El mercado de ¡®carbono azul¡¯ llega a Europa: restaurar unas marismas de C¨¢diz para compensar las emisiones de empresas
La Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN) escoge las antiguas salinas artesanales de esta provincia andaluza para promover la venta de bonos que permitan recuperar espacios naturales degradados
Las Aletas es una de esas promesas industriales incumplidas que jalonan la historia reciente de C¨¢diz. Pero, antes de que fuese esa tierra yerma que se asoma a una autov¨ªa, formaba parte de las 5.000 hect¨¢reas de salinas artesanales que durante m¨¢s 2.500 a?os enriquecieron la bah¨ªa gaditana. Resulta de justicia po¨¦tica que una de las zonas inundables de aquel pol¨ªgono que qued¨® en nada puje ahora por convertirse en el primer mercado europeo de emisiones de carbono azul. M¨¢s de 365 hect¨¢reas ubicadas en el Parque Natural de la Bah¨ªa de C¨¢diz buscan empresas que...
Las Aletas es una de esas promesas industriales incumplidas que jalonan la historia reciente de C¨¢diz. Pero, antes de que fuese esa tierra yerma que se asoma a una autov¨ªa, formaba parte de las 5.000 hect¨¢reas de salinas artesanales que durante m¨¢s 2.500 a?os enriquecieron la bah¨ªa gaditana. Resulta de justicia po¨¦tica que una de las zonas inundables de aquel pol¨ªgono que qued¨® en nada puje ahora por convertirse en el primer mercado europeo de emisiones de carbono azul. M¨¢s de 365 hect¨¢reas ubicadas en el Parque Natural de la Bah¨ªa de C¨¢diz buscan empresas que quieran compensar la contaminaci¨®n que generan mediante la adquisici¨®n de bonos que hagan posible la restauraci¨®n medioambiental de espacios ahora degradados.
Las marismas de la bah¨ªa de C¨¢diz son un espacio ecol¨®gico singular, modelado por el hombre para su aprovechamiento como salinas y esteros, desde el asentamiento de los fenicios en la zona. ¡°Aqu¨ª nada es natural¡±, resume el director del parque, Rafael Mart¨ªn. Tantos siglos de antropizaci¨®n han creado un paisaje laber¨ªntico de ca?os y canales en los que el oc¨¦ano Atl¨¢ntico penetra con cada marea y que sustenta una rica biodiversidad de vegetal, av¨ªcola y marina. No es casual que la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN) haya escogido justo este enclave para desarrollar LIFE Blue Natura, un proyecto financiado por la Uni¨®n Europea que ser¨¢ el primero en crear un mercado de carbono azul en la eurozona.
Los ecosistemas costeros como el de C¨¢diz llevan milenios capturando entre tres y cinco veces m¨¢s carbono que un bosque terrestre, seg¨²n explican desde la UICN. En esas praderas marinas, humedales y manglares, ese CO? atmosf¨¦rico se acumula bajo tierra ¡ªel llamado carbono azul¡ª y ah¨ª puede permanecer, salvo que la degradaci¨®n del entorno natural acabe por liberar gases de efecto invernadero almacenados al mar o a la atm¨®sfera. Y ese es justo el problema que empieza a ser acuciante en la bah¨ªa de C¨¢diz, donde el deterioro asola parte de las 5.000 hect¨¢reas del parque, despu¨¦s de que la popularizaci¨®n de los frigor¨ªficos para la conservaci¨®n de alimentos hiciese que, de las 140 salinas que operaban en la zona entre el siglo XIX y principios del XX, apenas funcionen cinco en la actualidad. Esa ca¨ªda de la econom¨ªa salinera ha provocado la colmataci¨®n de esas zonas intermareales, hasta que quedar relegadas a terrenos secos y bald¨ªos o escombreras.
¡°Hasta ahora, los mercados de carbono azul se estaban centrando en manglares en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. El proyecto es el primero en Europa que cumple mecanismo regulatorio con una administraci¨®n y busca financiaci¨®n entre las empresas¡±, razona Mar Otero, coordinadora del programa marino y econom¨ªa azul en UICN-Med. En esa pata legal tiene la clave el Sistema Andaluz de Compensaci¨®n de Emisiones (SACE), de la Ley Andaluza del Cambio Clim¨¢tico, que ya posibilita a las empresas resarcir sus emisiones de CO2 por medio de planes de reforestaci¨®n y conservaci¨®n. Con ese paraguas, el proyecto ha cuantificado los dep¨®sitos de carbono azul en los ecosistemas costeros andaluces y ha creado un sistema est¨¢ndar para verificar los cr¨¦ditos de carbono y cat¨¢logos de proyectos en los que aplicarlos.
De manglares a salinas
Los mercados internaciones de compensaci¨®n de carbono llevan ya a?os funcionando bajo el paraguas de organizaciones como Verra, una entidad sin ¨¢nimo de lucro de Estados Unidos. En ellos, los compradores, habitualmente empresas, participan sin que exista una obligaci¨®n legal con el objetivo de compensar aquellas emisiones que no son capaces de eliminar completamente y como forma de responsabilidad social corporativa. Sin embargo, no es tan habitual que esta compra-venta se haga bajo el paraguas reglado de una administraci¨®n, asegura Soledad Navarro coordinadora del LIFE Blue Natura de la Junta de Andaluc¨ªa.
Los dos primeros, a modo de piloto, estar¨¢n en la bah¨ªa de C¨¢diz y en el Parque Natural Cabo de Gata-N¨ªjar (en Almer¨ªa, donde est¨¢ previsto intervenir en 11 hect¨¢reas) y el proyecto que tendr¨¢ una permanencia de 50 a?os. En el caso de las salinas gaditanas, la zona de actuaci¨®n de 365 hect¨¢reas se subdivide en dos: una en las marismas desecadas de Las Aletas (Puerto Real) y otra en el margen norte del r¨ªo Guadalete. La idea es invertir 345.042 euros en C¨¢diz que se destinar¨¢n ¡°a recuperar el movimiento del agua con las mareas por medio de canales y a replantar especies locales¡±, como explica Otero al pie de la segunda zona a intervenir. Con ello, investigadores del CSIC y de la Universidad de C¨¢diz han calculado que la captura total de di¨®xido de carbono ser¨¢ de 106.367 toneladas.
Llegar a esa conclusi¨®n no fue f¨¢cil. Desde que el proyecto se puso en marcha en 2016, buena parte del esfuerzo se ha centrado en caracterizar las ¨¢reas a intervenir y en cuantificar su capacidad como sumideros. Para ello, el Grupo de Ecolog¨ªa de Macr¨®fitos Acu¨¢ticos (GEMA) del CSIC realiz¨® catas con las que consigui¨® extraer los estratos de las praderas marinas y el humus que va generando en ra¨ªces, rizomas y materia org¨¢nica. ¡°La clave era saber cu¨¢nto carbono hab¨ªa acumulado y estimar cu¨¢nto acumulan cada a?o¡±, explica Miguel ?ngel Mateo, responsable del GEMA.
Con todos los datos cient¨ªficos, el proyecto se ha lanzado ya a la b¨²squeda de posibles compradores. ¡°Son ecosistemas con un valor a?adido grande y la lucha contra el cambio clim¨¢tico se lleva a lo local, no a terceros pa¨ªses¡±, explica Navarro. Y as¨ª lo defendi¨® ya en d¨ªas pasados en una primera reuni¨®n con empresas espa?olas como Navantia, Eulen, Cepsa o Cosentino, seg¨²n apunta la experta. Al otro lado, Joaquin Dur¨¢n, coordinador corporativo de Medioambiente de Navantia, confirma el inter¨¦s de su compa?¨ªa: ¡°Estamos alineados con el reto de la descarbonizaci¨®n en 2040. No nos planteamos realizar por ahora compensaci¨®n a gran escala, pero s¨ª tiene importancia para nosotros desde el punto de vista ambiental y como impacto en el entorno¡±.
Los responsables de LIFE Blue Natura conf¨ªan en que estos dos proyectos pilotos en C¨¢diz y Almer¨ªa sean solo el principio de un mercado de carbono azul mucho m¨¢s amplio. De momento, si el inter¨¦s de Dur¨¢n se materializa y se extiende entre otras empresas, 365 hect¨¢reas de la bah¨ªa de C¨¢diz volver¨¢n a la vida. Salicornias, microalgas, camarones, doradas y flamencos ¡ªpor citar solo algunas de las especies que pueblan los fangos, el agua y el cielo de las marismas¡ª dar¨¢n buena cuenta de ello. Y, de paso, recordar¨¢ que la mano del hombre, a veces, le sienta bien a la naturaleza. Que se lo digan a los antiguos salineros.
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