Siete hermanos y un destino
Los Vivancos, una saga familiar forjada encima del escenario
Los Vivancos ya eran Los Vivancos antes de nacer. Su futuro, planeado por su padre desde la cuna, estaba claro desde un principio: darse un largo chapuz¨®n de formaci¨®n en clave de m¨²sica, danza, gimnasia art¨ªstica y deportiva y artes marciales, bucear durante la infancia en sus habilidades naturales y salir a la superficie, cada uno, para respirar el aire de su propia carrera profesional. Recorrer muchos caminos y hacerlos despu¨¦s confluir, llegado el momento.
Despu¨¦s de vueltas y m¨¢s vueltas por los cinco continentes, componiendo bajo el paraguas del flamenco y buscando la inspiraci¨®n con Paganini o Dvor¨¢k en la retina, inspir¨¢ndose en el break-dance, el circo o el hip-hop, estos siete hermanos de nombres b¨ªblicos llegan a Espa?a para presentar un espect¨¢culo que han elaborado de principio a fin. Paso a paso, Los Vivancos componen, interpretan, bailan, coreograf¨ªan y producen sus espect¨¢culos. Todos, uno por uno, aman el momento que les ha tocado vivir.
El¨ªas (de 31 a?os, el mayor), Jud¨¢h, Josu¨¢, Cristo, Israel, Aar¨®n, y Josu¨¦ (el menor, con 24 a?os)supieron pronto que contemplar¨ªan la vida desde las alturas de un escenario. Los siete -hermanos de 32 hijos de siete madres diferentes- nacieron en Catalu?a y crecieron en un entorno concentrado en darles una educaci¨®n art¨ªstica multidisciplinar y llena de matices. ?El resultado? Antes de cumplir los 18 alguno ya viajaba por EE UU como primer bailar¨ªn de la Compa?¨ªa Nacional de Arte estadounidense, otro era tentado por el Circo del Sol por sus habilidades acr¨®batas y otro ganaba premios como violonchelista o se titulaba en ballet cl¨¢sico en el Nacional London Studio. Todo marchaba seg¨²n lo planeado por su padre.
Durante su infancia los siete estudiaron en la escuela que su progenitor hab¨ªa fundado y dirig¨ªa en British Columbia (EE UU), la Q¨¹anticoch Independent School. La mayor¨ªa, despu¨¦s, continuaron unidos en la Junior Symphony Orchestra of ?msterdam y, de ah¨ª, comenzaron a viajar por todo el mundo. Desde Canad¨¢ a Francia pasando por China o Inglaterra, han ido evolucionando. De actuar "una vez al a?o en el sal¨®n de casa" a colgar el cartel de no hay billetes durante un mes en el estadio parisino de Bercy, con capacidad para 18.000 personas.
Ahora solo queda afrontar el reto: volver a casa para presentarse. El d¨ªa adecuado -25 de julio- en el lugar correcto -Teatro Haggen-Dazs Calder¨®n de Madrid-. Inquietos, con la inc¨®moda sensaci¨®n de sentirse desconocidos en su propia casa, Los Vivancos se preguntan qu¨¦ habr¨ªa planeado su padre para este momento.
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