Los grandes maestros del surrealismo vuelven a Par¨ªs 30 a?os despu¨¦s

Las grandes obras de Breton, Picasso, Mir¨®, Magritte, Max Ernst y sus amigos surrealistas vuelven a reunirse en Par¨ªs, por primera vez en m¨¢s de 30 a?os, gracias a la exposici¨®n La Revoluci¨®n Surrealista, inaugurada hoy en el Centro Pompidou.

Componen la muestra m¨¢s de 600 piezas de m¨¢s de medio centenar de artistas, procedentes de los fondos del propio Beaubourg, pero tambi¨¦n de colecciones particulares y museos, como el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Teher¨¢n, que prest¨® un fresco de Max Ernest, Historia Natural (1923), que junto con varias telas de De Chirico, preside la primera sala.

El t¨ªtulo de esta exposici¨®n sobre uno de los movimientos "m¨¢s considerables y m¨¢s ricos en incidentes del siglo XX", como subraya su comisario general, Wermer Spies, toma su t¨ªtulo de la revista R¨¦volution surr¨¦aliste mediante la que el grupo hizo o¨ªr su voz p¨²blicamente.

Wifredo Lam, Roberto Matta, Joan Mir¨®, Luis Bu?uel, Salvador Dal¨ª, Dom¨ªnguez, Giacometti, Man Ray, Masson, Tanguy, Bellmer, Brassai, Cornell, Duchamp, Manuel Alvarez Bravo, Georges Bataille, Paul Eluard, Picabia y Kafka son otros conocidos artistas, poetas, cineastas o escritores representados en las 20 salas de recorrido laber¨ªntico instaladas a los efectos en el Centro Pompidou.

En ellas se dieron cita pinturas, esculturas, collages, pel¨ªculas, poemas, libros y cuadernos surrealistas, incluido su c¨¦lebre Manifiesto, as¨ª como y objetos de todo tipo que inspiraron al grupo, desde las m¨¢scaras y estatuillas africanas a las piedras semipreciosas, las mu?ecas, los amuletos ind¨ªgenas o los animales disecados.

Todo para mostrar la epifan¨ªa del shock, eje central de toda obra surrealista, cuyos motivos se imponen brutalmente al espectador, tomado siempre por sorpresa y asaltado por preguntas ante enigmas sin respuesta, subraya Spies.

Los grandes temas surrealistas

Los artistas m¨¢s importantes del movimiento est¨¢n presentes en la exposici¨®n a trav¨¦s de conjuntos monogr¨¢ficos articulados en torno a grandes temas, del sue?o a la noche, pasando por la ciudad, la historia natural, el erotismo o la blasfemia.

La provocaci¨®n surrealista ha perdido parte de su capacidad de sorprender, pues sus postulados contribuyeron a fundar "nuestro modo de percepci¨®n e interpretaci¨®n", pero sin esta ruptura consciente, estil¨ªsticamente reconocible, con el arte del siglo precedente, contaminadora del sentido y de la imagen, "no podr¨ªan comprenderse" las actuales instalaciones, v¨ªdeos, pel¨ªculas publicitarias, y otras experiencias interactivas, destaca Spies.

En el Centro Pompidou, la historia surrealista comienza con la d¨¦cada de los a?os 20, al final de la I Guerra Mundial, y concluye al inicio de la d¨¦cada de los a?os 40, con la II Guerra Mundial, "cat¨¢strofe europea" que lleva al exilio a muchos artistas y que para analistas como Adorno hace que "los 'shocks' surrealistas se vac¨ªen de su fuerza".

Por ello, tras mostrar el esplendor del absurdo y de la aparente incoherencia, la exposici¨®n dedica su secci¨®n final al ¨²ltimo cap¨ªtulo surrealista, cuando ciertos miembros eminentes como Masson, Max Ernst, Lam, Matta y Breton se refugian en Estados Unidos, donde "el entendimiento colectivo se relaja", y desaparece tambi¨¦n, precisamente, ese "lazo efectivo e indispensable" que fue Par¨ªs.

La capital francesa servir¨¢ de nuevo como teatro principal del surrealismo hasta el pr¨®ximo 24 de junio, antes de que la exposici¨®n se traslade al Kunstasammlung notfthrin-Westfalen de Dusseldorf, donde se podr¨¢ admirar de julio a noviembre pr¨®ximos.