'Zona cero': misi¨®n imposible
Un complejo entramado de intereses pol¨ªticos y econ¨®micos retrasa la reconstrucci¨®n del World Trade Center - Las obras podr¨ªan durar otros 10 a?os m¨¢s
Ni Sexo en Nueva York ni Los Soprano. El verdadero culebr¨®n que mantiene en vilo a Manhattan se titula zona cero y acaba de entrar en su octava temporada. Desde que los atentados del 11-S derribaran las Torres Gemelas dejando al desnudo 64.000 metros cuadrados de isla, un puzle de emociones, intereses econ¨®micos y pol¨ªticos se ha adue?ado de aquel espacio, impidiendo su renacimiento urban¨ªstico. "Siete a?os despu¨¦s de los ataques, el solar en el que se erig¨ªa el World Trade Center sigue teniendo el triste sabor de un ¨¢rea en construcci¨®n", clamaba durante el reciente aniversario un editorial de The New York Times.
El mito de Nueva York como ciudad urban¨ªsticamente din¨¢mica del que el Empire State Building era el mayor emblema -se construy¨® en apenas 13 meses en 1931- se ha topado con el muro inexpugnable de un ambicioso proyecto de presupuestos astron¨®micos que nadie sabe c¨®mo financiar. La ¨²ltima estimaci¨®n rondaba los 13.000 millones de d¨®lares (9.100 millones de euros), pero aparentemente s¨®lo existe la mitad de ese dinero.
La Torre de la Libertad ha tardado cuatro a?os en alzarse ocho metros
El intercambiador del ingeniero espa?ol ha perdido su esencia original
El monumento a las v¨ªctimas ten¨ªa que haber estado listo en 2009
El ¨²nico edificio que ya se ha terminado es el WTC7
No hay fondos para el centro cultural que iba a dise?ar Frank Gehry
Adem¨¢s, en siete a?os el precio de los materiales de construcci¨®n se ha encarecido en un 30%, por no hablar de la crisis econ¨®mica que ha golpeado ese sector y que hace que cada decisi¨®n tenga que ser calibrada con extrema atenci¨®n. Los enfrentamientos de poder entre las 19 agencias locales, estatales y federales que participan en el proyecto han llevado a una falta absoluta de direcci¨®n en las obras. A esto hay que a?adir continuos cambios en el dise?o de toda el ¨¢rea, debidos en gran parte a la politizaci¨®n de los sentimientos que genera un espacio con sobredosis de carga emocional: no s¨®lo es terreno edificable, sino el santuario en el que murieron casi 3.000 personas un fat¨ªdico 11 de septiembre.
El resultado de este c¨®ctel ¨²nico es que los plazos para la finalizaci¨®n de la construcci¨®n de cinco rascacielos, un monumento, un museo dedicado a las v¨ªctimas, dos centros culturales y un intercambiador de transportes -el que dise?a el espa?ol Santiago Calatrava- volver¨¢n a retrasarse oficialmente a finales de septiembre. "Los plazos actuales no son realistas, as¨ª que la Autoridad Portuaria de Nueva York publicar¨¢ en dos semanas un nuevo calendario. Tambi¨¦n los presupuestos volver¨¢n a cambiar", asegur¨® a este diario su portavoz Steve Coleman. Esta agencia es la encargada de dirigir la construcci¨®n de un ¨¢rea de la que es propietaria, pero cuyo alquiler hasta finales de siglo est¨¢ en manos de Larry Silverstein, el magnate inmobiliario con los mayores intereses econ¨®micos de la zona cero.
Silverstein era el arrendatario de las Torres Gemelas, por cuya p¨¦rdida recibi¨® el pasado a?o 4. 500 millones de d¨®lares (3.160 millones de euros) de sus aseguradoras, un tercio de lo que en 2003 se calculaba que podr¨ªa costar la reconstrucci¨®n de la zona cero. Con ellos ha financiado el ¨²nico edificio que ya existe, el WTC7 y parte de la construcci¨®n de las torres 2, 3 y 4, cuyas obras comenzaron este a?o. Tambi¨¦n est¨¢ en sus manos la torre 5, imposible de construir hasta que no se desmantele el ruinoso Deutsche Bank Building, un edificio da?ado durante los ataques, pero a¨²n en pie en medio del solar. La emblem¨¢tica Torre de la Libertad, que este mes alcanz¨® los ocho metros de altura -?despu¨¦s de cuatro a?os de obras!-, tambi¨¦n depende en gran parte de su bolsillo, aunque por conflictos pol¨ªticos -tiene carga simb¨®lica- este a?o la responsabilidad de la construcci¨®n se le entreg¨® a la Autoridad Portuaria.
El controvertido rascacielos, coronado por una espiral en su cima que emular¨¢ la antorcha de la Estatua de la Libertad y que alg¨²n d¨ªa alcanzar¨¢ una altura de 541 metros (1.776 pies, cifra simb¨®lica que alude a la fecha de la independencia norteamericana) es el perfecto reflejo del caos en el que se ahoga la reconstrucci¨®n.
Originalmente fue concebido por Daniel Libeskind, que gan¨® en 2003 el concurso de planificaci¨®n de toda la zona cero, titulado Memory foundations (Cimientos de la memoria). Un a?o despu¨¦s, las discrepancias entre Silverstein y el arquitecto obligaron a que Libeskind aceptara el redise?o de esa torre hecho por David Childs, de la firma SOM, que se llev¨® el suculento encargo de su construcci¨®n, presupuestada entonces en 3.000 millones de d¨®lares (2.110 millones de euros). Seguridad y problemas t¨¦cnicos han hecho que su dise?o vuelva a cambiar tres veces desde entonces. "El resultado es que ahora la Torre de la Libertad es un h¨ªbrido mediocre", ha sentenciado Paul Goldberger, cr¨ªtico de arquitectura de la revista New Yorker. Esa torre, que este a?o tendr¨ªa que haber alcanzado la mitad de su altura, tambi¨¦n tiene financiaci¨®n p¨²blica a trav¨¦s de la Lower Manhattan Development Corporation, una confusa agencia creada tras los atentados con el fin de gestionar, entre otras cosas, los fondos federales para la reconstrucci¨®n y que ahora el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quiere desmantelar. "Deber¨ªa entregarle a la alcald¨ªa sus responsabilidades en la construcci¨®n para eliminar burocracia innecesaria", clam¨® la pasada semana desde las p¨¢ginas del Wall Street Journal.
Respecto a las torres 2, 3 y 4, Silverstein le entreg¨® el encargo a los estudios de Richard Rogers, Norman Foster y Fumihiko Maki. Sin embargo, seg¨²n fuentes cercanas a uno de ellos, "todo est¨¢ casi paralizado porque hay continuos retrasos en la construcci¨®n del monumento y el intercambiador, y eso imposibilita ponerle fecha al fin de las obras de los edificios. Sin una fecha de entrada, es dif¨ªcil captar clientes dispuestos a alquilar oficinas, contratos de los que depende el dinero para completar los proyectos".
El monumento a las v¨ªctimas dise?ado por Michael Arad y Peter Walker es otro culebr¨®n en s¨ª mismo. Con un presupuesto de 1.000 millones de d¨®lares (700 millones de euros), ten¨ªa que haber estado listo en 2009. Pero la falta de fondos y las protestas de los familiares, que consideraron que era un monumento a los edificios y no a los muertos, retrasaron su arranque (la primera columna de sus cimientos se puso el pasado 2 de septiembre). Las familias de las v¨ªctimas tambi¨¦n dinamitaron el complejo muse¨ªstico que lo iba a acompa?ar, donde estaba previsto crear el Centro Internacional de la Libertad, dedicado a mostrar la historia internacional de la lucha por las libertades, y el Museo del Dibujo. Al primero, las familias lo consideraron irrespetuoso porque hablar¨ªa de "otros" cuando aquello era un terreno dedicado a "sus" v¨ªctimas. Y clamaron contra el Museo del Dibujo porque en su actual sede neoyorquina se hab¨ªa atrevido a mostrar "arte antipatri¨®tico" (una exposici¨®n sobre las torturas de Abu Ghraib). "No fueron s¨®lo los familiares, muchos ciudadanos se quejaron", se excusaba a este peri¨®dico Michelle Breslauer, portavoz del museo y monumento a las v¨ªctimas del 11-S. La firma Snohetta, escogida para dise?ar el complejo muse¨ªstico ha tenido que limitarse a dise?ar una entrada para el Museo de las V¨ªctimas.
Breslauer no quiere criticar los retrasos que ha sufrido un monumento cuyo presupuesto ha encogido en 500 millones de d¨®lares. "Han pasado muchas cosas, pero ahora lo ¨²nico importante es que todos los implicados en la zona cero se comprometan a terminarlo para el d¨¦cimo aniversario. Las v¨ªctimas necesitan un lugar al que ir a recordar a sus muertos", declar¨®.
Del centro cultural que iba a construir Frank Gehry no hay ni rastro en los planos actuales porque no hay fondos para construirlo. "No arrancar¨¢ hasta, al menos, 2010 o 2011, cuando finalicen las obras del intercambiador de Calatrava", ha declarado Silverstein. Toda la expectativa se centra ahora en las nuevas fechas que anunciar¨¢ la Autoridad Portuaria en breve. Pero, a la vista de las circunstancias, al culebr¨®n de la zona cero a¨²n le pueden quedar 10 a?os de vida por delante.
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

Calatrava pierde las alas
Mientras todo Nueva York se rend¨ªa durante el pasado aniversario ante la evidencia de que la reconstrucci¨®n de la zona cero es un desastre, Santiago Calatrava, responsable del intercambiador de transportes, afirmaba: "En Nueva York no hay problema. Los trabajos contin¨²an adelante". Lo declar¨® a este peri¨®dico despu¨¦s de que el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg clamara, en un art¨ªculo publicado en The Wall Street Journal, que su estaci¨®n deb¨ªa "reducirse" por ser "demasiado complicada". El regidor no s¨®lo critic¨® el intercambiador, sino toda la reconstrucci¨®n del solar que ocupaban las Torres Gemelas.
Pero, puesto que se asentar¨¢n sobre el centro de transportes, las obras de los edificios dependen de que avance o no el ambicioso proyecto del ingeniero y arquitecto espa?ol, que naci¨® con un presupuesto de 2.200 millones de d¨®lares (1.547 millones de euros), pero que se ha multiplicado y cuesta ya un tercio m¨¢s. En definitiva, si la construcci¨®n del intercambiador se retrasa, toda la zona cero sufre.
Pese a haber sido aplaudido un¨¢nimemente por su dise?o "excepcional", seg¨²n el arquitecto Daniel Libeskind, autor del proyecto original general para toda el ¨¢rea, adem¨¢s de estar resultando m¨¢s caro de lo previsto, la idea de Calatrava va perdiendo poco a poco su esencia original. Lo m¨¢s aplaudido desde que se conociera el proyecto, era que inclu¨ªa una estructura transparente que evocaba las alas de una paloma y que, al abrirse, permitir¨ªa la entrada de luz natural. En julio ya se anunci¨® que las alas no eran viables. El mes pr¨®ximo se sabr¨¢ hasta donde podr¨¢ volar Calatrava.
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