Qu¨¦ hacer y qu¨¦ no para la pr¨®xima dana
El profesor de Geograf¨ªa F¨ªsica en la Universidad de Zaragoza cree que es necesario priorizar la salud de los ciudadanos y del medio ambiente sobre el desarrollo econ¨®mico
La cat¨¢strofe originada por la dana de finales de octubre ha tenido cuatro causas muy claras, todas ellas de responsabilidad humana: un nuevo clima antropog¨¦nico, un desarrollo urbano mal planificado, una ingenier¨ªa tradicional fallida y la desinformaci¨®n y tardanza en los avisos. Todo ello es muy probable que se repita en el futuro en el territorio valenciano o en cualquier otro. Habr¨¢ eventos como este y puede que...
La cat¨¢strofe originada por la dana de finales de octubre ha tenido cuatro causas muy claras, todas ellas de responsabilidad humana: un nuevo clima antropog¨¦nico, un desarrollo urbano mal planificado, una ingenier¨ªa tradicional fallida y la desinformaci¨®n y tardanza en los avisos. Todo ello es muy probable que se repita en el futuro en el territorio valenciano o en cualquier otro. Habr¨¢ eventos como este y puede que mayores y m¨¢s frecuentes. Por ello, es preciso reflexionar y lanzar ideas basadas en la prudencia y la adaptaci¨®n, porque es urgente tomar medidas para evitar v¨ªctimas mortales en esos episodios futuros. En mi opini¨®n habr¨ªa que seguir las siguientes l¨ªneas de acci¨®n:
Protocolos de informaci¨®n y alerta m¨¢s r¨¢pidos y contundentes. Contamos con una buena base de informaci¨®n (AEMET, SAIH), que deber¨ªa ampliarse, en especial en cuencas de r¨ªos secos y barrancos. Pero desde ah¨ª hay que desarrollar un protocolo de alerta r¨¢pido que alcance a todas las personas expuestas y que implique medidas taxativas y contundentes.
Educaci¨®n en el riesgo y la emergencia. Es fundamental que llegue a toda la sociedad y que est¨¦ perfectamente asumida y entrenada por la poblaci¨®n directamente afectable. Incluye memoria hist¨®rica, educaci¨®n ambiental, protocolos de emergencia y procedimientos de evacuaci¨®n y de gesti¨®n postdesastre.
Estudios cient¨ªfico-t¨¦cnicos en actualizaci¨®n continua de an¨¢lisis e interpretaci¨®n de datos meteorol¨®gicos e hidrol¨®gicos (los c¨¢lculos antiguos ya no sirven), de su evoluci¨®n y tendencias y de la cartograf¨ªa de ¨¢reas inundables, y que todo ello se aplique en los planes de gesti¨®n del riesgo, tambi¨¦n en revisi¨®n permanente.
Implementar cambios urgentes en la ordenaci¨®n del territorio, el urbanismo y las formas constructivas para permeabilizar el territorio y las ciudades. Hay que priorizar la salud humana ambiental sobre el desarrollo econ¨®mico. Derribar edificios en las zonas de m¨¢ximo riesgo, indemnizando y trasladando a la poblaci¨®n afectada. Trasladar todos los edificios y equipamientos p¨²blicos fuera de las zonas inundables. Promover barreras port¨¢tiles en calles y edificios que sigan en espacio inundable. Desurbanizar zonas inundables urbanas y periurbanas, recuperando espacios de inundaci¨®n libres de obst¨¢culos. Permeabilizar barrios urbanos inundables con espacios verdes permeables e infiltrantes y estanques para almacenar agua. Prohibir nuevas construcciones y desarrollos en zonas inundables. Redimensionar los puentes d¨¢ndoles mayor capacidad.
Implantar soluciones basadas en la naturaleza en todo el territorio: descanalizar cauces, devolver su espacio a r¨ªos, barrancos y ramblas, extender ¨¢reas laterales de inundaci¨®n y laminaci¨®n, eliminar todos los obst¨¢culos humanos de los cauces (presas, estructuras, vados, etc.) y sustituir los vados o badenes ¨²tiles por puentes bien dimensionados.
Implantar un extenso plan de empleo p¨²blico ecosocial en emergencias, gesti¨®n de riesgos y gesti¨®n de desastres, multidisciplinar y distribuido por todo el territorio. No se pueden dejar estos aspectos en manos del voluntariado. Hay profesionales y especialistas para ello en geograf¨ªa, geolog¨ªa, biolog¨ªa, ciencias ambientales, sociolog¨ªa, psicolog¨ªa, ingenier¨ªas y arquitectura.
Modificaciones normativas y legislativas que consoliden y permitan aplicar todos los puntos anteriores.
Por ¨²ltimo, hay, fundamentalmente, tres cosas que no deber¨ªamos hacer nunca m¨¢s, porque no sirven y se han mostrado claramente fallidas y negativas en diferentes episodios del pasado, incluido este ¨²ltimo. En primer lugar, no hay que construir m¨¢s presas, pues son armas de doble filo, a veces aut¨¦nticas bombas de relojer¨ªa, como ocurri¨® en la cat¨¢strofe del camping de Biescas en 1996, y no solucionan nada en los episodios m¨¢s extremos. El da?o que infringen a los r¨ªos aguas abajo es tan grave que perjudica totalmente la propia auto-gesti¨®n funcional fluvial de los procesos de crecida e inundaci¨®n, aumentando la peligrosidad. Adem¨¢s, la falsa sensaci¨®n de seguridad que causan los embalses es origen de muchas ocupaciones irresponsables de los espacios fluviales. En segundo lugar, no hay que hacer m¨¢s canalizaciones y encauzamientos que aumentan la velocidad de la corriente, sobreelevan su nivel y generan enormes da?os all¨ª donde se rompen o son desbordadas. Son todo lo contrario a imitar el funcionamiento del r¨ªo. En tercer lugar, es rid¨ªculo y lamentable que se planteen continuamente dragados y limpiezas de vegetaci¨®n, medidas que son claramente in¨²tiles y contraproducentes, que incrementan tambi¨¦n la velocidad y los da?os, ya que suponen destruir el sistema biogeomorfol¨®gico de frenado de los cauces.