Llim¨®s ha tenido un avistamiento
El pintor barcelon¨¦s expone obra surgida de "un encuentro inici¨¢tico"
Robert Llim¨®s (Barcelona, 1943) ha tenido un encuentro inesperado. Estaba en Brasil, en Fortaleza. Sali¨® hacia la playa, se sent¨® en unas dunas y se puso a dibujar. Levant¨® la mirada y lo que vio delante suyo fue una gran nave espacial que emit¨ªa luces. El relato de este "encuentro inici¨¢tico", como le llama, es apasionante; incluye la visi¨®n de dos personas detr¨¢s de una ventana del aparato que le observan, cuyas caracter¨ªsticas describe con bastante precisi¨®n. Sucede que Llim¨®s es un artista, un consagrado pintor con obra en todos los grandes museos, que reivindica la figuraci¨®n -por m¨¢s que en su juventud atravesara un periodo conceptualista- y una experiencia como esta no pod¨ªa escapar a sus pinceles.
Como no pod¨ªa ser menos, los apresurados bocetos que sobre el episodio realiz¨® aquella ma?ana brasile?a, han crecido hasta convertirse un una sorprendente serie de grandes telas que ahora expone en una de las salas de la barcelonesa galer¨ªa Alejandro Sales, junto a un video en el que vuelve sobre sus recuerdos de aquel d¨ªa. La otra sala la ocupa la serie sobre los huevos en el espacio en la que ven¨ªa trabajando los ¨²ltimos a?os.
No le extra?a que extra?e lo que le sucedi¨®, pero no cree que haya sido elegido por los visitantes extraterrestres. Admite que s¨ª, que, de alguna manera, estableci¨® alg¨²n tipo de comunicaci¨®n durante el encuentro. Y como pintor y escultor est¨¢ fascinado por la textura del cuerpo de los visitantes, los reflejos de la nave, el vaho de color azul que empa?aba los cristales de la c¨¢mara amarilla, la forma del artilugio... Se ha empapado de todo lo que ha podido encontrar en Internet sobre el asunto, que hasta el encuentro de Fortaleza no le hab¨ªa interesado lo m¨¢s m¨ªnimo, piensa volver al lugar en cuanto pueda y est¨¢ preparando una serie de esculturas sobre esos seres que le miraban con unos ojos muy grandes.
?Y no piensa que su historia puede despertar incredulidad? "Es posible", asiente, pero ahora que se ha documentado sobre el asunto ya sabe que hay miles de encuentros. Lo que le sorprende es que se siga ignorando oficialmente. "Soy un pintor, no necesitaba precisamente que me sucediera una cosa as¨ª para hacer mi trabajo, pero me ha ca¨ªdo encima", se justifica.
Como si fuera una premonici¨®n, una de las ¨²ltimas obras de Llim¨®s, el Miraestels , una gran escultura flotante en forma de tentempi¨¦ de un hombre que mira al cielo, sigue pase¨¢ndose por el puerto de Barcelona y tambi¨¦n frente a la playa de San Sebasti¨¢n en Sitges.
Babelia
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