Victoria Prego, la periodista que nunca se sinti¨® famosa
En su trabajo siempre prim¨® las reglas cl¨¢sicas del periodismo, entre las que est¨¢n la b¨²squeda directa de los hechos contada, a ser posible ¡ªy para ella siempre lo fue¡ª, por sus protagonistas
Victoria Prego nunca pens¨® en ser conocida, ni famosa, ni que fuera a pasar a la historia del periodismo espa?ol como un referente pasado y presente hasta hace unas semanas. Su trayectoria profesional, desde el paso de la dictadura a la democracia, la llev¨® a serlo desde muy pronto. Su enfoque de la profesi¨®n, siempre de aliento largo, mucho m¨¢s all¨¢ de la cr¨®nica inmediata ¡ªg¨¦nero que domin¨®¡ª, la condujo a elaborar una obra magna sobre la Transici¨®n espa?ola, con may¨²sculas, en formato documental. Y despu¨¦s, literario. La pulcritud de su prosa, su dominio de la lengua, escrita y hablada, la convirti¨® en una narradora inigualable de la convulsa Espa?a de la Transici¨®n. No hab¨ªa cosecha propia, o muy escasa; en su trabajo siempre prim¨® las reglas cl¨¢sicas del periodismo, entre las que est¨¢n la b¨²squeda directa de los hechos contada, a ser posible ¡ªy para ella siempre lo fue¡ª, por sus protagonistas.
La controversia sobre la Transici¨®n, propia de todos los procesos hist¨®ricos, a?os despu¨¦s de haberse producido, le cog¨ªa siempre en guardia. ¡°No, no, eso no fue as¨ª¡.¡±. Este era el comienzo de algunas de sus frases cuando rauda se ve¨ªa impelida a volcar su inmenso bagaje al escuchar una versi¨®n de acontecimientos que ella vivi¨® y estudi¨® y con los que no estaba de acuerdo. Sin alzar la voz, pero gesto firme. A continuaci¨®n, pod¨ªa sobrevenir uno de sus mejores atributos: su risa. Sobre ella sus amigas sabemos mucho. Un apunte personal sobre Victoria se hace imprescindible para quien se sentir¨ªa abrumada al leer las completas y magn¨ªficas necrol¨®gicas que se han escrito en estas horas. No ha podido superar el retorno de la enfermedad tras haber vencido al c¨¢ncer durante 14 a?os, ¡°vividos divinamente¡±, comentaba hace unos d¨ªas. Su vida ha estado envuelta en su exhaustiva dedicaci¨®n al periodismo, a la familia y a los amigos; ella lo concili¨® todo con sobresaliente.
Aun as¨ª, se ha ido de este mundo con la duda de si estaba a la altura de lo que necesariamente deb¨ªa dar al periodismo, a la familia, a los amigos. Desde el siglo pasado, hay quien sostiene que ¡°el periodista no tiene familia¡±; tambi¨¦n hay quienes lo hacen extensible a los pol¨ªticos. Victoria, con sus dudas, hizo trizas esa teor¨ªa. Sin dejar de ser periodista ni un d¨ªa de la semana, sus hijos, despu¨¦s sus nietos, la han sentido de forma omnipresente. Las conversaciones sobre trabajo y maternidad consumieron horas entre amigas y compa?eras. Son inolvidables sus consejos, siempre con humildad, que daba a las j¨®venes madres que se los requer¨ªan. No lo ha olvidado la directora de EL PA?S, Pepa Bueno, presente en algunas de esas reflexiones despu¨¦s de terminar su programa de Los Desayunos de TVE. S¨ª, Prego pod¨ªa pasar sin soluci¨®n de continuidad de un profundo debate de asuntos de alto voltaje pol¨ªtico a reflexiones sobre c¨®mo dedicarse a este oficio, al que am¨® apasionadamente, y que los tuyos sientan que son lo m¨¢s importante. Nunca pens¨® que lo hubiera logrado, pero claro que lo consigui¨®, y con creces, como sabe su compa?ero de vida, El¨ªas, su pilar esencial, sus hijos y sus nietos. Generosidad desbordante, buena persona; modesta, s¨ª, muy modesta, a pesar de premios y lisonjas. Incr¨¦dula ante maledicencias personales sobre las que no entend¨ªa el porqu¨¦. Muchos becarios, directores de medios peque?os de cualquier parte de Espa?a, asociaciones sin renombre, la tendr¨¢n presente por su disponibilidad a decir que s¨ª a sus requerimientos para entrevistas o conferencias. No pod¨ªa decir que no si han tenido la deferencia de dirigirse a ella. No era buenismo, sino humanismo. Y conciencia perpetua de que era una m¨¢s. Pero no lo era.
No olvidaremos su desternillante sentido de humor y su capacidad como contadora de chistes, con representaci¨®n incluida. El lunes, muy cerca ya del final, sigui¨® en directo la comunicaci¨®n del presidente del Gobierno y encaden¨® programas de televisi¨®n posteriores; los interrump¨ªa con v¨ªdeos enviados por sus nietos. Cuando el c¨¢ncer fue a por ella, se puso a disposici¨®n de los m¨¦dicos tras exhaustivos interrogatorios period¨ªsticos. Podemos imaginarla. ¡°Mir¨¢ndolo bien, no tengo cuentas pendientes¡±, fue una de sus frases de esos primeros momentos de zozobra. En Navidad, vio que pod¨ªan venir mal dadas, pero no dud¨® en proclamar que hab¨ªa pasado ¡°divinamente¡± este regalo de vida, pegada al periodismo y a su familia.
Cu¨¢nto te hemos disfrutado Mari Vic, amiga del alma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.