El hombre que se hizo de libros
Emilio Lled¨® recibe el premio L¨¢zaro Carreter
Por Emilio Lled¨®, el fil¨®sofo que ha recibido el premio L¨¢zaro Carreter, el acto de este lunes en el Palace no hubiera empezado nunca; nada m¨¢s llegar se ha entretenido con todos los que han ido a rendirle homenaje, desde la infanta Margarita a I?aki Gabilondo, pasando por acad¨¦micos reputados, escritores, editores, profesores, gram¨¢ticos... Cuando ya le han dicho que ten¨ªa que sentarse, que ya estaba bien de hacerle antesala al acto, se ha ido hacia all¨ª, hacia la mesa grande, y se ha sentado entre el alcalde de Madrid. Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y el ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, que a su vez estaba al lado del secretario de Estado de Educaci¨®n.
Han hablado todos, estaban muy animados. Lled¨® hubiera seguido departiendo, de pie, que es su estado natural, pero ha seguido el protocolo como un buen alumno, hasta que al final de la comida -estas comidas son largas, aunque no copiosas; debieran inventar un sistema, que quiz¨¢ ya inventaron los norteamericanos, para que duraran s¨®lo la intensidad que persiguen- se ha dado el turno de parlamentos.
Ha habido, en los parlamentos, un nexo com¨²n, el de Fernando L¨¢zaro Carreter, amigo y en cierto modo hacedor de la editorial que sustenta ahora la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez; Germ¨¢n le confi¨® a L¨¢zaro su capacidad de gesti¨®n y el sabio le dio las ideas que convirtieron la editorial Anaya (que as¨ª se llam¨® siempre) en una de las principales empresas educativas del mundo; en honor de ese recuerdo, S¨¢nchez Ruip¨¦rez cre¨® este premio, que ya obtuvo, en su primera edici¨®n, Mario Vargas Llosa.
Jos¨¦ Manuel Blecua, el acad¨¦mico que represent¨® a V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha en la discusi¨®n del jurado que premi¨® a Lled¨®, es aragon¨¦s como L¨¢zaro, y le conoci¨® en una reuni¨®n de ling¨¹istas aragoneses cuando a¨²n estaba latente la guerra civil. Lled¨®, que lo recibi¨® esta vez, conoci¨® a L¨¢zaro en los a?os 50, en Heidelberg, donde estudiaba el ahora catedr¨¢tico de Historia de la Filosof¨ªa, y luego tuvo ocasi¨®n de saber m¨¢s de ¨¦l, hasta que L¨¢zaro le condujo a la Academia.
Lled¨® ha hablado de la iron¨ªa de L¨¢zaro; quer¨ªa decir, sin duda, iron¨ªa, sentido del humor, socarroner¨ªa, a veces mala leche, capacidad para ser (esto lo ha dicho luego, en el parlamento que cerr¨® el acto, el ministro de Cultura) "un cirujano del idioma". Estaba al completo la familia L¨¢zaro; Lled¨® ha hecho un parlamento apretado, filos¨®fico a veces, a veces personal; a mi lado yo ten¨ªa a ?lex Grijelmo, el presidente de Efe, con quien yo frecuent¨¦ a L¨¢zaro en muchas ocasiones, y me ha dicho que lo que m¨¢s le hab¨ªa gustado del discurso de Lled¨® tiene que ver con "el linaje del idioma"; somos palabras, somos idioma, ha comentado Lled¨®, y en la palabra radica "la tarea esencial de cada vida personal".
Fue emocionante, para los que conoc¨ªan el episodio, la evocaci¨®n que hizo Blecua del tiempo que Lled¨® vivi¨® en Barcelona: acababa de morir su mujer, Montse, ¨¦l arrostr¨® las obligaciones completas de su vida familiar, y aun en esos tiempos sombr¨ªos fue capaz de sacar sonrisa y energ¨ªa para ser despu¨¦s el gran fil¨®sofo ("un erasmista", lo ha llamado Blecua) que es. Ah, Blecua ha recordado que Lled¨® le reprocha que todav¨ªa no se haya llegado a la definici¨®n de "baciy¨¦lmico". Entre las autoridades, el profesor ha esbozado una sonrisa. Al final de su discurso, el ministro ha recordado dos cosas que le hab¨ªa escuchado a Lled¨® en distintas ocasiones. Una: "La huella dactilar del lenguaje". Otra: "La verdad es el resultado de la democracia". Los que fuimos alumnos suyos recordamos de ¨¦l que siempre vivi¨® entre libros y que esa confusi¨®n que los libros le han dado sobre la verdad y la mentira le llev¨® a esta conclusi¨®n dubitativa: "Dentro de cada no hay un peque?o s¨ª y dentro de todo s¨ª hay un peque?o no".
El acto ha terminado a las 16.45.36 y hab¨ªa comenzado a las 14.32.30, seg¨²n mi cron¨®metro. Comimos merluza y un helado con pi?a. De primero, una ensalada que ten¨ªa pi?ones y queso de cabra. Bastante bueno para ser de hotel.
Babelia
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