Halladas nuevas tumbas de los constructores de las pir¨¢mides
Los descubrimientos confirman que los obreros eran trabajadores libres y no esclavos
Desde hace una d¨¦cada, cuando en 1990 y siguiendo la tradici¨®n de los hallazgos fortuitos (el caballo de un turista estadounidense tropez¨® con una estructura semienterrada) el arque¨®logo Mark Lehner y el secretario general de antig¨¹edades egipcio Zahi Hawass descubrieron en Giza el cementerio de los constructores de las grandes pir¨¢mides, se sabe que esos inmensos monumentos no los construyeron esclavos a latigazos, como nos ha acostumbrado el cine a creerlo (ni los jud¨ªos, ni los atlantes, ni los extraterrestres), sino trabajadores egipcios libres.
Ahora, tras bastante tiempo sin noticias de esa zona, donde se calcula que s¨®lo se ha excavado el 5% del yacimiento, el ministro de Cultura egipcio, Farauk Hosni, acaba de anunciar el hallazgo de nuevas tumbas de los obreros que edificaron las pir¨¢mides de Keops y Kefr¨¦n (las dos m¨¢s antiguas de Giza), en la Cuarta Dinast¨ªa, hace m¨¢s 4.500 a?os. Las tumbas han sido descubiertas por un equipo egipcio dirigido -c¨®mo no- por Hawass. "Es la primera vez que hallamos tumbas como las de 1990", ha dicho el poderoso e ubicuo jefe de la arqueolog¨ªa egipcia, que ha recalcado que estos enterramientos arrojan m¨¢s luz sobre la primera ¨¦poca de la Cuarta Dinast¨ªa y aportan m¨¢s pruebas de que el trabajo en las pir¨¢mides no era forzado.
Para Hawass, el hecho de que las tumbas de los trabajadores est¨¦n en la misma ¨¢rea sagrada y ceremonial de Giza -se encuentran al sur de las pir¨¢mides y la Esfinge, en las alturas sobre ¨¦sta, pasado el uadi principal- indica que la gente enterrada no eran en absoluto esclavos. "No se hubiera permitido enterrarlos en las cercan¨ªas de los faraones", subraya.
21 cabezas de ganado y 23 ovejas
La tumba m¨¢s importante de las encontradas ahora pertenece a Idu. Es de estructura rectangular con una cubierta externa de ladrillos de barro cubierta con yeso. Posee numerosos pozos funerarios y nichos. La parte superior de la tumba tiene forma abovedada, simbolizando la colina eterna en la que la creaci¨®n comenz¨®, seg¨²n la tradici¨®n religiosa de Menfis. Esa caracter¨ªstica confirma, dicen los especialistas, que la tumba se construy¨® a inicios de la Cuarta Dinast¨ªa. Al oeste de la tumba de Idu se ha excavado otro grupo de sepulcros de obreros y los restos de ata¨²des, y al sur otra tumba grande tambi¨¦n con pozos de enterramiento que conten¨ªan cada uno un esqueleto con abalorios de arcilla.
Seg¨²n Hawass, las familias de Egipto enviaban cada d¨ªa 21 cabezas de ganado y 23 ovejas para alimentar a los trabajadores. Para el director de las excavaciones, esta aportaci¨®n no era en concepto de impuesto sino como una libre colaboraci¨®n para lo que se ve¨ªa, dice, como un gran proyecto nacional. Los trabajadores no exced¨ªan de los 10.000 (en contra del testimonio Her¨®doto, que cita 100.000), rotaban cada tres meses y los que mor¨ªan durante el proceso de construcci¨®n eran enterrados en la zona.
Los hallazgos de 1990 comenzaron con el descubrimiento del muro de ladrillo -que fue con lo que tropez¨® el caballo del turista- de la capilla funeraria de Ptahshepsesu. Hasta ahora se conoc¨ªan 30 tumbas de capataces y unas 600 de trabajadores. Las de estos ¨²ltimas son muy modestas y de diferentes formas. En los cuerpos de los trabajadores sepultados se ha podido documentar el duro trabajo que estos realizaban. Los restos humanos presentan evidencias de artritis degenerativa en la zona lumbar y en las rodillas -resultado de levantar grandes pesos- y tambi¨¦n haber recibido tratamientos de emergencia a pie de pir¨¢mide, como si dij¨¦ramos: recolocaci¨®n de huesos rotos (sobre todo c¨²bito, radio y peron¨¦). Incluso hay dos casos de amputaciones. La media de edad de los difuntos es de 30-35 a?os. Dos de las mujeres enterradas padec¨ªan enanismo.
Aparte estaban las tumbas de personal de m¨¢s estatus, seg¨²n muestran sus t¨ªtulos: "Supervisor de los alba?iles" o "director de los artesanos". Estas tumbas son de mayor calidad y de varias se han recuperado estatuas. Algunas pertenecen a personajes deliciosamente cotidianos, como Nefertjetjes, director de la panader¨ªa de los obreros. Destaca la tumba de Petety porque muestra una estupenda maldici¨®n: "El cocodrilo, el hipop¨®tamo y el le¨®n se comer¨¢n a aquel que haga algo malo a mi tumba". La advertencia no sirvi¨® de mucho porque al encontrar el sepulcro la momia ya hab¨ªa desaparecido y no probablemente porque se hubiera marchado sola.
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