Muere el compositor vasco Carmelo Bernaola a los 72 a?os

El compositor vasco Carmelo Bernaola, uno de los m¨¢s importantes m¨²sicos espa?oles del siglo XX, ha fallecido esta ma?ana en Madrid como consecuencia de un c¨¢ncer que padec¨ªa desde hace varios a?os. Bernaola pertenec¨ªa a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El compositor sali¨® el pasado s¨¢bado de un centro hospitalario tras complicaciones en su estado de salud. El fallecimiento se ha producido en su domicilio familiar. Bernaola hubiera cumplido 73 a?os el 16 de julio pr¨®ximo.

Aunque muchos se empe?an en incluirle en la llamada Generaci¨®n del 51, junto a compositores como Crist¨®bal Halffter, Luis de Pablo o el m¨¢s joven Tom¨¢s Marco, Carmelo Bernaola se tuvo siempre por un m¨²sico libre, ajeno a modas y modos.

Ese d¨ªa, del a?o 1929, nac¨ªa en la localidad vizca¨ªna de Ochandiano un hombre fundamental de la m¨²sica espa?ola de la segunda mitad del siglo XX.

Un m¨²sico que ha sido compositor -de m¨²sica sinf¨®nica, para ballet, ¨®pera, de c¨¢mara, para teatro, cine y televisi¨®n, adem¨¢s del himno del Athletic de Bilbao, su club de f¨²tbol-, clarinetista y profesor, actividad ¨¦sta de la que se sent¨ªa especialmente orgulloso.

En 1957 fue becado de composici¨®n de la Fundaci¨®n Carmen del R¨ªo de la Academia de Bellas Artes. En 1959 logr¨® una beca para el curso de M¨²sica en Compostela y gan¨® por oposici¨®n la pensi¨®n de M¨²sica de la Academia Espa?ola de Bellas Artes en Roma, donde fue alumno de Goffredo Petrassi y Bruno Maderna.

Obtuvo menciones honor¨ªficas en los Premios Nacional de M¨²sica (1955) y Samuel Ros (1956). Tambi¨¦n en 1956 fue galardonado con el Premio Nacional de Compositores del SEU. A continuaci¨®n se traslad¨® a Darmstadt, en Hesse (Alemania Federal), donde ampli¨® formaci¨®n con Bruno Maderna. En Siena (Italia) estudi¨® direcci¨®n de orquesta con Sergiu Celibidache.

A su regreso a Espa?a compagin¨® sus facetas de compositor y clarinetista de la Banda Municipal de Madrid. En 1962 consigui¨® su primer Premio Nacional de M¨²sica. M¨¢s tarde se dedica a la ense?anza como profesor de Armon¨ªa del Conservatorio de Madrid. En 1981 fue designado director de la escuela de m¨²sica de Vitoria Jes¨²s Guridi, cargo en el que permaneci¨® hasta de octubre de 1991.

Entre 1987 y enero de 1988, el Centro Dram¨¢tico Nacional puso en escena la obra de Garc¨ªa Lorca El retablillo de Don Crist¨®bal, a la que puso m¨²sica, y fue uno de los 21 m¨²sicos espa?oles que compuso una obra para conmemorar el centenario del nacimiento de Rubinstein.

En 1989, la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, dirigida por Adolfo Marsillach, represent¨® La Celestina, con m¨²sica de Bernaola, y en septiembre de ese a?o fue estrenada en San Sebasti¨¢n su obra Abestiak por la Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi con motivo cincuentenario de la Quincena Musical.

Miembro de la Real Academia de Bellas Artes

Elegido acad¨¦mico de la Real de Bellas Artes de San Fernando en febrero de 1990, recibi¨® de la instituci¨®n la medalla que perteneci¨® a Barbieri, Bret¨®n, P¨¦rez Casas, Argenta, Ruiz Caso y Ernesto Halffter.

Durante la d¨¦cada de los 90 compuso obras por encargo para importantes eventos: la cantata M¨ªstica (sobre versos de San Juan de la Cruz) para la XI edici¨®n de Europa Cantat (1991), en Vitoria; Rond¨® para orquesta (1992) para Madrid Capital Europea de la Cultura; Clamores y secuencias (1993) para la Asamblea del Consejo Internacional de M¨²sica de UNESCO, en Alicante; o la cantanta Euskadi (1995, en colaboraci¨®n con Antxon Zubikarai) para la Fundaci¨®n Sabino Arana con motivo del centenario de la Fundaci¨®n del PNV. El Ministerio de Cultura le concedi¨® el 3 de enero de 1992, por segunda vez, el Premio Nacional de M¨²sica, compartido en esta ocasi¨®n con el pianista Joaqu¨ªn Achucarro.

M¨²sica para televisi¨®n, cine y teatro

Bernaola compuso m¨²sica para televisi¨®n, teatro y multitud de pel¨ªculas de cine. Su primer trabajo para la gran pantalla fue en Di¨¢logos de la paz (1964), de Jordi Feliu, a la que siguieron Nueve cartas a Berta (1965), de Mart¨ªn Patino; Juguetes rotos (1966), de Manuel Summers; y Si volvemos a vernos (1968), de Francisco Regueiro, entre otras.

Medalla de Oro de Bellas Artes (1987), Premio Sabino Arana (1994) y Premio de M¨²sica de la Fundaci¨®n Guerrero (2001), entre otros, una de sus mayores satisfacciones fue la investidura como doctor honoris causa por la Universidad Complutense, en marzo de 1998, al lado de sus compa?eros Crist¨®bal Halffter, Luis de Pablo y Tom¨¢s

Marco.