?Hay personas predispuestas gen¨¦ticamente al alcoholismo?
El psiquiatra Petros Levounis se?ala que existen una serie de factores que no hay que desechar a la hora de hacer un cuadro cl¨ªnico sobre la adicci¨®n al alcohol
Hay un libro publicado recientemente donde se analiza la relaci¨®n entre la creatividad y el alcohol. Se titula El viaje a Echo Spring y ha sido escrito por la reconocida autora brit¨¢nica Olivia Laing. Lo reedita Paid¨®s ¡ªla anterior edici¨®n vino de la mano de ?tico de los libros¡ª y entre sus p¨¢ginas no solo encontramos un recorrido por los escenarios donde transitaron escritores como John Cheever, Ernest Hemingway o Scott Fitzgerald, sino que tambi¨¦n encontramos toda una investigaci¨®n cient¨ªfica acerca del proceso que lleva a las personas depender de la bebida.
Para componer su trabajo, Olivia Laing se entrevist¨® con una serie de especialistas en medicina. Uno de ellos ¡ªel doctor Petros Levounis¡ª nos explica el mecanismo de lo que ¨¦l denomina el ¡®interruptor cerebral¡¯; un dispositivo natural que pone en marcha el desastre. El citado interruptor se encuentra en el denominado n¨²cleo accumbens del cerebro, grupo neuronal encargado del placer y de la recompensa; un punto localizado en la regi¨®n subcortical donde se controla la voluntad para convertirla en una acci¨®n, en este caso en la acci¨®n de beber. Siguiendo con las explicaciones del doctor Petros Levounis, hay una serie de factores gen¨¦ticos, sociales y psicol¨®gicos que llevan al alcoholismo y que no hay que desechar a la hora de hacer un cuadro cl¨ªnico.
Porque cualquier bebida con alcohol altera el sistema nervioso central y, si adem¨¢s hay predisposici¨®n, a medida que se va dependiendo de la bebida, el cerebro tiende a compensar los efectos inhibidores. Lo hace desplegando neurotransmisores como la dopamina, mensajero qu¨ªmico encargado de la excitaci¨®n y el placer. Por eso, siguiendo el estudio de Olivia Laing, cuando una persona deja de beber se manifiesta una ¡®erupci¨®n de ansiedad¡¯ debido a la descompensaci¨®n en la red neuronal.
El oftalm¨®logo turcoamericano Zeynel Karcioglu, que est¨¢ especializado en la obra de Tennessee Williams, plante¨® la hip¨®tesis de que el alcoholismo de Williams se manifestaba en la costumbre de interrumpir las frases de sus personajes. Los di¨¢logos incompletos revelan una manera de afasia, la misma que se da en alcoh¨®licos irrecuperables a la hora de hablar. Por eso, sus discursos est¨¢n llenos de vac¨ªos. Dichas lagunas ¡°ocurren como consecuencia del alcohol en el hipocampo¡±. Resulta curioso comprobar c¨®mo el autor traslad¨® los efectos del alcoholismo a sus propios personajes.
Hay que recordar que el hipocampo es el lugar de nuestro cerebro donde se encuentra la memoria y que, con el alcohol, se ve envuelto en la niebla del olvido. Lo que se viene a traducir como la p¨¦rdida de facultades en todo lo que respecta a la creaci¨®n de nuevos recuerdos. Lo ¨²nico que vive el alcoh¨®lico es el presente, algo que, por otra parte ¡ª y parafraseando a Wittgenstein¡ª hace que el alcoh¨®lico viva la eternidad, mientras no le falte bebida, claro est¨¢; mientras pueda hacerse el camino a Echo Spring que es una marca de bourbon de Kentucky y el nombre con el que, el protagonista de la obra de Williams, La gata sobre el tejado de zinc, llama al armario donde se guarda el licor.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.