El misterio del pasadizo del fara¨®n
Zahi Hawass, jefe de los arque¨®logos egipcios, explora el misterioso t¨²nel que parte de la tumba de Seti I en el Valle de los Reyes y cuyo final se desconoce
Si hay una aventura arqueol¨®gica similar a las de Indiana Jones, esa es la exploraci¨®n del misterioso pasadizo subterr¨¢neo que parte de la tumba del fara¨®n Seti I en el Valle de los Reyes (Luxor): es un t¨²nel profundo, peligroso y claustrof¨®bico; se ignora a¨²n qu¨¦ hay al final, el que lo excava es un arque¨®logo muy popular que luce sombrero y en un tramo muy en pendiente se han instalado ?vagonetas! como las del Templo Maldito.
El director del consejo superior de antig¨¹edades de Egipto, Zahi Hawass (qui¨¦n si no), investiga actualmente el pasadizo de 3.300 a?os, obstinado en arrebatarle su secreto. Descubierto en 1817 por Belzoni cuando hall¨® la tumba de Seti I (KV 17), la mayor y m¨¢s espectacular del valle, de momento se han recorrido 155 metros de t¨²nel (la tumba mide 94), parte de ellos en un abrupto ¨¢ngulo de descenso que pone los pelos de punta.
Algunos opinan que conduce a una c¨¢mara secreta con tesoros
Kent Weeks cree que es un pasaje simb¨®lico para el renacer del rey
Cuando Belzoni explor¨® el inmenso sepulcro de Seti I encontr¨® al final del mismo, en la bella c¨¢mara funeraria abovedada, un pozo cuadrado o cripta que daba a un pasillo descendente -el pasadizo-, cavado en la roca (hoy una barrera de madera protege la entrada, pero puede verse el principio del t¨²nel, tras una reja met¨¢lica). Belzoni avanz¨® con enormes dificultades en la galer¨ªa subterr¨¢nea (conocida en la actualidad como Galer¨ªa Belzoni o Galer¨ªa K), tratando de liberarla de los densos escombros que la cegaban. Cav¨® hasta los 90 metros, encontr¨® montones de excrementos de murci¨¦lago y parte del techo desmoronado que bloqueaba el paso, y se dio por vencido considerando la exploraci¨®n imposible. El pionero de la egiptolog¨ªa opinaba que el t¨²nel serv¨ªa para acceder a la tumba por otra entrada, desconocida.
John Gardner Wilkinson, en 1843, y el mism¨ªsimo Howard Carter, en 1903, trataron de esclarecer el enigma del t¨²nel, sin ¨¦xito. En 1960 consigui¨® permiso oficial para excavarlo el jeque Al¨ª Abd el Rassul, descendiente del m¨¢s famoso clan de saqueadores de tumbas de Luxor. Emple¨® a 40 parientes (que es todo un n¨²mero cuando vienes de familia de ladrones). Lleg¨® a 136,21 metros, retirando piedras con grandes esfuerzos y apuntalando con vigas el inestable t¨²nel, pero tambi¨¦n tuvo que darse por vencido cuando sus trabajadores casi se asfixian. Su excavaci¨®n parece haber da?ado la estructura de la tumba y algunos creen que continuarla podr¨ªa provocar su hundimiento. Kent Weeks, que excava en KV 5, la gran tumba de Rams¨¦s II y sus hijos, investig¨® el pasadizo y dice que fue "la operaci¨®n m¨¢s peligrosa que nunca he acometido". Cuando le cay¨® por detr¨¢s un enorme bloque del techo que le cerr¨® un rato la salida, Weeks decidi¨® dejarlo estar. No obstante, concluy¨® que el t¨²nel fue bien planeado y que forma parte integral de la tumba, cuya l¨ªnea axial sigue.
Las teor¨ªas sobre el misterioso pasadizo son numerosas. Algunos estudiosos, como Weeks, creen que es un conducto que conduce directo hacia el agua de la capa fre¨¢tica para conectar simb¨®licamente la c¨¢mara funeraria de Seti I con el oc¨¦ano primigenio de Nun en las profundidades de la tierra; llevar¨ªa entonces a una c¨¢mara que se rellenar¨ªa del agua representando el mito de la creaci¨®n y el renacimiento del fara¨®n. Otros opinan que conduce a una c¨¢mara secreta, acaso el sitio donde se guarda el tesoro del fara¨®n o su verdadero enterramiento, pues hasta el momento no se han encontrado objetos del ajuar funerario, a excepci¨®n del bell¨ªsimo sarc¨®fago (y tambi¨¦n el cuerpo del rey, descubierto en excelente estado -para ser una momia- en el escondite de Deir el Bahari en 1881). Viejas leyendas del valle sugieren que el t¨²nel atraviesa las monta?as y va salir junto al templo de Hatshepsut o mucho m¨¢s all¨¢, conectando con alg¨²n monumento al otro lado del r¨ªo, quiz¨¢ el templo de Karnak. Durante a?os se ha sostenido que quien cave el t¨²nel se har¨¢ inmensamente rico.
En 2007, tras rondarle la idea mucho tiempo, entra en escena Hawass, al que, seg¨²n dice, el propio jeque Al¨ª le pas¨® el testigo de la exploraci¨®n del t¨²nel. El arque¨®logo, con un equipo egipcio que incluye ingenieros, empez¨® por volver a limpiar el pasadizo construyendo mientras avanzaba una estructura de sujeci¨®n met¨¢lica para aguantar el techo y evitar los peligrosos y continuos desprendimientos. De momento ha afianzado y restaurado 90 metros e instalado un sistema de vagonetas en ra¨ªles para extraer los escombros. Durante los trabajos, descubri¨® que el jeque Al¨ª y su grupo ?hab¨ªan errado el rumbo y abierto esforzadamente un nuevo t¨²nel por encima del verdadero!
Hawass ha encontrado en el pasadizo, que ahora presenta un aspecto digno de una mina del Far West, objetos que cree pertenecen a Seti I: figuritas funerarias, cer¨¢mica e incluso alg¨²n fragmento que presenta el cartucho con el nombre del fara¨®n. Es posible que esos objetos acabaran en el t¨²nel tras alguna inundaci¨®n en la tumba que los arrastr¨®. Deportivamente, el arque¨®logo -tan amante de los interruptus: nos tiene esperando desde hace a?os en el umbral del misterioso conducto de la Gran Pir¨¢mide y en ascuas en lo de la b¨²squeda de la tumba de Cleopatra- dice que hay que esperar a ver ad¨®nde lleva el t¨²nel, pero deja abiertas todas las opciones. No sin dramatismo: en un fantasmag¨®rico v¨ªdeo filmado en el interior del pasadizo (http://www.youtube.com/watch?v=h6ZStXSG9tw) habla de "las ra¨ªces de las cuevas de Osiris-Sokar" con un tono digno de The mummy returns que pone los pelos de punta. E incluso remite a un relieve en la pared de la tumba en el que figura lo que parece una representaci¨®n del propio t¨²nel que excava; ah¨ª al final no hay tesoro ni c¨¢mara secreta algunos, sino una serie de amenazadoras serpientes gigantes, aguardando a los intrusos. ?Qu¨¦ miedo, Indy!
Babelia
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