Tres animadores espa?oles dan vida a "Wall.E", el ¨²ltimo robot de la tierra
Rodrigo Blaas, Enrique Vila y Carlos Baena presentan en Espa?a la ¨²ltima, y taquillera, producci¨®n de los estudios Pixar
Poco dicen en principio los nombres de Rodrigo Blaas, Enrique Vila y Carlos Baena, pero enseguida el inter¨¦s aumenta si se explica que son los ¨²nicos tres dise?adores espa?oles -de un equipo de 300- de la ¨²ltima joya de Pixar, el robot enamorado Wall.E, que llega a las salas el 6 de agosto.
Ellos se toman con humildad su pica en San Francisco y bromean cuando se les pregunta si se puede estar m¨¢s arriba en su disciplina despu¨¦s de formar parte de Pixar (art¨ªfice de, entre otras, perlas como Buscando a Nemo, Los Incre¨ªbles o Ratatouille), pero los tres coinciden en alabar "el ambiente de trabajo del estudio, en el que se cuida por encima de todo la creatividad de los dise?adores".
"Adem¨¢s su filosof¨ªa art¨ªstica va m¨¢s all¨¢ y no tratan la animaci¨®n como un g¨¦nero, como algo s¨®lo para ni?os, sino como un medio para contar todo tipo de historias", a?ade el granadino Rodrigo Blaas en una entrevista conjunta. Esa vuelta de tuerca que persigue Pixar en cada filme viene ahora en Wall.E a trav¨¦s de varias "apuestas de riesgo", tal y como explica el canario Carlos Baena, como por ejemplo el atreverse por primera vez con la ciencia ficci¨®n (siguiendo la estela de filmes como La Guerra de las Galaxias o Blade Runner), la primera media hora muda o la ausencia de grandes actores entre los dobladores.
"Eso ha hecho que nuestro trabajo al dise?ar gane en profundidad y emotividad, puesto que en los gestos tiene que explicarse todo", apostilla Carlos, quien junto a Rodrigo Blaas se ha encargado precisamente de dotar de sentimiento a los personajes, para lo que fueron ayudados por un grupo de psic¨®logos. El cometido de Enrique Vila, que ya trabaj¨® en Matrix, es sin embargo mucho m¨¢s abstracto, ya que se encarga de efectos como los fluidos, las nubes o las tormentas de arena que tanto miedo provocan en la pantalla a Wall.E.
"Mi escena favorita es cuando despega la nave rumbo al espacio, as¨ª que estudiamos muchos documentales de la NASA", explica Enrique antes de precisar: "Nueve meses de trabajo para treinta segundos". En total, cerca de cuatro a?os de trabajo para 103 minutos que comienzan cuando Wall.E (abreviatura en ingl¨¦s de "Levantadores de carga de residuos clase-terrestre") aparece como el ¨²ltimo robot que sigue limpiando, a duras penas, la basura terrestre que los humanos dejaron antes de abandonar el planeta y "amodorrarse", hasta que las condiciones para volver se restablezcan, en una nave espacial a miles de kil¨®metros.
Luego vendr¨¢ el encuentro con la estilizada robot E.V.A, de la que quedar¨¢ totalmente prendado Wall.E (h¨ªbrido entre RS-D2 y Corto Circuito), la plantita que encuentran, la visita a la nave-hipermercado y muchas m¨¢s aventuras con los hombres ya de por medio. O lo que es lo mismo, y seg¨²n Enrique, "una cr¨ªtica brutal, pero amable, graciosa y constructiva".
"Es muy importante la atenci¨®n al detalle que hemos tenido", afirma Carlos Baena. "Sobre todo en esa primera media hora sin di¨¢logos en la que tiene que quedar claro todo s¨®lo mediante las acciones de Wall.E para que luego el espectador no se pierda", dice. Un espectador tipo que Pixar lleva m¨¢s all¨¢ del p¨²blico infantil, aunque teni¨¦ndole tambi¨¦n muy en cuenta como motor que arrastre a los adultos a las salas. En este sentido, si bien es cierto que Enrique admite que algo se les podr¨ªa escapar a los ni?os porque "hay mucho que leer entre l¨ªneas", Rodrigo lo tiene claro: "ellos entienden mucho m¨¢s de lo que se creemos".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.