Emily Penn: ¡°El oc¨¦ano puede recuperarse. Hay esperanza¡±
Tras una traves¨ªa que le cambi¨® la vida, la galesa de 36 a?os inici¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada una cruzada contra la contaminaci¨®n marina. Lleva m¨¢s de 80.000 millas navegadas para recopilar datos sobre micropl¨¢sticos en todo el mundo
Que el oc¨¦ano no es infinito lo tiene claro Emily Penn (Gales, 36 a?os). Regatista curtida entre las fuertes rachas de la bah¨ªa de Penarth, el peque?o municipio marinero gal¨¦s donde creci¨®, la activista lleva m¨¢s de una d¨¦cada en guerra argonauta contra el pl¨¢stico. Arquitecta de formaci¨®n, nunca lleg¨® a ejercer. Lo que observ¨® durante una traves¨ªa de Reino Unido a Australia nada m¨¢s licenciarse la arrastr¨® hacia una vida ligada a la protecci¨®n de los mares. Cofundadora de eXXpedition, una tripulaci¨®n de voluntarias que navegan por todo el mundo para recopilar datos sobre micropl¨¢sticos, es miembro de la Real Sociedad Geogr¨¢fica brit¨¢nica y en 2021 fue galardonada con la Medalla del Imperio Brit¨¢nico con apenas 34 a?os. Vestida de azul marino, baja a toda prisa, inquieta, las escaleras del Disseny Hub Barcelona, donde ha acudido a dar una conferencia en las Jornadas de Reactivaci¨®n Econ¨®mica REACT. Debe coger un vuelo a Londres, y apenas tiene cinco minutos para tomarse las fotos para esta entrevista. El taxista la espera impaciente con la puerta abierta y el ce?o fruncido mientras el fot¨®grafo dispara. No solo es en el mar, en tierra firme la agenda de compromisos tambi¨¦n la apremia.
Pregunta. ?Por qu¨¦ una joven arquitecta reci¨¦n licenciada decidi¨® echarse al oc¨¦ano en busca de pl¨¢sticos?
Respuesta. Nac¨ª frente al mar y navego desde peque?a. Incluso debut¨¦ en el equipo brit¨¢nico de vela. Tras la universidad, consegu¨ª un primer empleo en Australia, adonde quise llegar en barco. Fue en esa traves¨ªa cu¨¢ndo me di cuenta de la gran contaminaci¨®n de pl¨¢sticos que hay en el oc¨¦ano. Ten¨ªa 21 a?os¡
P. Pas¨® un tiempo en Australia. Volvi¨® a casa y¡.
R. Bien (r¨ªe). Les dije a mis padres que no iba a dedicarme a la arquitectura.
P. No me imagino su cara.
R. Bueno, creo que ya se lo imaginaban. Hac¨ªa tres a?os que hab¨ªa terminado la carrera y a¨²n no ejerc¨ªa. Y ya sab¨ªan que estaba tramando algo relacionado con los pl¨¢sticos.
P. Desde entonces, ?cu¨¢ntas millas lleva navegadas?
R. 80.000, como m¨ªnimo.
P. ?El pl¨¢stico m¨¢s extra?o que ha encontrado?
R. Un protector de dientes, como los que usan los jugadores de rugby. En Tonga (Polinesia), observamos c¨®mo llegan pl¨¢sticos desde Asia. Y en Vancouver, lo mismo.
P. ?Condenados a vivir en un mar pl¨¢stico?
R. Es muy dif¨ªcil extraerlo todo, pero tengo la esperanza de que el oc¨¦ano puede recuperarse. Solo ser¨¢ posible si le quitamos presi¨®n. Y hay que hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Hay esperanza.
P. Esperanza¡ ?en un planeta de humanos contaminadores?
R. Creo que, en los individuos, no hay una voluntad de contaminar el oc¨¦ano. Ni yo, ni t¨², ni tu vecino la tenemos. Son m¨¢s bien los productos los que nos empujan a ello, el modelo. El pl¨¢stico es un material creado para que dure siempre, pero dise?ado en cambio para usarse solo una vez.
P. O sea, hay que apuntar m¨¢s a la industria que no a los individuos.
R. No solo hay que presionar a los individuos. Necesitamos que se legisle para que los negocios que lo gestionan bien tengan ¨¦xito y los que no, no. Las empresas deben transferir el dinero que ganan en algo positivo. Y soy partidaria de que eso se haga a trav¨¦s de impuestos.
P. En Catalu?a, por ejemplo, hay una tasa para gravar a cruceros y buques contaminantes que atracan en el puerto Barcelona pendiente de aprobar desde 2017.
R. (Suspira). Se habla de tasas ambientales en tierra firme. Pero es que hay problemas para aplicarlas en el mar. Es dif¨ªcil, s¨ª. Y sobre todo en aguas internacionales, donde no hay jurisdicci¨®n clara. Hay leyes internacionales, pero cuando se trata de contaminar, nadie las pone en pr¨¢ctica. Es un desaf¨ªo.
P. En su proyecto eXXpeditions la tripulaci¨®n es solo femenina. ?Por qu¨¦?
R. La idea naci¨® tras unos an¨¢lisis que me hice. En ellos, hab¨ªa muchos de los qu¨ªmicos que est¨¢bamos encontrando en los micropl¨¢sticos del mar. Entend¨ª que se trata de un problema muy centrado en las mujeres, porque son un tipo de componentes que, se est¨¢ investigando, pueden acabar traspasando al feto durante el embarazo.
P. ?Ha dejado de comer pescado?
R. Ahora soy mucho m¨¢s precavida. Y no solo con el pescado, sino tambi¨¦n con otros productos como la carne o las verduras.
P. ?Son sus expediciones m¨¢s de concienciaci¨®n que no cient¨ªficas?
R. Es una combinaci¨®n. Investigar para identificar el problema, pero tambi¨¦n para comunicarlo. Llegar a todos. El pl¨¢stico en el oc¨¦ano est¨¢ tan lejos de nuestras vidas¡ que es dif¨ªcil imaginarlo. Es un problema que empieza en tierra firme y es ah¨ª donde hay que solucionarlo.
P. Cuenta con el patrocinio de empresas. ?Ha sido tentada en alguna ocasi¨®n por alguna industria contaminante?
R. Hacemos un seguimiento riguroso... Pero tambi¨¦n debo decir que ser¨ªa capaz de trabajar con todo el mundo, si me veo capaz de influenciarles. Pero jam¨¢s permitir¨ªa ning¨²n lavado de imagen, desde luego.
P. ?Ha rechazado alguna?
R. S¨ª. Empresas de la industria pl¨¢stica. Y tambi¨¦n una aerol¨ªnea importante, que me permitir¨¢ que no desvele su nombre...
P. D¨®nde antes hab¨ªa peque?os barcos pesqueros, ahora atracan yates. El mar parece hoy reconvertido a un lugar para privilegiados.
R. El turismo aporta a la econom¨ªa, pero tambi¨¦n trae aspectos negativos. Es algo extendido. Hay que hacerlo sostenible para que no destruya el entorno.
P. Usted tambi¨¦n es cofundadora de una empresa, Pangea Exploration, que organiza traves¨ªas en los que particulares pagan para participar en tareas de investigaci¨®n en lugares como Tahit¨ª. ?Se siente c¨®moda con la definici¨®n de empresaria?
R. S¨ª. Creo que s¨ª. Aunque m¨¢s bien soy una empresaria ecol¨®gica. La filantrop¨ªa no es suficiente para crear el camino hacia un cambio. Es la realidad. Necesitamos negocios sostenibles para llegar a un planeta mas ecol¨®gico.
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