Mil¨¢n construir¨¢ 750 kil¨®metros de carriles bici para crear la mayor red ciclista de Europa
La ciudad italiana invertir¨¢ 225 millones en 13 a?os y superar¨¢ al circuito de 680 kil¨®metros que est¨¢ desarrollando Par¨ªs
Mil¨¢n ha decidido quitar espacio al coche para d¨¢rselo a la bicicleta, un medio de transporte que favorece una movilidad saludable y sostenible y que reduce la contaminaci¨®n de las urbes. La ciudad pretende desplegar la mayor red de carriles bici de Europa, 750 kil¨®metros repartidos en 24 l¨ªneas que abarcar¨¢n gran parte de la provincia y se completar¨¢n en 2035. El proyecto cuenta con una inversi¨®n total de 225 millones de euros con los que espera superar los 680 kil¨®metros de v¨ªas ciclistas que planea Par¨ªs, actualmente pionera europea de infraestructuras para bicicletas a gran escala. La iniciativa, denominada Cambio, se aprob¨® el pasado mes de noviembre, pero ahora, como paso previo al inicio de las obras, el Gobierno municipal ha comenzado la divulgaci¨®n de las actuaciones. La primera parte de la red estar¨¢ lista este verano.
Como muchas otras ciudades de Europa, Mil¨¢n construy¨® carriles temporales tras salir del confinamiento de 2020 (35 kil¨®metros). El nuevo plan va mucho m¨¢s all¨¢ y apuesta por la infraestructura permanente, segura, conectada y protegida. En los planos se asemeja a una tela de ara?a que se organizar¨¢ en torno a cuatro cinturones ciclistas conc¨¦ntricos que partir¨¢n del centro de la ciudad. 16 v¨ªas en forma de radios los atravesar¨¢n y conectar¨¢n el coraz¨®n de la ciudad con la periferia y con m¨¢s de un centenar de pueblos del cintur¨®n metropolitano y alrededores. Se suman a ellas cuatro l¨ªneas verdes que enlazar¨¢n el norte con el sur y el oeste con el este de la provincia. Las pistas llegar¨¢n mucho m¨¢s lejos de la zona urbanizada de Mil¨¢n y del alcance actual de la red de metro de la ciudad.
¡°Supone un cambio en la movilidad ciclista. Hasta ahora las ciclov¨ªas se sol¨ªan realizar en espacios residuales que deja la movilidad motorizada, pero con el proyecto de Mil¨¢n se da la vuelta a este planteamiento y se crean caminos exclusivamente dedicados a las bicicletas¡±, explica Markus Hedorfer, presidente de la Asociaci¨®n italiana de urbanistas y planificadores territoriales y ambientales y vicepresidente del Consejo europeo de urbanistas. Y agrega: ¡°Llevar plenamente el proyecto a la pr¨¢ctica es un desaf¨ªo. Los peque?os pueblos suburbanos deber¨¢n integrar la gran red con una red propia para que se pueda ir de casa al trabajo, a la escuela, al supermercado, en plenas condiciones de seguridad. Es importante que est¨¦n conectadas entre ellas y en Italia hay pocas conexiones entre las diferentes redes ciclistas¡±.
El objetivo del plan es avanzar hacia una infraestructura ciclista m¨¢s completa y extender el uso de la bicicleta m¨¢s all¨¢ del deporte o el turismo y convertirla en un medio de transporte cotidiano, ¡°una opci¨®n r¨¢pida, segura, divertida y atractiva, en definitiva la primera elecci¨®n y la m¨¢s l¨®gica para desplazarse¡±, como lo define la Ciudad Metropolitana de Mil¨¢n (un organismo que comprende tanto la urbe como la provincia). Al mismo tiempo, se pretende combatir el tradicional problema de contaminaci¨®n del ¨¢rea de Mil¨¢n, motor econ¨®mico del pa¨ªs y una de las zonas m¨¢s industrializadas de Europa, causado por una peligrosa mezcla de actividad industrial a gran escala, una alta densidad de poblaci¨®n y la dependencia generalizada del autom¨®vil.
De hecho, en 2020 el Tribunal de Justicia de la UE conden¨® a la regi¨®n de Lombard¨ªa, en la que se encuentra Mil¨¢n, por incumplir ¡°de manera sistem¨¢tica y continuada¡± las normas europeas de calidad del aire. La ciudad ya ha iniciado una batalla para limpiar el aire, con restricciones de circulaci¨®n de determinados veh¨ªculos.
La ciudad metropolitana de Mil¨¢n, antigua provincia de Mil¨¢n, donde viven algo m¨¢s de tres millones de personas, es, adem¨¢s, la zona urbana m¨¢s poblada de Italia. Seg¨²n el Instituto Superior de Estad¨ªstica, los desplazamientos en bici, tanto en la regi¨®n de Lombard¨ªa como en el ¨¢rea de Mil¨¢n, suponen alrededor de un 5% de los trayectos. Cuando toda la malla ciclista est¨¦ completada, se pretende que el 20% de los desplazamientos en la ciudad y el 10% de los intercomunales se hagan en bicicleta. La meta es poner estas infraestructuras al alcance de cerca del 90% de la poblaci¨®n, unos 2,6 millones de personas, entre ellos, algo m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores y casi 100.000 estudiantes.
¡°La bici, pieza crucial de la movilidad¡±
¡°Es una pieza crucial de la pol¨ªtica de movilidad de los pr¨®ximos a?os y su verdadera fuerza radica en el hecho de que no cubre solamente la ciudad, sino un territorio mucho m¨¢s vasto. Tiene la ambici¨®n de cambiar la forma en la que las personas se trasladan habitualmente¡±, se?ala a este diario Mariapaola Ritrovato, arquitecta experta en movilidad sostenible y turismo de Decisio, una de las compa?¨ªas que est¨¢ colaborando en la redacci¨®n del plan Cambio. Y contin¨²a: ¡°Se pretende un cambio estrat¨¦gico, no solo en lo relativo a la movilidad y los transportes, sino tambi¨¦n de desarrollo econ¨®mico y social m¨¢s sostenible, capaz de reducir las emisiones nocivas, para crear un territorio m¨¢s seguro, m¨¢s sano, m¨¢s productivo y m¨¢s equitativo, con soluciones de transporte econ¨®micas para todos¡±.
La intenci¨®n es que los ciudadanos puedan ir a pedales en su d¨ªa a d¨ªa pr¨¢cticamente a cualquier parte y que los principales destinos cotidianos para la mayor¨ªa de la poblaci¨®n queden a menos de un kil¨®metro de distancia de una de las rutas ciclistas axiales. Como por ejemplo, el 83% de las estaciones ferroviarias; el 77% de las empresas; el 79% de los institutos de educaci¨®n secundaria; en torno al 70% de las estructuras sanitarias; cerca del 90% de los bienes de inter¨¦s cultural o el 50% de los museos, entre otros.
Todo ello pasa por un cambio de paradigma en una ciudad en la que el intenso tr¨¢fico motorizado sigue haciendo que el uso compartido de las calles sea inseguro y poco atractivo para los ciclistas. En general, en el pa¨ªs transalpino hay un fuerte apego a la cultura del autom¨®vil y la bicicleta todav¨ªa sigue sin verse como un medio de transporte alternativo, por eso a¨²n queda mucho por hacer en materia de concienciaci¨®n. ¡°Hay que hacer al mismo tiempo un trabajo cultural, la bicicleta tiene que ser aceptada por la poblaci¨®n como medio de transporte. Hoy poca gente coge la bicicleta, el problema de la seguridad desanima. Este plan tiene el potencial de cambiar la vida de la ciudad, ser¨¢ una revoluci¨®n para quien sea medianamente h¨¢bil para utilizar una bicicleta. Hay que preparar el terreno para un cambio radical en los h¨¢bitos de desplazamiento, y eso lleva tiempo¡±, se?ala Hedorfer.
A grandes rasgos, en Italia hasta hace poco se le ha dado escasa importancia a este medio de transporte en la mayor¨ªa de las ciudades, lo que explica que en muchos lugares algunos carriles bici terminen abruptamente, otros tengan graves problemas de seguridad o directamente sean inexistentes en muchas urbes, sobre todo en el sur del pa¨ªs. ¡°Mil¨¢n siempre va a la vanguardia en innovaciones en Italia, tambi¨¦n en este sector, aunque es cierto que lleva cierto retraso respecto a otros pa¨ªses europeos como Pa¨ªses Bajos. Esperamos que pueda ser un est¨ªmulo para el resto del pa¨ªs¡±, apunta Hedorfer.
Durante la pandemia, muchas ciudades dieron un impulso a su transformaci¨®n a trav¨¦s de carriles bici temporales y en todo el pa¨ªs se han realizado algo m¨¢s de 190 kil¨®metros de pistas de este estilo desde 2020. El Gobierno incluso ofreci¨® durante un tiempo bonos para adquirir bicicletas y monopatines, medios de transporte m¨¢s seguros frente al virus. En Mil¨¢n se improvisaron ciclov¨ªas en los tradicionales carriles para coches y se peatonalizaron algo m¨¢s de 30 kil¨®metros antes utilizados para el tr¨¢fico motorizado. Estas medidas, parciales y provisionales, han facilitado el uso de la bicicleta en el centro de la ciudad, pero en la periferia los carriles para bicicletas se mezclan de forma abrupta con el tr¨¢fico pesado.
En G¨¦nova, desde el inicio de la pandemia se han acondicionado m¨¢s carriles bici que en los ¨²ltimos 40 a?os, con 60 nuevos kil¨®metros de ciclov¨ªas y 50 m¨¢s en proyecto, aunque en este caso, la mayor¨ªa del trazado no es exclusivo para bicicletas, sino que se comparte con los autom¨®viles y el transporte urbano. Gran parte de las v¨ªas ciclistas se concentran en el norte del pa¨ªs. En las capitales de provincia italianas hay una media de 23 kil¨®metros de carril bici por cada 100 kil¨®metros cuadrados de superficie. En el norte, la media asciende a 56 kil¨®metros de ciclov¨ªas por cada 100 kil¨®metros cuadrados. Mientras, en Roma apenas hay carriles bici, la mayor¨ªa son de uso compartido con veh¨ªculos y est¨¢n incompletos y sin conexiones. Aunque durante la pandemia se proyectaron 150 nuevos kil¨®metros de cliclov¨ªas provisionales, la mayor¨ªa a¨²n no se ha completado.
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