John Irving indaga sobre su infancia y la b¨²squeda de su padre en 'Hasta que te encuentre'
El autor de Las normas de la casa de la sidra presenta su novela m¨¢s autobiogr¨¢fica
El escritor estadounidense John Irving, autor de la premiada Las normas de la casa de la sidra, reflexiona sobre su infancia y la b¨²squeda de su padre a trav¨¦s de Jack Burns, el protagonista de su und¨¦cima novela, Hasta que te encuentre, en el que proyecta los recuerdos m¨¢s traum¨¢ticos de su pasado. Durante la presentaci¨®n del libro en Barcelona, el escritor lo ha definido como su obra "m¨¢s personal y autobiogr¨¢fica".
En una multitudinaria conferencia de prensa celebrada en la Fundaci¨®n T¨¤pies, Irving ha comentado que "contrariamente a lo que sucede con la mayor¨ªa de los autores, que escriben su obra m¨¢s autobiogr¨¢fica en sus primeras novelas, yo he tardado diez novelas en volcar mis recuerdos".
El autor tiene una explicaci¨®n para esta "rareza": "Soy un hombre muy lento a la hora de digerir las historias, las circunstancias personales, y por esa lentitud hice Oraci¨®n por Owen (1989) veinte a?os despu¨¦s de la Guerra de Vietnam, y he esperado a tener cincuenta y muchos o sesenta y pocos a?os para escribir sobre mi infancia y mi adolescencia".
Irving admite que las dos experiencias sexuales de Jack Burns y la falta de informaci¨®n sobre su aut¨¦ntico padre biol¨®gico son "un reflejo de mi vivencia personal, de mi infancia, adolescencia e incluso primera juventud". Detr¨¢s de la angustia de Jack Burns, que tiene en su infancia su primera experiencia sexual, se encuentra la propia experiencia de Irving, que descubre el sexo a los 11 a?os con una mujer de m¨¢s de 20, una mujer conocida y admirada por su familia, con la que mantuvo una relaci¨®n durante varios meses.
Heridas ocultas
Escribir sobre su propia experiencia sexual a los 11 a?os ha resultado m¨¢s f¨¢cil, apunta, "con la perspectiva de un tiempo dilatado", si bien en su momento no sinti¨® que hubiera padecido un trauma. Esa sensaci¨®n lleg¨® despu¨¦s, cuando "descubr¨ª que sent¨ªa siempre atracci¨®n por mujeres mucho mayores que yo, algo que s¨®lo super¨¦ con mi propia experiencia de la paternidad -ha tenido tres hijos varones-. Al ser padre me di cuenta del da?o que me hab¨ªa hecho esa mujer".
En la ficci¨®n, Irving aleja de esa experiencia paternal a su protagonista, Jack Burns, "para que se perpet¨²e su trauma". El escritor confiesa que, en su caso, la pr¨¢ctica de la lucha grecorromana fue "una salida para la rabia contenida" por la falta de identidad de sus or¨ªgenes, y "una mejor terapia que las drogas o el alcohol".
Con una tradici¨®n que ahonda sus ra¨ªces en la novela del siglo XIX, Irving se muestra como un escritor met¨®dico que sabe de antemano qu¨¦ escribir¨¢ y c¨®mo lo har¨¢, hasta el punto de que "el t¨ªtulo suele estar siempre al principio", y siempre sabe con certeza el ¨²ltimo cap¨ªtulo, antes que el primero. "Necesito saber exactamente cu¨¢les son las frases que compondr¨¢n esos ¨²ltimos p¨¢rrafos, porque as¨ª puedo saber el tono: si ser¨¢ un final triunfal; una final alegre, feliz, ascendente; o un final melanc¨®lico, m¨¢s bien triste, descendente".
Con respecto al eterno debate ficci¨®n/realidad, muy presente en Hasta que te encuentre, Irving ha dicho que "las novelas siempre tienen que ser m¨¢s veros¨ªmiles que la vida real, porque la vida real no es cre¨ªble". Y a?ade una iron¨ªa: "si escribiera en una novela la historia de un nefasto comentarista deportivo de un pueblo del Medio Oeste de EE UU que se va a California a hacer pel¨ªculas, pel¨ªculas muy malas, que luego se convierte en gobernador de California, y m¨¢s tarde en el peor presidente de los Estados Unidos, me dir¨ªan que es una novela poco cre¨ªble y en realidad es la historia de Ronald Reagan".
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