en el estudio del ADN antiguo. A lo largo de casi 200 p¨¢ginas, este barcelon¨¦s de 57 a?os ofrece argumentos en torno a esa idea chocante: las personas actuales son descendientes de los hombres m¨¢s abusivos que pisaron la Tierra. Es dif¨ªcil reivindicar este pasado, pero probablemente los fan¨¢ticos nacionalistas no saben historia y los racistas no saben gen¨¦tica.
Pregunta. Dice que ¡°tenemos muchas m¨¢s probabilidades de descender de reyes que de campesinos¡±. Esto va contra la intuici¨®n.
Respuesta. De hecho, es especulativo, pero tiene todo el sentido del mundo. Por ejemplo, en una necr¨®polis de hace 5.700 a?os en Inglaterra, Hazleton North, se ha visto que una treintena de individuos analizados desciende de un patriarca que tuvo hijos con cuatro mujeres. Y por la informaci¨®n hist¨®rica sabemos que, en el pasado, los nobles, los reyes y los emperadores, en algunos casos, ten¨ªan centenares de hijos, a veces con decenas o centenares de mujeres. En cambio, hab¨ªa grupos de hombres contempor¨¢neos que no ten¨ªan hijos. Es probable que los hombres poderosos hayan contribuido gen¨¦ticamente m¨¢s a la humanidad actual, y que, por lo tanto, nosotros seamos descendientes de los que practicaron la desigualdad.
P. Las personas no suelen pensar que son descendientes de los hombres m¨¢s siniestros.
R. En Norteam¨¦rica, ahora que hay tantas compa?¨ªas de gen¨¦tica recreativa, mucha gente de la comunidad afroamericana se ha hecho test y ha descubierto que, en promedio, un 24% de su genoma es europeo. La mayor¨ªa de estas poblaciones surgieron de hombres europeos que tuvieron hijos con mujeres nativas americanas o bien africanas. Es una herencia problem¨¢tica para algunos miembros de la comunidad afroamericana. En internet te encuentras con gente que dice que siente verg¨¹enza de esta cuarta parte de genoma europeo, porque entienden que procede de un episodio de dominaci¨®n social relacionada con la esclavitud.
P. ?Y en Europa?
R. En nuestro caso, estos episodios son m¨¢s lejanos y no tendemos a pensar en nuestra herencia en estos t¨¦rminos. En la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, hace 4.000 a?os, los hombres locales b¨¢sicamente desaparecieron. Llegaron hombres con ancestralidad de las estepas [los yamnaya, de la actual Rusia] y tuvieron hijos con las mujeres locales.
En la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, hace 4.000 a?os, los hombres locales b¨¢sicamente desaparecieron
P. Casi todos los espa?oles, entonces, son descendientes de los protagonistas de aquella ¡°invasi¨®n yamnaya¡±, como la llama usted en el libro: hombres poderosos que tuvieron muchos hijos con las mujeres locales, quiz¨¢ eliminando a los hombres que ya estaban all¨ª.
R. En cierto sentido, s¨ª, pero despu¨¦s ocurrieron muchas m¨¢s cosas. Esto es una capa a la cual se a?adieron otras: los p¨²nicos, la Edad del Hierro, los romanos, los visigodos, los isl¨¢micos. Habr¨ªa desde historias de sufrimiento a ¡ª?por qu¨¦ no?¡ª historias de amor. Hay una constante remezcla de los genomas, pero s¨ª, somos descendientes de los que practicaron este tipo de dominancia.
P. Reivindicar la pertenencia a un pueblo ancestral, como hacen muchos nacionalismos, no parece tener mucho sentido. Si escarbas en el ADN, antes de ese pueblo hab¨ªa otro y antes hab¨ªa otro. Y est¨¢n todos mezclados.
R. Clar¨ªsimamente. Una de las conclusiones de los estudios paleogen¨¦ticos es que no hay ninguna poblaci¨®n que tenga un ¨²nico componente ancestral en su genoma. Cada poblaci¨®n tiene todas estas capas de ancestralidad que se han ido superponiendo. En el caso de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, la complejidad es tal que tendr¨ªamos que a?adir a los norteafricanos del periodo p¨²nico, los norteafricanos del periodo isl¨¢mico, los visigodos, los suevos... Veo dif¨ªcil que se pueda construir un relato de un grupo uniforme y distinto de los otros.
P. Menciona en el libro a Hern¨¢n Cort¨¦s [el conquistador de M¨¦xico], que tuvo 11 hijos, tres de ellos con tres mujeres nativas diferentes. Usted recalca que hubo ¡°una brutal asimetr¨ªa sexual¡± en la formaci¨®n de la poblaci¨®n de Latinoam¨¦rica. Esa brutal asimetr¨ªa sexual, ?qu¨¦ efectos tiene hoy?
R. En una poblaci¨®n de Venezuela, Curiepe, estudiaron el cromosoma Y ¡ªque se transmite del padre a los hijos varones¡ª y encontraron que el 80% era de origen europeo y el resto era amerindio. Su ADN mitocondrial, que se transmite de madres a hijas e hijos, era 100% de origen africano. ?Qu¨¦ significa esto? Que las poblaciones se formaron por dominancia masculina y europea sobre las mujeres locales y las africanas. Al mismo tiempo, en el caso de los nativos americanos, hubo un conjunto de hombres que dejaron de tener hijos, porque no pod¨ªan reproducirse, como tambi¨¦n ocurri¨® en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Cada vez que hay un hombre que tiene decenas de hijos, hay varios que no pueden tener ninguno.
Cada vez que hay un hombre que tiene decenas de hijos, hay varios que no pueden tener ninguno
P. Usted cita un caso extremo, el del fundador de la ciudad estadounidense de Salt Lake City, el morm¨®n Brigham Young, que vivi¨® en el siglo XIX y tuvo 56 hijos de sus 55 esposas. Se calcula que hoy en d¨ªa tiene 30.000 descendientes.
R. Hay una asociaci¨®n de descendientes, no es un c¨¢lculo te¨®rico. Son datos reales. Si este se?or se cas¨® con 55 mujeres, habr¨¢ 54 hombres que no tuvieron pareja.
P. Otro caso extremo que menciona en su libro es el de Islandia, que fue poblada por hombres vikingos y mujeres de las islas Brit¨¢nicas, muy posiblemente esclavizadas o llevadas contra su voluntad.
R. Las mujeres, en estos periodos, eran extraordinariamente m¨®viles, porque se las llevaban: a Islandia, a Suecia, a Dinamarca.
P. Una vez m¨¢s, el ADN destapa historias de pa¨ªses que no son nada gloriosas. Una cosa es cantar a los or¨ªgenes vikingos de Islandia y otra es constatar, con an¨¢lisis gen¨¦ticos, que eran una pandilla de seres despreciables que iban secuestrando mujeres por las costas europeas.
R. Las historias personales nunca las conoceremos. Yo sigo pensando que quiz¨¢ hay todo un espectro, desde el secuestro y la violaci¨®n a aut¨¦nticas parejas. Pero el estereotipo de Islandia y la expansi¨®n vikinga es el de hombres exploradores, cuando, en realidad, la mitad de la poblaci¨®n eran mujeres a las que, con frecuencia, se las hab¨ªan llevado contra su voluntad. Los an¨¢lisis gen¨¦ticos permiten conocer estas historias an¨®nimas de explotaci¨®n y de sufrimiento, que antes no pod¨ªamos conocer. Estamos en una disposici¨®n ¨²nica para conocer el relato an¨®nimo que hay m¨¢s all¨¢ del estereotipo aventurero y masculino.
P. Tambi¨¦n habla de un ejemplo espa?ol, la cultura de El Argar, que en la Edad del Bronce ten¨ªa un sistema patrilocal: los hombres se quedaban en su grupo familiar y las mujeres cambiaban de grupo.
R. Eso es t¨ªpico de la Edad del Bronce. Se ve en muchos yacimientos de Inglaterra, Espa?a, Suiza, Alemania. Este sistema se instaur¨® en la Edad del Bronce, clar¨ªsimamente.
P. En algunos casos, las mujeres se alejaban incluso cientos de kil¨®metros de sus familias. Posiblemente no volv¨ªan a verlas en su vida.
R. S¨ª, tambi¨¦n tenemos en Castillejo del Bonete [un yacimiento ciudadreale?o de hace 3.800 a?os] a una pareja en la que el hombre tiene ancestralidad de las estepas y la mujer no. La mujer, adem¨¢s, tuvo una dieta mar¨ªtima, seg¨²n muestra el an¨¢lisis de is¨®topos. Y est¨¢n en Ciudad Real. La costa m¨¢s cercana est¨¢ a 300 kil¨®metros. Hubo una gran movilidad de las mujeres en ese periodo. De las mujeres, en estos yacimientos, casi nunca se encuentra ni a sus padres ni a sus madres ni a sus hermanos. Solo se encuentran hijos. Las mujeres, en ese periodo, pierden todo su apoyo familiar. No cabe duda de que estaban en una situaci¨®n social mucho m¨¢s d¨¦bil que los hombres, que permanec¨ªan en su grupo familiar.
P. El ADN destapa una historia que se puede presumir terror¨ªfica, de mujeres arrancadas de sus familias.
R. S¨ª, pero eso no lo sabemos. A lo mejor la tendencia social dominante era que grupos vecinos se intercambiasen mujeres. Con frecuencia, en estos grupos tampoco encontramos hijas. Es posible que esos grupos no solo captaran mujeres de fuera, sino que las suyas tambi¨¦n las prestaran, dig¨¢moslo as¨ª. No estoy seguro de hasta qu¨¦ punto es una historia terror¨ªfica o era un mecanismo social aceptado en aquella ¨¦poca.
P. En una fosa del Hospital Real de San Jos¨¦ de los Naturales, en Ciudad de M¨¦xico, aparecieron tres esqueletos del siglo XVI, con deformaciones t¨ªpicas de hacer trabajos pesados, con heridas de disparos, con fracturas. Solo con el esqueleto es imposible imaginar c¨®mo eran esas personas. Su ADN ha mostrado que eran 100% subsaharianos.
R. Es un resultado que veremos cada vez m¨¢s en los pr¨®ximos a?os, porque todav¨ªa hay muy pocos estudios. Son historias completamente an¨®nimas. En los registros de los barcos negreros no aparece ni qui¨¦nes son. No sabremos nunca sus nombres, pero ahora estamos en disposici¨®n de conocer su historia vital. Es muy distinto pensar que un esqueleto era de un colonizador europeo o de un esclavo africano. La visi¨®n del yacimiento cambia completamente.
P. Afirma que las mujeres han contribuido en mucha mayor medida a la diversidad gen¨¦tica de la humanidad que los hombres. ?Se refiere a que hay menos hombres que se han reproducido?
R. Correcto. Si a lo largo de los milenios, sistem¨¢ticamente, ha habido hombres poderosos que han tenido centenares o miles de hijos, en algunos casos con centenares de mujeres distintas, eso implica que las mujeres han contribuido mayoritariamente a la diversidad.
P. Cita el ejemplo del fara¨®n Rams¨¦s II, que tuvo 162 hijos.
R. S¨ª, adem¨¢s la gente poderosa ten¨ªa recursos para que sus hijos tuvieran m¨¢s posibilidades de sobrevivir.
A lo largo de los milenios, sistem¨¢ticamente, ha habido hombres poderosos que han tenido centenares o miles de hijos
P. Ahora se est¨¢ invirtiendo la tendencia. Las clases medias, al menos, tienen muy pocos hijos, y los m¨¢s pobres son los que tienen m¨¢s hijos.
R. Totalmente, es una cosa parad¨®jica. Cuanto mayor nivel educativo e ingresos tienes, menos hijos tienes, pero este es un fen¨®meno de las ¨²ltimas generaciones. A lo largo de la historia de la humanidad, un hombre poderoso ha tenido m¨¢s descendencia.
P. Tambi¨¦n afirma que ¡°descendemos de casi todos los que vivieron en el mundo hace unos pocos miles de a?os¡±.
R. Tambi¨¦n es una idea contraintuitiva. Se puede demostrar con estad¨ªstica que, por probabilidad, tenemos que haber recibido fragmentos gen¨®micos de casi cualquier persona que estaba circulando hace unos cuantos miles de a?os.
P. Explica que si retrocedemos 14 generaciones, que son 400 a?os, tenemos 16.000 antepasados. Si retrocedemos tan solo seis generaciones m¨¢s, o sea 20 generaciones, nuestro ¨¢rbol geneal¨®gico ser¨ªa de un mill¨®n de personas.
R. Y si retrocedes un poco m¨¢s se dispara a miles de millones, pero eso no puede ser. La explicaci¨®n es que estamos todos tan interconectados que compartimos un mont¨®n de antepasados.
P. Islandia naci¨® con hombres vikingos y mujeres, quiz¨¢, llevadas contra su voluntad. Sin embargo, como usted destaca en el libro, hoy es uno de los pa¨ªses con m¨¢s mayor igualdad.
R. El mensaje tiene que ser optimista. Aunque somos los descendientes de la desigualdad, tenemos la capacidad de analizar esto e intentar corregirlo. El pasado est¨¢ en nuestros genes, pero el futuro est¨¢ en nuestras manos m¨¢s que nunca.
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