Pol¨¦mica por el intercambiador de Calatrava en la Zona Cero
'The New York Times' califica la obra de "monumento al ego" del arquitecto espa?ol
El arquitecto espa?ol Santiago Calatrava ha presentado en Nueva York una exposici¨®n sobre la impactante estaci¨®n que ha dise?ado para la zona de Manhattan destruida en los atentados del 11-S, y cuyo dise?o original ha sufrido algunas modificaciones. "?ste es un proyecto fundamental para nosotros y, t¨¦cnicamente, es uno de los mayores retos a los que me he enfrentado", reconoci¨® Calatrava en la inauguraci¨®n de la muestra, que se podr¨¢ visitar en el Instituto Espa?ol Reina Sof¨ªa hasta el 31 de agosto. Por su parte, el diario The New York Times, ha criticado abiertamente el proyecto, que considera "descorazonador".
Para el rotativo, que recuerda que el presupuesto ha pasado de casi 1.500 millones de euros a los 2.350 millones, el arquitecto valenciano "sigue siendo incapaz de superar el fatal error del proyecto: la llamativa incongruencia entre la extravagancia de la arquitectura y el limitado prop¨®sito al que sirve. El resultado es un monumento a un ego creativo que celebra la destreza ingenieril de Calatrava, pero poco m¨¢s"
Ajeno a las cr¨ªticas del rotativo, el arquitecto explic¨® que, adem¨¢s de ser un enorme reto arquitect¨®nico, puesto que se trata de un "gigantesco" intercambiador de transportes, se halla en el "coraz¨®n de Nueva York", por lo que no se puede interrumpir la circulaci¨®n de trenes mientras se construye. Adem¨¢s, "se encuentra en una zona muy consolidada y densa, donde simult¨¢neamente se est¨¢n realizando muchas otras construcciones", desde rascacielos, hasta un monumento en homenaje a las v¨ªctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Otra dificultad a?adida es que se construye por debajo del nivel del mar y sobre un terreno ganado al agua, lo que entorpece los procesos aunque, seg¨²n Calatrava, existe la ventaja de que ese ¨¢rea tiene un lecho rocoso, por lo que la cimentaci¨®n es m¨¢s sencilla. Este proyecto, con las ¨²ltimas modificaciones, ya est¨¢ maduro", dijo el arquitecto espa?ol.
Modificaciones
Para llegar a este punto ha tenido que modificar algunos aspectos del dise?o original y ajustarse a todo tipo de requerimientos, desde presupuestarios y de seguridad hasta "emocionales". "Incluso la profunda carga emocional pesa mucho porque aqu¨ª murieron muchas personas. Sus familias, y toda la ciudad, est¨¢ deseando verlo acabado, para cerrar as¨ª la puerta de una etapa. Por eso hemos hecho algunas concesiones", explic¨®.
Sin embargo, insisti¨® en que "no hay cambios relevantes en el concepto del proyecto, que mantiene la idea original de que sea un centro de transportes para generaciones futuras en pleno coraz¨®n del Downtown de Manhattan". Uno de los aspectos m¨¢s sorprendentes de su obra es que una secci¨®n del techo se podr¨¢ abrir en d¨ªas de calor para refrigerar y evitar el efecto invernadero, al tiempo que se permite la entrada directa de la luz solar.
Dado que la estaci¨®n ser¨¢ muy di¨¢fana, la luz natural entrar¨¢ con mucha facilidad, lo que, entre otras ventajas, "es conveniente para evitar situaciones de p¨¢nico como las que se pueden generar en este tipo de complejos", explic¨® Calatrava, que con esa misma intenci¨®n ha procurado que sea muy intuitivo, despejado y f¨¢cil de entender.
Una enorme maqueta
La pieza fundamental de la exposici¨®n Santiago Calatrava: World Trade Center Transportation Hub (Santiago Calatrava: Intercambiador de transportes del World Trade Center) es una enorme maqueta que permite incluso verla desde dentro y que hubo que montar por piezas en la sede del Instituto Espa?ol Reina Sof¨ªa. Adem¨¢s, se muestran los primeros bocetos del arquitecto para este proyecto dibujados en junio de 2003, antes de realizarse el concurso de adjudicaci¨®n de la obra, as¨ª como maquetas e im¨¢genes de otras obras suyas en Estados Unidos.
El arquitecto dijo no importarle tanto el hecho de que Nueva York levante por fin uno de sus proyectos como la contribuci¨®n que ello debe suponer para "garantizar que el Downtown de Manhattan siempre tendr¨¢ el papel que ha tenido". Lo mismo ocurri¨® en su d¨ªa con la estaci¨®n de Grand Central, el edificio favorito de Calatrava en Nueva York. "Cuando se construy¨® -argument¨®- no exist¨ªa el Empire State, el Chrysler, ni el Rockefeller Center. Este edificio fue el motor de desarrollo del que ahora es el segundo coraz¨®n de Manhattan, la zona de Midtown".
"?sta es la enorme importancia de los transportes", defendi¨® Calatrava: "Este intercambiador estar¨¢ dedicado a much¨ªsima gente que trabaja duro y que cuando llegue aqu¨ª una o dos veces al d¨ªa podr¨¢ tomarse un respiro, disfrutar de la estaci¨®n y saber que est¨¢ aqu¨ª para su disfrute". Sin embargo, "nuestra gran ambici¨®n", a?adi¨®, es que tambi¨¦n atraiga a todo tipo de gente, "que sea uno de los centros comerciales m¨¢s bellos" y que "hable de nuestro tiempo, de lo ocurrido el 11-S, pero tambi¨¦n de nuestra fe en el futuro de la ciudad".
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