Y como broche: tumores, asesinos y jubilados
La primera proyecci¨®n es a las nueve de la ma?ana, hora problem¨¢tica para los que tardamos tiempo en adecuarnos al nuevo d¨ªa. La inyecci¨®n de vitalidad te la proporciona la pel¨ªcula danesa En familia. Trata del c¨¢ncer y su met¨¢stasis, el avance depredador del monstruo, la devastaci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica del que lo padece y la insoportable angustia e impotencia de la gente que quiere al enfermo. En medio de la macabra trama hay una historia paralela sobre un aborto que se complica tenebrosamente.
Est¨¢ dirigida por Pernille Fischer Christensen. Lo hace con realismo y fuerza expresiva. Es una pel¨ªcula que logra lo que se propone. El agonizante es alguien orgulloso de su heredada profesi¨®n, hace el pan que consume la familia real, est¨¢ obsesionado con que ese negocio tenga continuidad en la figura de su hija mayor, que es galerista y a la que han ofrecido realizar su viejo sue?o de trabajar en Nueva York. Las reacciones de ¨¦sta, de sus hermanos y de la segunda mujer del moribundo se supone que forman el armaz¨®n argumental de esta tragedia. Pero cualquier espectador que haya sido dolorido testigo de la larga e incurable enfermedad de un ser cercano, o que luche a duras penas contra la implacable hipocondria, sabe que el aut¨¦ntico tema es la muerte. Lo va a pasar fatal con esta experiencia tan mod¨¦licamente descrita. El cine mediocre, impostado o malo tiene la facultad de aburrirte, irritarte o agotarte. Hay otro notablemente elaborado que te da pavor o te deprime. La pel¨ªcula En familia logra todas esas indeseables sensaciones. El deseo de llegar a mi casa y revisar mis comedias favoritas es inaplazable.
Jim Thompson, cuya extraordinaria y feroz novela 1280 almas ha tentado a demasiados cineastas, tambi¨¦n parece pertenecer a las devociones literarias de Michael Winterbottom, ese director tan personal y tan moderno que est¨¢ empe?ado en recorrer todos los g¨¦neros inyect¨¢ndoles su inconfundible sello. Ha elegido El asesino dentro de m¨ª, otra indagaci¨®n de Thompson sobre un paleto muy c¨ªnico que representa a la ley y que se va cargando inmisericordemente a toda la gente que se opone a sus planes. Winterbottom se traslada a un pueblo del profundo sur de Estados Unidos para recrear ese ambiente con notable fidelidad. Sobra la machacona insistencia sobre los traumas infantiles de esta g¨¦lida bestia, sobra una larga y provocadora secuencia en la que el maquiav¨¦lico psic¨®pata destroza a su amante a pu?etazos mientras le declara su amor. Son recursos de director barato. Y la paliza tan naturalistamente descrita es una agresi¨®n innecesaria a la paciencia del asqueado espectador. Si te olvidas de esa exhibici¨®n de sadismo, tienes que reconocer que El asesino dentro de m¨ª posee atm¨®sfera enfermiza y causticidad. Casey Affleck hac¨ªa muy bien de sinuoso tarado interpretando al hombre que mat¨® a Jesse James. Pero creo que es el ¨²nico registro que domina, ya que siempre le veo haciendo el mismo papel. Aqu¨ª repite gestualidad, tonillo de voz, mirada turbia. Terminar¨¢ carg¨¢ndome su perversi¨®n si sigue haciendo cl¨®nica la expresividad de sus personajes.
G¨¦rard Depardieu est¨¢ encantado con su aspecto de ballena melenuda y carism¨¢tica. Durante el esperanzador arranque de Mammuth, que describe con ingenio y patetismo la jubilaci¨®n de un carnicero y su recorrido en moto por todos los trabajos que practic¨® a lo largo de su perdedora existencia buscando documentos que le permitan cobrar ¨ªntegra la pensi¨®n, el estupor y la vulnerabilidad del personaje te provocan risas y ternura. Esas sensaciones se agotan pronto. Su camino al pasado est¨¢ poblado por personajes esforzadamente pintorescos y situaciones pretendidamente transgresoras aunque transparentemente est¨²pidas. Eso s¨ª, el director Beno?t Delepine est¨¢ infaliblemente convencido de que todo lo que muestra y sugiere es hilarante, surrealista, bronco y l¨ªrico. Hubo bastantes aplausos al final por parte del selecto y agradecido p¨²blico, lo cual puede confirmar las razones de la autoestima del director.
Y no me pidan que haga quinielas sobre los premios que se otorgan hoy. No tengo favoritos. Me cuesta recordar pel¨ªculas a concurso que me hayan impresionado. Los mejores, como Scorsese y Polanski, l¨®gicamente se mantienen al margen de la competici¨®n. Hace demasiado tiempo que su cine no lo necesita.
Babelia
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