?Por qu¨¦ Espa?a construye viviendas en zonas inundables y peligrosas? Casi tres millones de personas viven en alto riesgo
Los cient¨ªficos indican que es necesario acometer medidas previstas en planes de gesti¨®n y aumentar el conocimiento de estos fen¨®menos
En Espa?a existen 26.733 kil¨®metros de tramos de r¨ªos con zonas inundables ¨Dentre otros que todav¨ªa no se han estudiado¨D y en los que presentan m¨¢s peligro de avenidas frecuentes viven 2,7 millones de personas. Los ciudadanos pueden consultar los mapas de riesgo, en el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica, para comprobar si su vivienda se construy¨® en un lugar inundable y la probabilidad de que llegue una avenida de agua en un periodo de retorno de 500, 100, 50 o 10 a?os. Las ¨¢reas que han sufrido las tremendas inundaciones en Valencia aparecen ah¨ª marcadas, pero la magnitud de la cat¨¢strofe, no tanto en los da?os materiales como en el n¨²mero de fallecidos, ha superado cualquier previsi¨®n.
¡°Esto se ve¨ªa venir, se tendr¨ªan que haber adoptado ya medidas estructurales pendientes en el plan de gesti¨®n del J¨²car en zonas donde se ha producido gran parte de la tragedia como el barranco del Poyo¡±, se?ala F¨¦lix Franc¨¦s, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Hidr¨¢ulica en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia. La Comunidad Valenciana, la m¨¢s castigada por la dana, cuenta con un plan de acci¨®n territorial de riesgo de inundaciones (PATRICOVA) que se puso en marcha en 2003 y se revis¨® en 2015. Por lo que ¡°la cartograf¨ªa regional de peligrosidad es exhaustiva¡±, se?ala Franc¨¦s.
Tambi¨¦n apunta a que habr¨ªa que dar ¡°un paso m¨¢s¡± en las predicciones. ¡°Se ha mejorado mucho en la meteorol¨®gica, pero falta conocer cu¨¢nto van a subir los r¨ªos en momentos de crecida y qu¨¦ zonas tienen probabilidades de inundarse despu¨¦s de que la dana descargue y eso es la predicci¨®n hidrol¨®gica¡±. Se tratar¨ªa de ¡°plantear escenarios dependiendo de si la dana entra en ese valle o esa cuenca, de forma que las autoridades podr¨ªan contar con unas predicciones de caudales e inundaci¨®n, y saber que la alerta para la ciudad de Valencia, que no corr¨ªa riesgo de inundaci¨®n, deber¨ªa ser diferente que para Paiporta [uno de los epicentros de la tragedia], por poner el ejemplo de esta dana¡±.
Un problema enquistado
El problema viene de lejos, con un desorden urban¨ªstico que se inici¨® en los a?os 60, que permit¨ªa la construcci¨®n en cualquier lugar, incluida la ocupaci¨®n de zonas inundables. ¡°Esto ocurri¨® hasta pr¨¢cticamente el a?o 2015, cuando la ¨²ltima versi¨®n de la ley del suelo oblig¨® a los ayuntamientos a elaborar un informe de inundabilidad con mapas de riesgo de inundaci¨®n y a declarar como no urbanizables esos suelos¡±, explica Jorge Olcina, catedr¨¢tico de la Universidad de Alicante de Ordenaci¨®n del Territorio, Climatolog¨ªa y Riesgos Naturales. Hoy considera que es ¡°pr¨¢cticamente imposible¡± construir en esos lugares legalmente. Pero antes, las viviendas ya hab¨ªan colonizado ramblas, barrancos, dejando a los r¨ªos sin espacio para evacuar en momentos de crecida.
Aunque siguen existiendo municipios que contin¨²an con planes generales de ordenaci¨®n urbana antiguos, en los que faltan las medidas de restricci¨®n de construcci¨®n en zonas inundables. ¡°Tenemos planes de los a?os 70 y, sobre todo, 80 y 90, que no contemplan esos riesgos, deber¨ªa existir una legislaci¨®n que obligara a adaptarse a los de m¨¢s de 15 a?os de antig¨¹edad, y tambi¨¦n a la nueva concepci¨®n de sostenibilidad¡±, concreta Olcina.
Pero que una zona sea inundable no quiere decir que no se pueda establecer all¨ª ning¨²n tipo de uso, depende de su peligrosidad, que se mide por la frecuencia con que se producen las avenidas, su profundidad y la velocidad del agua. Si se dan estos condicionantes, el peligro es alto y solo podr¨ªan estar cerca de un cauce, pistas polideportivas a las que no les afecte si se mojan, parques, corredores verdes... En cambio, en zonas con menor peligrosidad se podr¨ªan construir viviendas, puede ser que con condicionantes como no edificar habit¨¢culos subterr¨¢neos o prohibir instalar dormitorios en las plantas bajas, entre otros.
Por legislaci¨®n no ser¨¢. Tanto el Estado como las comunidades aut¨®nomas cuentan con m¨²ltiples datos, existe normativa nacional y europea, adem¨¢s de mapas de peligrosidad, pero como ha demostrado esta dana, hay fallos graves. ¡°La normativa es muy completa, yo dir¨ªa de lo mejor de Europa, pero si faltan mecanismos para velar por su cumplimiento de poco sirve¡±, expone Andr¨¦s D¨ªez, profesor de investigaci¨®n del Instituto Geol¨®gico Minero de Espa?a (IGME/CSIC) y experto en avenidas e inundaciones fluviales y torrenciales.
Como ejemplo, D¨ªez expone que se han encontrado con planes de inundaci¨®n de municipios que ocupan una l¨ªnea. ¡°Y si no hay un t¨¦cnico competente en la comunidad aut¨®noma correspondiente que lo detecte, ese documento incompleto saldr¨¢ adelante y sus consecuencias tambi¨¦n¡±, a?ade. Por ese motivo, la soluci¨®n para mitigar los da?os de este tipo de eventos meteorol¨®gicos no puede ser a escala de municipio, ¡°si es as¨ª, solo ser¨¢n parches, la ordenaci¨®n debe comenzar por la cuenca hidrogr¨¢fica, seguir por la comarca, el r¨ªo en concreto y, finalmente, el tramo de cauce problem¨¢tico¡±.
Falla el conocimiento
Lo que ha salido a la luz con este desastre es que ¡°falla el conocimiento, en cuanto a saber c¨®mo funcionan esos fen¨®menos, y la percepci¨®n de riesgo y eso se cura con formaci¨®n¡±, se?ala D¨ªez. Ellos han elaborado diferentes planes de comunicaci¨®n de riesgo en diferentes poblaciones espa?olas, y organizan talleres dirigidos a agricultores, ancianos, escolares... Se trata de conocer las reglas: por ejemplo, si se vive en una zona inundable, no situar los dormitorios en primera planta (si se puede), no poner rejas en las ventanas de los pisos bajos, no coger el coche... ¡°Llevamos 12 a?os impartiendo talleres a los ni?os, les ense?amos con juegos, a 500 cada a?o y eso es sembrar conciencias futuras¡±, explica.
Alberto Fern¨¢ndez, responsable del programa de aguas de la ONG ambiental WWF, apunta a que uno de los problemas en ese aspecto es que ¡°las canalizaciones de los cauces dan una falsa sensaci¨®n de seguridad a las personas, que empiezan a construir viviendas alrededor¡±. Un error porque debido a la ocupaci¨®n del territorio por casas e infraestructuras de todo tipo, el agua que viene de m¨¢s arriba no se puede filtrar en el terreno y se encauza por los caminos que se le han dejado hacia el mar a gran velocidad. ¡°Y si es mucha cantidad, como ha ocurrido en esta ocasi¨®n, el efecto es devastador¡±, puntualiza.
La soluci¨®n es complicada, a?ade el catedr¨¢tico de la Universidad de Alicante Jorge Olcina. ¡°Habr¨¢ que gestionar los espacios inundables de riesgo ocupados, y para eso se tendr¨¢n que canalizar barrancos o desviar algunos tramos urbanos que tengan alto riesgo¡±, describe. Y tambi¨¦n habr¨¢ que acometer ¡°actuaciones de drenaje urbano sostenible, construir dep¨®sitos pluviales y parques inundables que provoquen una inundaci¨®n de forma m¨¢s natural¡±. Adem¨¢s, hay que cumplir la ley ¡°a rajatabla¡± y actualizar los planes generales de ordenaci¨®n urbana de los municipios para que incorporen todas las medidas de restricci¨®n de construcci¨®n en zonas inundables. ¡°Tenemos planes de los a?os 70 y, sobre todo, 80 y 90, que no contemplan esos riesgos, todos los que tengan m¨¢s de 15 a?os de antig¨¹edad deber¨ªan incorporar no solo la normativa de inundaciones, sino la ambiental, porque no est¨¢n adaptados a la nueva concepci¨®n de la sostenibilidad¡±.
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