El Chino
EL PA?S ofrece a sus lectores las primeras l¨ªneas de la nueva novela del autor Henning Mankell, publicada por la Editorial Tusquets
Skare, fr¨ªo intenso. Mediados de invierno.
Uno de los primeros d¨ªas de enero de 2006, un lobo solitario cruza la frontera sin se?alizar y llega a Suecia desde Noruega a trav¨¦s de Vauldalen. El conductor de un ciclomotor cree haberlo avistado a las afueras de Fj?llnas, pero el lobo se esfuma por entre los bosques en direcci¨®n este sin que nadie logre ver hacia d¨®nde se dirige. En medio de los valles noruegos de ?sterdalarna, el animal encontr¨® restos de un cad¨¢ver de alce congelado donde a¨²n quedaban huesos por apurar. Sin embargo, de eso hac¨ªa m¨¢s de dos d¨ªas. Ahora empieza a acusar el hambre de nuevo y busca alimento.
Es un macho joven en busca de un territorio propio. Y contin¨²a avanzando incansable hacia el este. Cerca de N?vjarna, al norte de Linsell, el lobo encuentra otro cad¨¢ver de alce. Durante un d¨ªa entero permanece junto a ¨¦l hasta saciar su hambre antes de proseguir. Siempre hacia el este. En las inmediaciones de K?rb?le atraviesa a la carrera la helada superficie del Ljusnan y sigue el r¨ªo en su accidentado discurrir hacia el mar. Una noche de luna clara, se mueve sobre sus mudas patas por el puente de J?rvs? para adentrarse despu¨¦s en los espesos bosques que se extienden hacia el mar.
La ma?ana del 13 de enero, muy temprano, el lobo llega a Hesj?vallen, un peque?o pueblo al sur de Hansesj?n, en la regi¨®n de H?lsingland. Se detiene y olfatea. Percibe un olor a sangre de origen indeterminado. El lobo otea a su alrededor. En las casas vive gente, pero de las chimeneas no sale humo. Ni su aguzado o¨ªdo siente sonido alguno.
Sin embargo, ah¨ª se percibe el olor a sangre, el lobo est¨¢ seguro de ello. Aguarda en el lindero del bosque, intenta olfatear de d¨®nde procede. Despu¨¦s comienza a correr despacio por la nieve. El olor llega arrastr¨¢ndose desde una de las casas que se alza en los confines del pueblecito. Est¨¢ alerta, en las proximidades del hombre hay que ser tan cauto como paciente. Se detiene de nuevo. El olor procede de la parte posterior de la casa. El lobo aguarda. Finalmente se pone en movimiento otra vez hasta que llega a su objetivo, un nuevo cad¨¢ver. Arrastra la pesada presa hasta el extremo del bosque. Nadie lo ha descubierto todav¨ªa, ni siquiera se ha o¨ªdo el ladrido de ning¨²n perro. El silencio llena cada rinc¨®n de aquella fr¨ªa ma?ana.
En el lindero del bosque empieza a comer. Puesto que la carne a¨²n no est¨¢ congelada, le resulta f¨¢cil. Est¨¢ muy hambriento. Despu¨¦s de haber arrancado uno de los zapatos de piel, comienza a roer la parte inferior de la pierna, justo por encima del pie.
Ha nevado durante la noche, hasta que se produjo una tregua. Mientras el lobo come empiezan a caer de nuevo leves copos de nieve sobre la tierra helada.
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