En forma

Las nuevas generaciones de cantantes no s¨®lo deben cultivar su voz, sino tambi¨¦n mantener el f¨ªsico totalmente en forma. Algunas veces por caprichos exc¨¦ntricos de los directores de escena, y otras, para favorecer una percepci¨®n m¨¢s actualizada del espect¨¢culo. Percepci¨®n cuya modernidad puede exigir, en ocasiones, un mayor dinamismo corporal. A los protagonistas, entonces, se les demanda que arriesguen el tipo sobre decorados de empinadas pendientes, caerse reiteradamente al suelo, dar ¨¢giles saltos, y hasta soportar empujones. Incluso jugaron esta vez al golf en escena, sin poder evitar que la pelotita cayera al foso de la orquesta, con gran regocijo de m¨²sicos y p¨²blico. Todo ello, desde luego, a la vez que cantaban. Francisco Negr¨ªn consigui¨® sustentar una puesta en escena divertida, donde se soslayaban con inteligencia ciertos estereotipos. Con todo, lo que no puede conseguir nadie es sostener dos actos en una historia que s¨®lo da para uno.

Mart¨ªn i Soler es, con todo, un compositor delicioso, situado en la sutil frontera que separa el talento del genio. Deliciosos y en forma estuvieron tambi¨¦n los int¨¦rpretes, muchos de ellos pertenecientes al Centro de Perfeccionamiento Pl¨¢cido Domingo. Echaron esta vez el resto, como cantantes y actores, y s¨®lo cabr¨ªa desearles una limadura de asperezas a¨²n mayor en ese arte que Mart¨ªn i Soler requiere l¨ªmpido, transparente, ¨¢gil y entretenido. Ah¨ª es nada. Entre ellos destac¨®, especialmente, Maite Alberola, cuya notoria potencia no ser¨ªa, desde luego, la ¨²nica de sus cualidades.

Al hablar de Ofelia Sala (Regina) resulta preciso cambiar de ¨®rbita. Se trata de una cantante con experiencia, due?a ya de una depurada l¨ªnea de canto que le permite asumir, con seguridad, papeles de una envergadura tan considerable como el de Isabella. Ottavio Dantone afront¨® bien el dif¨ªcil reto de dirigir una orquesta sinf¨®nica convertida en orquesta de c¨¢mara. Lo mismo cabe decir del coro. Apuestas estas que, con todos sus riesgos, asumen los cuerpos estables de muchos teatros de ¨®pera, si no quieren dejarse, en el tintero, buena parte del repertorio.