La obsesi¨®n enfermiza de Miguel ?ngel
Seg¨²n una exposici¨®n ¨²nica de bocetos del artista presentada por el Museo Brit¨¢nico de Londres, el pintor ten¨ªa una fijaci¨®n por el dibujo
El motor de la fuerza creadora de Miguel Angel (1475-1564) fue su obsesi¨®n casi enfermiza por el dibujo, seg¨²n una exposici¨®n ¨²nica de bocetos del artista presentada por el Museo Brit¨¢nico de Londres. Nadie duda de que Michelangelo Buonarroti encarna el ideal renacentista del genio universal por su excelencia como pintor, escultor y arquitecto, pero pocos reparan en que el florentino s¨®lo sobresale en esas disciplinas a partir de su talento como dibujante.
La fijaci¨®n sin l¨ªmites de El Divino, apodo que recib¨ªa el maestro, con la perfecci¨®n de la l¨ªnea queda patente en un consejo que le da a un pupilo poco aplicado cuando le dice: "Dibuja, Antonio. Dibuja, Antonio. Dibuja y no pierdas el tiempo". Esa recomendaci¨®n ser¨¢ una consigna que ¨¦l mismo seguir¨¢ a rajatabla toda su vida, como demuestran los casi 100 dibujos que el British Museum ha logrado recopilar para la exposici¨®n titulada Los dibujos de Miguel Angel: M¨¢s cerca del maestro.
Se trata de esbozos procedentes de los fondos del propio museo londinense, as¨ª como del Teyler de Haarlem (Holanda) y el Ashmolean de Oxford (Inglaterra), que no se hab¨ªan reunido desde la desmantelaci¨®n p¨®stuma del estudio del florentino en 1564. "Si todo lo que conoci¨¦ramos de Miguel Angel fueran sus dibujos, ¨¦l a¨²n ser¨ªa considerado un genio", afirm¨® Hugo Chapman, comisario de la muestra, que se abrir¨¢ al p¨²blico este jueves y podr¨¢ visitarse hasta el 25 de junio.
Seg¨²n el comisario de la exposici¨®n, que ha suscitado gran expectaci¨®n en Londres al haberse vendido casi 11.000 entradas por adelantado, "la ¨²nica forma de entender de verdad a Miguel Angel y el transcurso de su carrera es a trav¨¦s de sus dibujos". Dispuesta en orden cronol¨®gico, la retrospectiva ense?a exhaustivos dibujos preparatorios de pinturas y esculturas de Miguel Angel, quien hace, deshace, toca y retoca con ins¨®lita minuciosidad las cabezas, manos, hombros, rodillas y pies de sus figuras humanas.
El desnudo masculino
Cada detalle, por insignificante que parezca, merece la atenci¨®n m¨¢s asidua del maestro, tal como se ve en su puntillosa serie de estudios de un mero omoplato (1524-1525) para la figura escult¨®rica que representa al D¨ªa en la tumba de Giuliano de M¨¦dici. Al comienzo de su trayectoria profesional, el joven Miguel Angel dibuja en papel con l¨¢piz y tinta, y m¨¢s tarde utiliza la sanguina en los bosquejos para los famosos frescos de la Capilla Sixtina, en los que reproduce otra de sus obsesiones: el desnudo masculino.
En Estudio para Ad¨¢n (1511), el espectador puede contemplar el trabajo preliminar de una de las im¨¢genes m¨¢s conocidas de la b¨®veda de la Capilla Sixtina: la creaci¨®n del Hombre, que yace en el suelo mientras Dios est¨¢ a punto de tocarlo con un dedo para darle vida. Ya en el ocaso de su carrera, el tit¨¢n del arte italiano cambia sus sensuales desnudos masculinos, que sonrojaron a la jerarqu¨ªa vaticana, por figuras rayanas casi en la negaci¨®n del f¨ªsico humano.
La octogenaria mano tr¨¦mula del genio florentino se nota en una serie de crucifixiones ejecutadas con creta negra, a la saz¨®n sus ¨²ltimos dibujos, en los que reafirma su fe mediante la recreaci¨®n de la muerte de un Jesucristo de trazos difusos. Seg¨²n Hugo Chapman, esas crucifixiones reflejan "la turbulenta meditaci¨®n del artista en la proximidad de su propia muerte" y constituyen un "recordatorio final del poder de sus dibujos para captar nuestra atenci¨®n y suscitar emociones". Poco antes de morir a la edad de 89 a?os, Miguel Angel, seg¨²n su ayudante, todav¨ªa segu¨ªa dibujando de pie, descalzo y con suma concentraci¨®n.
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