Jazz¨ªstico y latino

Cerrando ya su 41 edici¨®n, el Festival Internacional de Jazz de Barcelona se trajo nuevamente a la ciudad a uno de los m¨²sicos m¨¢s disparatados y sorprendentes de todos los que ¨²ltimamente circulan por escenarios peninsulares: Jerry Gonz¨¢lez. Y realmente volvi¨® a sorprender y, esta vez, no porque su propuesta fuese novedosa o arriesgada sino todo lo contrario: despu¨¦s de sus abundantes y dispersos devaneos con el flamenco (de lo soberbio a lo mejor olvidar) el trompetista y conguero niurrique?o ha dado un paso atr¨¢s, regresando al latin jazz de toda la vida, lo que mejor sabe hacer y el campo en el que realmente es una referencia.

Su concierto en el certamen barcelon¨¦s tuvo todo el regusto de su recordada Fort Apache Band. Jazz con may¨²sculas, con mucho de Miles y mucho de Monk, pero tamizado por los ritmos calientes y contagiosos procedentes tanto de su tierra natal, Puerto Rico, como de la cercana Cuba. Esa mezcla irrepetible que Gonz¨¢lez cocinaba como nadie en el Bronx neoyorquino y que ahora en tierras ib¨¦ricas est¨¢ recuperando para placer de todos.

Percusiones potentes marcando un ritmo que lo invade todo y por encima magn¨ªficas improvisaciones con toda la fuerza del m¨¢s fiero hard bop o la sutileza acariciante de las baladas de Miles Davis. Ah¨ª Gonz¨¢lez es un genio y lo volvi¨® a dejar claro en Luz de Gas: jazz¨ªstico y latino elevados a la en¨¦sima potencia. Especialmente con el fiscornio con el que puede mostrarse terriblemente cercano y po¨¦tico. Punzante con la trompeta y arrasando como una locomotora cuando se sienta ante sus cinco congas (l¨¢stima que no pueda hacer las dos cosas a la vez).

Esta vez Gonz¨¢lez se rode¨® de un tr¨ªo s¨®lido en el que destac¨® una vez tras otra el buen hacer del bajista Alain P¨¦rez (al que record¨¢bamos de sus actuaciones con Paco de Luc¨ªa).