El astr¨®nomo que lidera la b¨²squeda de un segundo planeta Tierra
Ignasi Ribas recibe 2,5 millones de euros de la UE para multiplicar por 10 la capacidad para descubrir planetas como el nuestro y determinar si hay vida en ellos
Unos pocos n¨²meros bastan para expresar lo solos que parecemos estar los humanos en el universo. Seg¨²n c¨¢lculos conservadores, solo en nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, hay 300 millones de planetas similares al nuestro, en los que habr¨ªa agua l¨ªquida y, por tanto, posibilidad de vida. Desde 1995, los terr¨ªcolas hemos construido telescopios ...
Unos pocos n¨²meros bastan para expresar lo solos que parecemos estar los humanos en el universo. Seg¨²n c¨¢lculos conservadores, solo en nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, hay 300 millones de planetas similares al nuestro, en los que habr¨ªa agua l¨ªquida y, por tanto, posibilidad de vida. Desde 1995, los terr¨ªcolas hemos construido telescopios cada vez m¨¢s potentes que nos han permitido descubrir la apabullante cifra de 5.602 exoplanetas m¨¢s all¨¢ de nuestro sistema solar. Entre todos ellos, solo unas pocas decenas tienen el tama?o, masa y composici¨®n rocosa adecuadas, y a¨²n menos orbitan estrellas como el Sol. El n¨²mero de planetas realmente parecidos o id¨¦nticos al nuestro identificados hasta ahora es a¨²n m¨¢s decepcionante: cero.
Encontrar un planeta gemelo de la Tierra supondr¨ªa un golpe mortal para el relato de muchas religiones, incluido el cristianismo, y nos demostrar¨ªa que no somos ¨²nicos ni especiales en el cosmos. Pero hacer un hallazgo as¨ª es una tarea endiablada. En nuestra galaxia hay unas 20.000 millones de estrellas tipo G, como nuestro Sol. Habr¨ªa que mirarlas todas durante un a?o entero para detectar las tierras orbitando; y al menos otro a?o m¨¢s para confirmarlas. Adem¨¢s de este reto inabarcable, los mejores telescopios actuales, incluido el flamante James Webb, est¨¢n al l¨ªmite de su capacidad a la hora de ver estos mundos.
¡°Si analizamos los resultados tan espectaculares del Webb desde su lanzamiento y miramos los que han salido de planetas m¨¢s o menos peque?os con se?ales m¨¢s o menos tenues, la mayor parte de ellos, casi el 100%, no son concluyentes¡±, explica por videoconferencia Ignasi Ribas (Manresa, 53 a?os), director del Instituto de Estudios Espaciales de Catalu?a e investigador del CSIC. ¡°Los investigadores ven se?ales que pueden ser la atm¨®sfera de un planeta terrestre o deberse a la actividad estelar, pero no saben distinguirlos. Y este es el drama¡±, confiesa.
Ribas es uno de los descubridores de exoplanetas m¨¢s veteranos de nuestro pa¨ªs, con m¨¢s de 70 mundos nuevos en su cuenta personal. Ahora acaba de ganar una prestigiosa dotaci¨®n de 2,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigaci¨®n para revertir esta situaci¨®n y multiplicar por 10 la capacidad de observaci¨®n de los telescopios actuales.
El problema no es la tecnolog¨ªa de detecci¨®n, que ha mejorado de forma progresiva, sino la actividad estelar. Las estrellas como el Sol son cambiantes. Tienen manchas que se van desplazando por toda su superficie. Tambi¨¦n presentan f¨¢culas, o regiones m¨¢s brillantes que el resto del astro. Esta variabilidad introduce se?ales que hacen dif¨ªcil o imposible distinguir la luz que refleja un planeta de la que viene directamente de su estrella. Este ¡°ruido¡± dificulta la observaci¨®n directa del planeta cuando pasa frente a su estrella, conocida como tr¨¢nsito, como el estudio de las peque?as oscilaciones producidas por el influjo gravitatorio de un planeta orbitando a su astro, conocido como velocidad radial. La resoluci¨®n de ambas t¨¦cnicas lleva encallada en torno a una d¨¦cada, explica Ribas.
¡°Me juego el dedo me?ique a que ya hemos descubierto estrellas que tienen tierras y no las estamos viendo porque es tremendamente dif¨ªcil limpiar todo el ruido en la se?al¡±, asegura. ¡°Las atm¨®sferas de estrellas fr¨ªas son ricas en vapor de agua. Si ves estas se?ales, igual no sabes distinguir si es agua en la atm¨®sfera del planeta o en la propia estrella. Lo que queremos con este proyecto es saltar esta barrera que nos impone la actividad estelar. Poner las herramientas para llegar a una precisi¨®n instrumental diez veces mayor que la actual¡±, detalla.
El proyecto de Ribas se llama Spotless (sin mancha, en ingl¨¦s) y durar¨¢ cinco a?os. Consiste en crear simulaciones digitales de las estrellas m¨¢s interesantes con todas sus manchas y f¨¢culas. El equipo observar¨ªa el astro durante unos meses antes de que suceda, por ejemplo, el tr¨¢nsito de un posible planeta Tierra. ¡°Como tendremos un modelo de estrella superfino, podremos hacer millones de simulaciones y decirle a un algoritmo de aprendizaje autom¨¢tico de inteligencia artificial: aqu¨ª tienes las posibilidades de variaci¨®n de una estrella de este tipo y aqu¨ª tienes unas observaciones. Dime qu¨¦ parte de las variaciones de estas observaciones son atribuibles a la actividad de la estrella y qu¨¦ otras son la presencia de un planeta¡±, se?ala Ribas.
El astrof¨ªsico explica que su equipo lleva en torno a una d¨¦cada haciendo ya este trabajo de una forma m¨¢s o menos organizada. La nueva financiaci¨®n permitir¨¢ contratar a ocho investigadores que se sumar¨¢n a los cuatro que ya estaban involucrados en este proyecto y poder llevarlo a cabo de forma m¨¢s sistem¨¢tica. El primer paso ser¨¢ validar un nuevo modelo de estrella usando como referencia el Sol. Despu¨¦s se ir¨¢n construyendo otros modelos de estrellas solares cercanas. ¡°Al principio estiraremos un poco el chicle con planetas un poco m¨¢s grandes o peque?os que la Tierra en estrellas que tambi¨¦n podr¨¢n ser aproximadamente como el Sol, pero al final seremos capaces de buscar mundos muy parecidos o id¨¦nticos al nuestro¡±, expone Ribas.
El proyecto se centrar¨¢ en los datos que recoja el instrumento Espresso del Telescopio Muy Grande de Chile, que busca planetas usando la velocidad radial, y los de luz infrarroja del James Webb. En 2026, la Agencia Espacial Europea lanzar¨¢ al espacio el telescopio Plato, especialmente dise?ado para buscar planetas terrestres en centenares de estrellas como el Sol, lo que a?adir¨¢ un nuevo banco de datos para aplicar los nuevos modelos.
Ribas cree que casi con total seguridad las primeras ¡°exotierras¡± se descubrir¨¢n dentro de unos cinco a?os. Pero el peligro de quedarse justo a las puertas del mayor de los hallazgos imaginables seguir¨¢ ah¨ª. ¡°Si tenemos la suerte de que el nuevo planeta est¨¢ en un estrell¨®n tremendo bastante cerca de nuestro planeta, ser¨¢ f¨¢cil usar el James Webb para caracterizar su atm¨®sfera y buscar vapor de agua, pero si es un astro m¨¢s d¨¦bil y lejano, quiz¨¢s no tengamos resoluci¨®n suficiente¡±.
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