La coqueta diva del piano
Alicia Keys ofrece en Madrid una fiesta de m¨²sica negra
Noche de contrastes. Mientras en una esquina de Madrid cientos de adolescentes en la edad del pavo lloraban por la suspensi¨®n del concierto que deb¨ªa celebrar hoy el ¨²ltimo fen¨®meno fans, Tokio Hotel (el cr¨ªo que canta se puso enfermo), en el centro de la ciudad 8.000 personas (aqu¨ª se ve¨ªan pocos adolescentes) hab¨ªan abonado 50 euros para ver a la nueva diva del rhythm and blues, la neoyorquina de 28 a?os Alicia Keys.
Fue tambi¨¦n una jornada de reflexi¨®n a orillas del Palacio de Deportes. Reflexi¨®n sobre un g¨¦nero musical con el que parece que en Espa?a comenzamos a familiarizarnos a escala masiva: el rhythm and blues, un estilo que consiste en empastar los sonidos afroamericanos: soul, funk, hip- hop, gospel... Tampoco debe faltar el aderezo: purpurina, simp¨¢ticos bailarines, voces soberbias, ecos de fiestas yanqui. Y los movimientos de ayer apuntan a que s¨ª vamos cogiendo paso a este g¨¦nero.
Alicia Keys, entre las m¨¢s populares de la canci¨®n |
El concierto comenz¨® muy a lo barras y estrellas. En las pantallas se escenific¨® una especie de cortometraje con nuestra estrella, claro est¨¢, de protagonista. Enrolada en un coro gospel, Alicia ve c¨®mo el sacerdote la se?ala como la gospeliana m¨¢s prometedora. Algarab¨ªa y fiesta. Un buen arranque. Vestida con chaleco dorado, pantalones ajustados y zapatos plateados de tac¨®n de aguja, desde el primer momento fue una revelaci¨®n, algo as¨ª como esa t¨ªmida compa?era de trabajo con la que sales un d¨ªa y te das cuenta de que es una bailonga. No es lo suyo esto de agitar el cuerpo, pero se agradece el esfuerzo. Por comparar, no se mueve como Beyonc¨¦; ahora, donde derrota a la chica de Jay Z es en la voz, portentosa en las dos horas de concierto. Sobre todo cuando se sienta al piano, ella a solas, donde se muestra sexy, liberada, en su sitio.
Acariciando un hermoso piano negro, Alicia Keys coquetea con el p¨²blico, le gui?a el ojo, habla e interpreta como los ¨¢ngeles un soulero Superwoman. Despu¨¦s de media hora de m¨²sica grande, otra vez a la fiesta, tan al l¨ªmite en algunas ocasiones (esa escena de los bailarines simulando un romance es mejor olvidarla) que roza la horterada. Ah¨ª s¨ª que Beyonc¨¦ es insuperable.
Babelia
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