Trump resucita las pajitas de pl¨¢stico: ?una distracci¨®n con escaso impacto o un s¨ªmbolo que impulsa a la industria del petr¨®leo?
Una orden ejecutiva del presidente de EE UU destierra el uso de las biodegradables en los edificios de la Administraci¨®n federal
Adem¨¢s de perforar sin freno para impulsar la industria del crudo ¡ªy de paso los ingresos de algunos de sus ricos donantes, magnates del petr¨®leo¡ª, al presidente de EE UU no se le ha ocurrido mejor idea para contribuir a la contaminaci¨®n ambiental que prohibir el uso de las pajitas de cart¨®n de un solo uso, biodegradables, para recuperar las de pl¨¢stico. El decreto establece que ¡°la pol¨ªtica de los Estados Unidos es poner fin al uso de pajitas de papel¡±. El ¨¢mbito de aplicaci¨®n de la orden ser¨¢, de momento, la Administraci¨®n federal.
Junto con otras medidas que van en contra de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, como la decisi¨®n de sacar a Estados Unidos del Acuerdo de Par¨ªs, Trump ha decidido abrazar, tambi¨¦n, las pajitas de pl¨¢stico. La orden ejecutiva que firm¨® el lunes por la noche (hora estadounidense) indica que ¡°las de papel no son funcionales, utilizan sustancias qu¨ªmicas que pueden entra?ar riesgos para la salud, son m¨¢s caras de producir que las pajitas de pl¨¢stico y a menudo obligan a los usuarios a utilizar varias¡±.
El anuncio del republicano contin¨²a: ¡°Una campa?a irracional contra las pajitas de pl¨¢stico ha dado lugar a que las principales ciudades, Estados y empresas [de EE UU] proh¨ªban el uso o la inclusi¨®n autom¨¢tica de pajitas de pl¨¢stico con las bebidas¡± en favor de un suced¨¢neo avieso, las de papel, que, para colmo, ¡°a veces vienen envueltas individualmente en pl¨¢stico, lo que socava el argumento medioambiental a favor de su uso¡±.
?Esta es una simple distracci¨®n con escaso impacto si se compara con otras decisiones ambientales, clim¨¢ticas y sociales de Trump de mucho m¨¢s calado, o constituye una medida muy simb¨®lica para despejar el camino a la industria del petr¨®leo? En la pr¨¢ctica, el decreto pone fin a una d¨¦cada de concienciaci¨®n social ante la poluci¨®n por pl¨¢stico. Seg¨²n distintos c¨¢lculos, los estadounidenses, colgados a todas horas de descomunales vasos de refresco, utilizan y tiran hasta 500 millones de pajitas al d¨ªa.
Especialistas coinciden en que este impulso al uso de pl¨¢stico tiene un gran beneficiario: las empresas de petr¨®leo. Andreu Escriv¨¤, doctor en biodiversidad, explica que por la parte econ¨®mica se est¨¢ beneficiando ¡°a sus amigos de las grandes empresas de petr¨®leo¡±. Y agrega que esta medida ¡°les viene fenomenal¡± al ser quienes producen la materia prima para producir el pl¨¢stico. ¡°Est¨¢n tratando de inundarnos con m¨¢s pl¨¢stico y abrir nuevos mercados¡±.
Julio Barea, responsable de la campa?a de residuos de Greenpeace Espa?a, explica que el consumo de petr¨®leo va a bajar sin lugar a dudas porque el mundo camina hacia energ¨ªas m¨¢s limpias, entonces el negocio que les queda a estas empresas gira hacia el pl¨¢stico. ¡°Con Trump lo estamos viendo, por intereses econ¨®micos puros y duros, sus amigos petroleros le est¨¢n diciendo que el negocio se tambalea y esto no puede caer¡±, dice. Recuerda que pa¨ªses y empresas con intereses en el sector han boicoteado las ¨²ltimas negociaciones del pacto internacional para reducir el uso de pl¨¢sticos.
?Tan solo una an¨¦cdota?
En los ¨²ltimos a?os, se han publicado cientos de campa?as de concientizaci¨®n para evitar el pl¨¢stico de un solo uso. El v¨ªdeo de una tortuga marina con una pajita de pl¨¢stico en una fosa nasal se hizo viral entonces y provoc¨® una oleada de activismo para reducir la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos, con la pajita de pl¨¢stico desechable con icono del movimiento.
Barea comenta: ¡°hab¨ªa un mensaje que la pajita de pl¨¢stico no era buena¡±, sin embargo en lo que se deber¨ªa poner ¨¦nfasis es en que ¡°en el 99,99% de las veces no necesitamos ninguna pajita para beber¡±. La pajita tiene consecuencias ambientales, econ¨®micas y sanitarias, ¡°los residuos de las pajitas no se reciclan ni se recuperan, tardan mucho en degradarse y afecta a la vida marina y terrestre¡±.
Sin embargo, pese a la importancia de reducir este uso, ¡°el rumbo del mundo y del cambio clim¨¢tico no cambia por usar o no pajitas de cart¨®n¡±, dice Escriv¨¤. Aunque ha sido un s¨ªmbolo para aumentar la conciencia sobre el medio ambiente, explica. Otro factor a tomar en cuenta, menciona, es el impacto educacional de esta medida: ¡°Te muestra que da igual, que el pl¨¢stico est¨¢ bien. Si uno ve un producto de cart¨®n, uno ve que algo est¨¢ cambiando, que el pl¨¢stico no es bueno, que tenemos que intentar producir menos pl¨¢stico¡±, critica Escriv¨¤.
En decenas de ciudades y Estados del pa¨ªs m¨¢s consumista del mundo ¡ªmuy especialmente de bebidas carbonatadas, sodas y refrescos azucarados que se beben a sorbos¡ª , el uso de pajitas de pl¨¢stico se prohibi¨® o fue parcialmente restringido, con sus partidarios y detractores incluso dentro los movimientos ecologistas. M¨¢s de media docena de estados tienen leyes que establecen que los restaurantes y bares s¨®lo pueden ofrecer pajitas de pl¨¢stico si los clientes las solicitan. Entre ellos est¨¢n Nueva York, California, Oreg¨®n, Washington, Nueva Jersey, Delaware y Rhode Island. Decenas de ciudades y condados tambi¨¦n tienen restricciones en vigor; algunas, como Washington DC, proh¨ªben a los negocios ofrecer las de pl¨¢stico aunque el cliente las pida.
La Fundaci¨®n Rezero explica que no se trata solo de este producto, sino en la cultura del ¡°usar y tirar¡±, un modelo de producci¨®n y consumo insostenible ¡°que despilfarra recursos, contamina los ecosistemas y sobrecarga la gesti¨®n de los residuos¡±. Aseguran que la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos est¨¢ en los oc¨¦anos, en los alimentos, en el agua y el aire, afecta la salud humana y animal. Por otro lado, la producci¨®n de pl¨¢stico se ha convertido, tambi¨¦n, en una amenaza por la contaminaci¨®n que trae con los micropl¨¢sticos y las sustancias t¨®xicas que utiliza.
¡°Son una cosa rid¨ªcula¡±
La medida de Trump supone un claro retroceso respecto a las medidas adoptadas por la Administraci¨®n de Joe Biden. El a?o pasado, el dem¨®crata se comprometi¨® a empezar a eliminar la compra de pajitas y otros pl¨¢sticos de un solo uso por parte del Gobierno federal en 2027.
¡°Estas cosas no funcionan. Las he tenido muchas veces y, en ocasiones, se rompen, explotan. Es una situaci¨®n rid¨ªcula¡±, dijo Trump durante la firma del decreto, transmitida por televisi¨®n. Sus palabras recuerdan aquella diatriba de Mariano Rajoy sobre el imposible, a su juicio, uso de las nuevas botellas de pl¨¢stico con tap¨®n incorporado. Aunque el tema dar¨ªa para una investigaci¨®n psicoanal¨ªtica, resulta cuando menos curioso que una pajita de papel y un tap¨®n a rosca de pl¨¢stico puedan entra?ar tama?a dificultad para unos l¨ªderes.
Escriv¨¢ indica que ¡°se est¨¢ discutiendo y reflexionando sobre esto, mientras tenemos cambios estructurales y serios como l¨ªmites de emisi¨®n, controles de contaminaci¨®n, fabricaci¨®n de materias primas, consumo de energ¨ªa, el carb¨®n, y el ¡®drill, baby drill¡¯¡± que mencion¨® Trump.
El especialista agrega que el cambio de pajitas de pl¨¢stico a cart¨®n o eliminarlas por completo tiene sentido siempre y cuando existan cambios estructurales que lo acompa?en. ¡°La gente ha percibido durante estos a?os que se han realizado cambios cosm¨¦ticos, que les molestaban en el d¨ªa a d¨ªa, mientras no se ejecutaban cambios sist¨¦micos ¡ªlos mercados siguen llenos de pl¨¢stico, los coches inundan las calles¡ª¡±, dice. ¡°La queja tiene sentido; la soluci¨®n, sin embargo, no es volver a las pajitas de pl¨¢stico¡±, agrega.
La orden ejecutiva de Trump obliga a las agencias federales a dejar de comprar pajitas de papel, asegur¨¢ndose de que no se ofrezcan en los edificios gubernamentales. Tambi¨¦n pide que se elabore una ¡°estrategia nacional para acabar con el uso de pajitas de papel¡± en un plazo de 45 d¨ªas. Con la guerra comercial global que ha desatado la primera salva de aranceles, con Gaza a punto de convertirse en un resort tur¨ªstico si prosperan sus planes de limpieza ¨¦tnica para la Franja, con el mundo boquiabierto ante un inicio de mandato que parece el minutero estresado del apocalipsis, todo sea por la causa. La del pl¨¢stico, que es como decir la del petr¨®leo.