Historia y signos de una cat¨¢strofe
Desde la conquista de Valencia en 1238 por Jaume I, se han documentado 11 riadas catastr¨®ficas del Turia, con un promedio de una cada 70 a?os, aunque sin una periodicidad fija
27 de septiembre de 1517. ¡°Que aquel era el ¨¢ngel percutiente, comisario de la justicia de Dios, a quien se hab¨ªa cometido el castigo de nuestra ciudad¡±. El 27 de septiembre de 1517 se produjo una catastr¨®fica riada del Turia en Val¨¨ncia. Adem¨¢s, unas horas antes se produjeron precipitaciones torrenciales en las comarcas del sur y centro de la provincia, de forma que la crecida del J¨²car provoc¨® el derrumbamiento de cientos de casas en localidades de la Ribera como Sumac¨¤rcer, Gavarda, Alzira o Algemes¨ª. Las lluvias torrenciales de 1517 no solo afectaron a localidades de costa y prelito...
27 de septiembre de 1517. ¡°Que aquel era el ¨¢ngel percutiente, comisario de la justicia de Dios, a quien se hab¨ªa cometido el castigo de nuestra ciudad¡±. El 27 de septiembre de 1517 se produjo una catastr¨®fica riada del Turia en Val¨¨ncia. Adem¨¢s, unas horas antes se produjeron precipitaciones torrenciales en las comarcas del sur y centro de la provincia, de forma que la crecida del J¨²car provoc¨® el derrumbamiento de cientos de casas en localidades de la Ribera como Sumac¨¤rcer, Gavarda, Alzira o Algemes¨ª. Las lluvias torrenciales de 1517 no solo afectaron a localidades de costa y prelitoral, sino que sus efectos tambi¨¦n se sintieron en comarcas interiores de la provincia de Valencia, y as¨ª lo relatan cr¨®nicas de localidades como Requena, donde el a?o 1517 es recordado como el ¡°a?o del aguaducho¡±, debido a la gran tormenta que el 27 de septiembre descarg¨® en la ciudad.
Los nombres de todas estas localidades afectadas por las inundaciones de 1517 los hemos estado oyendo mencionar en los informativos de esta semana. Los humanos del siglo XXI entendemos el transcurrir de la vida como un camino con la mirada hacia adelante. Sin embargo, la interpretaci¨®n que hac¨ªan los griegos cl¨¢sicos del mismo concepto vital era m¨¢s adecuada, entend¨ªan que hac¨ªan el tr¨¢nsito por la vida de espaldas al futuro, de forma que pensaban que la vida solo nos permite ver lo que vamos dejando atr¨¢s. En una sociedad precient¨ªfica, los valencianos de 1517 estaban ciegos hacia el futuro. No exist¨ªa en aquel momento ning¨²n tipo de previsi¨®n y las cat¨¢strofes naturales los sorprend¨ªan y azotaban sin poder reaccionar ante ellas, por eso, el cronista de la ¨¦poca afirmaba que la riada fue provocada por la justicia de Dios como castigo a la ciudad.
14 de octubre de 1957. ¡°Atenci¨®n, atenci¨®n, atenci¨®n, muy importante, presten mucha atenci¨®n. Atenci¨®n, seg¨²n nos comunica el Gobierno Civil y el Excelent¨ªsimo Alcalde de esta ciudad, principalmente, para conocimiento de los poblados de Nazaret y Marchalenes, el Turia ha experimentado una crecida importante que, a su paso por Manises presenta caracteres verdaderamente alarmantes¡±. A ¨²ltima hora del 13 de octubre de 1957, Vicente Espa?a, desde radio Valencia, le¨ªa el anterior comunicado. A las pocas horas, una arrolladora riada devast¨® la ciudad sin que hubiese estado lloviendo en la ciudad en las horas anteriores. A mediod¨ªa, una segunda oleada, a¨²n m¨¢s violenta, arras¨® nuevamente la ciudad. En 1957 el ser humano ya no caminaba ciego hacia el futuro, la incipiente tecnolog¨ªa y los medios de comunicaci¨®n permitieron emitir una alerta temprana a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n de la cat¨¢strofe que se avecinaba, y esa alerta temprana, que no hab¨ªa posibilidad de darla en 1517, en 1957 salv¨® muchas vidas. En ese momento de la historia, el ser humano pod¨ªa girar levemente la cabeza hacia atr¨¢s para atisbar el futuro.
16 de junio de 2024. ¡°Nos gusta pensar que cuando la cat¨¢strofe se cierna sobre nosotros seremos capaces de reconocerla, pero el hecho es que sus signos casi siempre se nos escapan. Sus consecuencias se nos hacen visibles tarde o temprano, por supuesto. Para entonces, sin embargo, ya no recordamos cu¨¢l fue su origen¡±. El escritor Patricio Pron publica este texto en una tribuna en El Pa¨ªs. En relaci¨®n con una hipot¨¦tica futura cat¨¢strofe hidrol¨®gica, ?qu¨¦ signos son esos de los que comentaba Pron que no est¨¢bamos sabiendo reconocer para evitar una tragedia humanitaria como la de 1517 o 1957? ?La mala ordenaci¨®n del territorio quiz¨¢s sea un signo? ?La ausencia de una cultura del riesgo? ?La sensaci¨®n de que el Estado es capaz de protegernos de todas las adversidades? ?Unos protocolos de todos los ¨®rganos en la cadena de previsi¨®n, decisi¨®n y gesti¨®n de las emergencias insuficientes para una cat¨¢strofe humanitaria de grandes dimensiones?
10 de octubre de 2024. Como todas las semanas, dos funcionarios de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) explican a un grupo de alumnos de bachillerato asuntos relacionados con el tiempo y el clima. En la presentaci¨®n les proyectan un v¨ªdeo en el que se ve el r¨ªo Turia desbordado a su paso por la ciudad en 1957. Les comentan a los alumnos que las lluvias de ese a?o que provocaron la avenida del Turia alg¨²n d¨ªa se volver¨¢n a repetir. Los climat¨®logos trabajamos con un concepto que se llama periodo de retorno y que, en resumen, significa que cualquier fen¨®meno extremo que se haya producido en el pasado, se repetir¨¢ en el futuro. No sabemos cu¨¢ndo, pero alg¨²n d¨ªa volver¨¢ a llover como lo hizo en octubre de 1957.
Desde la conquista de la ciudad en 1238 por Jaume I, se han documentado 11 riadas catastr¨®ficas del Turia, por tanto, con un promedio de una cada 70 a?os, aunque sin una periodicidad fija. Tambi¨¦n les comentan a los alumnos que el d¨ªa que vuelva a llover como en 1957 la tragedia humanitaria no ser¨ªa de las dimensiones de entonces, porque ahora tenemos previsiones muy precisas, sistemas de alerta temprana, numerosos medios para comunicar y recibir los avisos meteorol¨®gicos y sus actualizaciones, as¨ª como las alertas de las protecciones civiles. Tambi¨¦n disponemos unas infraestructuras modernas. El ser humano de 2024 ya es capaz de girar la cabeza y prever un futuro inmediato y lejano con gran precisi¨®n.
29 de octubre de 2024. Se producen lluvias torrenciales en la provincia de Valencia, superando en algunos puntos los 600 litros por metro cuadrado (l/m2). En la estaci¨®n meteorol¨®gica de Tur¨ªs se registran 179.4 l/m? en una hora, que es el m¨¢ximo hist¨®rico absoluto registrado en Espa?a. A pesar de las notas informativas, avisos especiales y el aviso rojo, que supone riesgo extremo, la cat¨¢strofe humanitaria es descomunal. El comentario que los funcionarios de Aemet hicieron el pasado d¨ªa 10 a los alumnos de bachillerato de que unas lluvias como las de 1957 no tendr¨ªan un impacto humanitario grave fue claramente equivocado.
31 de octubre de 2024. La Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial (OMM) emite un comunicado, incluyendo un estudio de atribuci¨®n r¨¢pida, en el que se afirma que las precipitaciones del d¨ªa 29 en Valencia ¡°fueron aproximadamente un 12% m¨¢s intensas y dos veces m¨¢s probables en comparaci¨®n con el clima preindustrial¡±.
Alg¨²n d¨ªa de octubre de la segunda mitad del siglo XXI. Se producen lluvias torrenciales en la provincia de Valencia, incluso de m¨¢s intensidad de las que se produjeron en 2024. El episodio finaliza con graves da?os en las infraestructuras, pero sin ninguna v¨ªctima mortal. La prensa publica que, tras la cat¨¢strofe de 2024, todos los organismos realizaron una auditoria profunda de sus actuaciones durante aquella crisis. Todos los organismos se reunieron y actualizaron y coordinaron sus protocolos que, adem¨¢s, fueron adaptados a la nueva realidad clim¨¢tica. Los medios publican adem¨¢s que, las medidas de adaptaci¨®n y mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico de las ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢n dando sus frutos y el colapso ambiental que se preve¨ªa para final de siglo se ha logrado evitar. Esto es simplemente un deseo y una esperanza del autor.