El joven que quer¨ªa crear videojuegos y ahora investigar¨¢ las cuevas de la Luna con la NASA

Adri¨¢n Jarabo estudi¨® Ingenier¨ªa Inform¨¢tica porque quer¨ªa desarrollar videojuegos. Pero su carrera dio un peque?o giro. A sus 32 a?os y con el rango de investigador posdoctoral, se dedica a simular el transporte de la luz y su interacci¨®n con los objetos opacos. Lo hace mediante la financiaci¨®n de una de las 64 becas Leonardo que la Fundaci¨®n BBVA ha entregado a los que considera los proyectos m¨¢s innovadores de 2018. Y no acaba ah¨ª. Un programa de la NASA centrado en apoyar proyectos de dif¨ªcil viabilidad se ha interesado en la investigaci¨®n porque considera que podr¨ªa aplicarse a la exploraci¨®n de las cuevas lunares.

Un prototipo de c¨¢mara capaz de capturar un bill¨®n de fotogramas por segundo fue el punto de partida de este estudio. La present¨® en 2013, junto con el grupo de investigadores al que pertenece, en el Graphics and Imaging Lab de la Universidad de Zaragoza, y en colaboraci¨®n con el Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachussets (MIT). El dispositivo permiti¨® ver a?c¨¢mara lenta la propagaci¨®n de los fotones y c¨®mo se relacionan con los objetos, explica Adri¨¢n Jarabo, que recuerda c¨®mo detectaron una "especie de huella temporal" que la luz deja sobre las superficies con las que interact¨²a. "Vimos que pod¨ªamos preguntar a los fotones qu¨¦ camino hab¨ªan hecho", bromea el investigador, recalcando el car¨¢cter metaf¨®rico de la pregunta.

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Bas¨¢ndose en la huella temporal, consiguieron desarrollar algoritmos para extraer la geometr¨ªa de objetos ocultos, y, "como un espejo creado en el tiempo", consiguieron ver la luz a trav¨¦s de una esquina, relata Jarabo. "Y hasta aqu¨ª lo conseguido hasta ahora", se?ala el investigador. En la actualidad trabajan con una c¨¢mara similar a la dise?ada en un principio pero con ciertas modificaciones que facilitan su uso y la hacen m¨¢s ligera. Lo hacen en colaboraci¨®n con la Universidad de Wisconsin-Madison.

El objetivo del grupo es generar nuevos m¨¦todos robustos que puedan aplicar la tecnolog¨ªa a la complejidad del mundo real. Es esta expectativa la que llam¨® la atenci¨®n del departamento Conceptos Avanzados e Innovadores de la NASA (NIAC, por sus siglas en ingl¨¦s). Se trata de un programa que apuesta por la innovaci¨®n de fuentes no tradicionales. "B¨¢sicamente, se fija en proyectos que parecen ciencia ficci¨®n", puntualiza Adri¨¢n, "o que en principio no tienen por qu¨¦ ser viables". La idea de la instituci¨®n es explorar cuevas de lava lunares recientemente descubiertas, porque "mandar all¨ª a una persona es enviarle para que no vuelva", cuenta el ingeniero.

Hasta hace poco, el equipo, entusiasmado con su proyecto, trabajaba con fondos propios y de forma casi desinteresada. Entonces vieron que el programa de becas de la Fundaci¨®n BBVA pod¨ªa ser una buena forma de financiarlo, "porque pr¨¢cticamente est¨¢bamos trabajando gratis", lamenta el experto. Aunque en un a?o, que es el tiempo que dura la beca, "es imposible poner una c¨¢mara en la Luna y explorarla", comenta Jarabo, "s¨ª esperamos que los algoritmos sean robustos para poder iniciar un proyecto mucho m¨¢s ambicioso, que es desplazarnos a cuevas reales similares a las que interesan a la NASA, en Nuevo M¨¦xico o Arizona, y experimentar all¨ª".

El equipo de la Universidad de Zaragoza investiga la manera de transportar el experimento al exterior. Para ello, se esfuerzan por complicar todo lo posible las escenas de laboratorio e incorporar "toda la incertidumbre posible, porque un objeto aislado es relativamente f¨¢cil de capturar con luz, pero en una habitaci¨®n es complicado", reconoce el ingeniero. "Ya lo estamos consiguiendo", asegura, "pero tenemos que seguir aumentando la complejidad para, en alg¨²n momento, ser capaces de salir del laboratorio". Ser¨¢ especialmente complicado, reconoce, satisfacer con ¨¦xito las inquietudes de la NASA de explorar la Luna, "porque en un sat¨¦lite con velocidad relativamente alta, es muy dif¨ªcil". El ingeniero inform¨¢tico destaca, no obstante, que los resultados obtenidos hasta ahora son prometedores y que est¨¢n "suficientemente esperanzados en hacerlo posible de aqu¨ª a unos a?os, aunque sea dif¨ªcil determinar cu¨¢ntos".

El programa NIAC se compone de dos fases: una exploratoria, que consiste en demostrar la viabilidad del proyecto, y la segunda es la puesta en pr¨¢ctica. "La primera ha sido bastante satisfactoria, y yo creo que llegaremos a la segunda", conf¨ªa Adri¨¢n, aunque destaca tambi¨¦n la importancia de las prioridades y decisiones de las instituciones. En el caso de no conseguir alcanzar las cuevas lunares, Adri¨¢n Jarabo se?ala otras aplicaciones que podr¨ªa tener la tecnolog¨ªa que desarrolla. "Tener una visi¨®n extendida sin necesidad de asomarte puede servir, por ejemplo, en los campos de seguridad o de rescate, o para veh¨ªculos aut¨®nomos", garantiza el ingeniero inform¨¢tico.

Anteriormente, el proyecto tambi¨¦n ha servido para estudiar el transporte de luz en objetos volum¨¦tricos: plantas, tejidos, telas, pieles humanas... "Estas ¨²ltimas tambi¨¦n se utilizan en el desarrollo de videojuegos", apunta Jarabo, "as¨ª que no iba tan desencaminado", concluye entre risas.