Pablo Guim¨®n y ?lvaro Garc¨ªa comparten su experiencia con refugiados en Somalia con un grupo de suscriptores

Pablo Guim¨®n y ?lvaro Garc¨ªa, periodistas de EL PA?S, viajaron en enero a Somalia para conocer de primera mano la situaci¨®n que atraviesa la regi¨®n. Desde hace meses vive asolada por la sequ¨ªa, la hambruna y las continuas incursiones del grupo Al Shabab, una guerrilla vinculada a Al Qaeda. El resultado de ese viaje fue El clima extremo y la guerra matan de hambre a Somalia, un reportaje publicado en Planeta Futuro, la secci¨®n de EL PA?S sobre desarrollo sostenible y desigualdad global. Los autores se han reunido con un grupo de suscriptores de EL PA?S en un evento virtual, incluido en el programa de actividades exclusivas de EL PA?S +, donde han relatado su experiencia y han respondido las preguntas de los lectores.

¡°Fueron cuatro d¨ªas que se hacen muy intensos, parec¨ªan dos meses¡±, record¨® ?lvaro Garc¨ªa, fot¨®grafo del diario. Durante el viaje visitaron Dolow, una ciudad del sur de Somalia donde se encuentra uno de los campos de refugiados que huyen de las consecuencias del cambio clim¨¢tico y tambi¨¦n de los conflictos armados. La poblaci¨®n somal¨ª, que subsiste a base de la agricultura y la ganader¨ªa, se ha visto obligada a abandonar sus hogares debido a la gran sequ¨ªa que sufre el pa¨ªs, la mayor del cuerno de ?frica en los ¨²ltimos 40 a?os. Con los campos secos y el ganado muriendo de sed, dejan su vida atr¨¢s y buscan otro lugar donde poder conseguir recursos.

¡°La diferencia entre los refugiados clim¨¢ticos y los refugiados de un conflicto es que estos, cuando termina el conflicto, vuelven a su hogar. Puede estar en mejores o peores condiciones, pero el refugiado clim¨¢tico no tiene a donde volver porque su hogar ya no es viable¡±, explic¨® Pablo Guim¨®n, redactor jefe de la secci¨®n de Sociedad. Redactor y Fot¨®grafo hicieron hincapi¨¦ en el reto que este tipo de refugiados supone para las cooperaciones y la ayuda humanitaria, pues se trata de grupos masivos de personas a los que no se acoge temporalmente, sino que necesitan reubicarse de por vida.

La palabra ¡°hambruna¡± fue una de las m¨¢s repetidas durante la conversaci¨®n pues, a pesar de las cinco temporadas de sequ¨ªa, la ONU no ha decretado la emergencia alimentaria en Somalia. Guim¨®n explic¨® que esta declaraci¨®n es importante ya que, de hacerse efectiva, Somalia se convertir¨ªa en una de las prioridades de la ONU y recibir¨ªa m¨¢s ayuda y recursos. No obstante, es una declaraci¨®n que se tiene que hacer ¡°con la conveniencia del Gobierno¡± y esta ayuda podr¨ªa no ser tan beneficiosa para el pa¨ªs a largo plazo.

Guim¨®n ahond¨® en que la situaci¨®n que atraviesa Dolow no es puntual y que una inyecci¨®n de recursos no terminar¨ªa de solucionar un problema estructural. ¡°Cada vez m¨¢s expertos dicen que la manera de arreglar esto no es dando de beber a los que llegan, sino que hace falta una estrategia a largo plazo, cambiar las prioridades y desarrollar una agricultura adaptada a este clima¡±. El periodista subray¨® que cualquier env¨ªo de recursos inmediato supone la paralizaci¨®n de estos planes de largo recorrido. Con la llegada de alimentos, que tambi¨¦n es necesaria, solo se ¡°desacelerar¨ªa el empeoramiento¡±.

La presencia de la guerrilla de Al Shabab juega un papel importante en la llegada de recursos. Los periodistas relataron que el grupo terrorista intercepta los camiones con ayuda, saquea a las familias que encuentra caminando e incluso ha contaminado pozos de agua para forzar el pago de impuestos extorsivos.

La labor de la ayuda humanitaria fue otro de los elementos de su viaje que los periodistas quisieron destacar. Confesaron que era imposible acudir a Somalia, o a cualquier pa¨ªs del cuerno de ?frica, si no era de la mano de una ONG y que estuvieron acompa?ados por trabajadores de World Vision durante toda su estancia. Los cooperantes fueron fundamentales para poder llevar a cabo el reportaje, pues hicieron las funciones de int¨¦rpretes, gu¨ªas y protectores. Las incursiones de la guerrilla, inesperadas y espont¨¢neas, convierten a Somalia en un territorio tan impredecible que se obliga a los trabajadores de las organizaciones a vivir en el aeropuerto por seguridad.

A lo largo de la conversaci¨®n, los lectores se mostraron interesados en conocer c¨®mo se prepara un viaje de estas caracter¨ªsticas. Los periodistas confesaron que, aunque hicieron un trabajo previo de documentaci¨®n, Somalia es un pa¨ªs impredecible e inestable, y que tuvieron que adaptarse a lo que ocurri¨® en cada momento. ¡°Vas con la intenci¨®n de aprovechar lo que haya, sin saber qu¨¦ vas a hacer despu¨¦s con ello. Nunca sabes si se va a complicar la situaci¨®n y vas a tener que salir de ah¨ª¡±, relat¨® Garc¨ªa, recordando que ¨¦l tomaba fotograf¨ªas sin saber qu¨¦ se construir¨ªa despu¨¦s con ellas.

A¨²n as¨ª, Guim¨®n y Garc¨ªa admitieron que s¨ª tuvieron una objetivo claro sobre el reportaje: ¡°Quer¨ªamos contar c¨®mo el cambio clim¨¢tico est¨¢ agudizando estos fen¨®menos y la situaci¨®n de las personas¡±, dijo el redactor. Con este reportaje buscaron enfatizar la ra¨ªz del problema, aclarando que las cinco temporadas de sequ¨ªa en las que Somalia vive actualmente no son usuales, sino una causa de un cambio en las condiciones clim¨¢ticas del planeta fruto de las acciones humanas.

Charlando sobre el objetivo del reportaje, se lleg¨® a otro punto fundamental del mismo, las fotograf¨ªas. La moderadora del encuentro, la periodista Andrea Nogueira, pregunt¨® al fot¨®grafo d¨®nde estaba el l¨ªmite entre la invasi¨®n de la intimidad de familias y menores y el servicio de informaci¨®n que se presta con los reportajes. ¡°La gente te mira con la esperanza de que eso (la foto) sirva para que haya ayuda¡±, respondi¨® Alberto.

El encuentro finaliz¨® con una reflexi¨®n personal de los periodistas, que relataron c¨®mo hab¨ªa cambiado su visi¨®n de la realidad tras el viaje. Confesaron que sus problemas se hab¨ªan reorganizado y que les sacudi¨® un golpe de realidad.