Red Hot Chili Peppers llenan el Sant Jordi en el inicio de su gira europea

El cuarteto californiano de funk-metal Red Hot Chili Peppers (RHCP) llen¨® anoche el Palau Sant Jordi en un concierto con el que iniciaban su gira europea de presentaci¨®n de su ¨²ltimo trabajo, Stadium Arcadium. Con todo el papel vendido desde hace semanas, aunque el viernes se pusieron a la venta algo m¨¢s de 500 localidades para el concierto de ayer, los RHCP han demostrado su tir¨®n popular pese a que su ¨²ltimo compacto, doble, no aporta musicalmente nada nuevo.

En Europa hasta el pr¨®ximo 18 de julio, cuando, tras un par¨¦ntesis, se trasladar¨¢n a Estados Unidos, el grupo que integran Michael Balzarg Flea, bajo; Anthony Kiedis, voz; John Frusciante, guitarra; y Chad Smith, bater¨ªa, repetir¨¢ hoy en el mismo escenario barcelon¨¦s -a¨²n quedan algunas entradas disponibles- y el 2 de junio actuar¨¢ en el Palacio de los Deportes de Madrid -con todas las localidades tambi¨¦n agotadas-.

Tras probar la escenograf¨ªa, la selecci¨®n del repertorio y los equipos de luz y sonido en cinco conciertos ofrecidos en 'petit comit¨¦' en Londres, Bilbao, Par¨ªs, Hamburgo y Mil¨¢n, la banda de Los Angeles, con 23 a?os de trayectoria art¨ªstica, inici¨® con 25 minutos de retraso el primero de sus tres recitales en Espa?a.

Disco en dos compactos

Se trataba de presentar su noveno disco en directo, Stadium Arcadium, dividido en dos compactos, J¨²pitery Marte, con reminiscencias al Cosmos, la creatividad, la luz y la energ¨ªa, conceptos nuevos en una banda de supervivientes damnificada tras muchos a?os de excesos de todo tipo. Un excelente montaje de luces, con tubos de luz llenando la parte trasera del escenario desnudo y trepando por el techo hasta media pista, y cuatro pantallas de v¨ªdeo, dos en cada lateral, un sonido que se fue puliendo poco, y proyecciones sobre la parte central del equipo lum¨ªnico han sido sus armas para conquistar al personal.

Tras la "Intro" instrumental, ya ha aparecido Kiedis, y con Can't stop ha comenzado un desfile de 'riffs' de rock duro, pulsaciones de funk, gui?os al ska, s¨ªncopes de temas y alguna balada en que ha consistido el espect¨¢culo, que ha proseguido con su nuevo sencillo, Dani California. Scar tissue, Flea, vestido con un traje ce?ido y haciendo escalas, la poca conjunci¨®n del grupo -era el primer concierto, eso s¨ª- y unas piezas, las nuevas, largas y sin nada particular, han sido la constante de la primera parte del concierto, que ha desconcertado hasta a sus seguidores, a los que ¨²nicamente han ofrecido ruido, desarrollos longevos y fallos.

18.000 personas

As¨ª, ni Charlie, ni Throw away your TV, ni 21st century, ni Snow (Hey oh) consguieron algo m¨¢s que mecer las cabezas y alzar alg¨²n pu?o, aunque los cuerpos se han movido algo m¨¢s con Right on time. ?Oh, mi cabeza!, ha dicho Kiedis en castellano mientras se sujetaba la testa, no se sab¨ªa si atacada por el excesivo volumen o la resaca, antes de continuar con Don't forget me, Torture me, Otherside, Tell me baby, West sand y By the way. En el bis, Under the bridge y Give it away" y, tras 16 canciones y casi una hora y media de concierto, casi 18.000 personas han hecho mutis por el foro.

Dec¨ªan hace d¨ªas en Bilbao que una vez lanzada la nueva propuesta, "ya no est¨¢ en nuestras manos y s¨®lo nos queda entregarnos al amor, a t¨² m¨²sica y tus fans". Dos a?os despu¨¦s de salir abucheados de Badalona tras presentar "Californication" por la brevedad del concierto -apenas una hora-, los californianos han estirado el metraje pero han reducido, a¨²n m¨¢s, las ideas, y han revestido de falsa trascendencia y de misticismo de oropel canciones de desecho que no daban, ni mucho menos, para un doble ¨¢lbum y que, si la exigencia se mantuviera, no hubieran tenido sitio en ning¨²n disco anterior a 1991.

Reinvent¨¢ndose sin llegar a ninguna parte, equivoc¨¢ndose en multitud de ocasiones, tirando de sus ¨¦xitos de hace quince a?os para intentar conectar y parodiando los mismos tics que les hicieron c¨¦lebres, cuando a¨²n se drogaban, pasaron esta noche Red Hot Chili Peppers por Barcelona. ?Era necesario?.