Descubierta una cueva en la Luna tan grande como para alojar una base humana
El primer t¨²nel encontrado bajo la superficie lunar tiene el tama?o de un campo de f¨²tbol peque?o, est¨¢ bajo el mayor de los 200 pozos lunares conocidos y podr¨ªa ser la primera de muchas otras cavidades
Por primera vez se ha demostrado la existencia de un t¨²nel en el subsuelo lunar, que parece ser un tubo de lava vac¨ªo. Tiene hasta 80 metros de largo, se encuentra a m¨¢s de 100 metros bajo la superficie y puede accederse a ¨¦l por un enorme pozo, cerca de donde Neil Armstrong y Buzz Aldrin dejaron las primeras huellas humanas en la Luna. El equipo internacional de investigadores que ha alcanzado este hito en el conocimiento de la geolog¨ªa lunar publica su estudio esta semana en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Nature Astronomy.
Este descubrimiento tiene un importante impacto en los planes de las agencias espaciales para establecer colonias en la Luna, pues la cueva tiene un tama?o suficiente como para albergar una base humana bajo el subsuelo, protegiendo as¨ª a los astronautas de las temperaturas extremas y la radiaci¨®n c¨®smica. ¡°Se ha teorizado sobre estas cuevas durante m¨¢s de 50 a?os, pero es la primera vez que hemos demostrado su existencia¡±, explica Lorenzo Bruzzone, profesor de la Universidad de Trento (Italia) y autor principal de la investigaci¨®n.
En 2010, como parte de la misi¨®n de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, el instrumento de radiofrecuencia en miniatura adquiri¨® datos que inclu¨ªan un pozo de 100 metros de ancho en el mar de la Tranquilidad, la llanura en la que se pos¨® en 1969 el Apolo 11. ¡°A?os despu¨¦s, hemos vuelto a analizar estos datos con t¨¦cnicas complejas de procesamiento de se?ales, que hemos desarrollado recientemente, y as¨ª descubrimos reflexiones de radar de la zona del pozo; y la mejor manera de explicarlas es por la existencia de un conducto de cueva subterr¨¢nea¡±, se?ala Bruzzone.
¡°Gracias al an¨¢lisis de los datos, pudimos crear un modelo de una parte del conducto¡±, contin¨²a Leonardo Carrer, tambi¨¦n investigador de la Universidad de Trento y codirector de la investigaci¨®n junto a Bruzzone. Para confirmar su explicaci¨®n de que el origen de esas se?ales de radar es un tubo de lava vac¨ªo, los investigadores visitaron las cuevas volc¨¢nicas m¨¢s similares que se conocen, en la isla canaria de Lanzarote y realizaron simulaciones de radar con un dron equipado con tecnolog¨ªa l¨ªdar para escanear en 3D las cavidades subterr¨¢neas.
Los datos de los orbitadores lunares, como la estadounidense Lunar Reconnaissance Orbiter y la japonesa Selene, han servido para localizar m¨¢s de 200 pozos en la superficie de la Luna ¡ªque recibieron el apodo de claraboyas¡ª, y que los cient¨ªficos pensaron que podr¨ªan ser la puerta de entrada a cuevas de gran volumen. Pero hasta ahora no se hab¨ªa encontrado ninguna de esas grandes cuevas.
Bruzzone, Carrer y su equipo decidieron analizar el pozo de mayor profundidad que se conoce en la Luna, que tiene una entrada de aproximadamente 100 metros de radio. Seg¨²n sus an¨¢lisis, estiman que para llegar al conducto de lava vac¨ªo habr¨ªa que descender al menos 130 y 170 metros; y el tubo podr¨ªa tener hasta 80 metros de largo y 45 metros de ancho. Son dimensiones muy similares a las del tama?o m¨ªnimo reglamentario para un campo de f¨²tbol.
Protecci¨®n en un entorno hostil para la vida
Los autores consideran, tambi¨¦n, que la accesibilidad e inclinaci¨®n del conducto son prometedores para ser usado como base lunar. Y recalcan que este tipo de cuevas podr¨ªan ser muy comunes bajo las llanuras lunares. La importancia cient¨ªfica de este trabajo para el desarrollo de misiones a la Luna radica en que la superficie del sat¨¦lite natural de la Tierra es un entorno hostil para la vida humana. Las temperaturas superficiales en el lado iluminado de la Luna pueden alcanzar los 127 ¡ãC, mientras que las temperaturas en el lado no iluminado pueden caer a -173 ¡ãC.
La radiaci¨®n c¨®smica y solar puede ser hasta 150 veces m¨¢s potente en la superficie lunar que la que experimentamos en la Tierra y existe una amenaza constante de impacto de meteoritos. Estas condiciones impulsan la necesidad de encontrar sitios seguros para la construcci¨®n de infraestructura que puedan soportar una exploraci¨®n sostenida. Cuevas como esta ofrecen una soluci¨®n a ese problema.
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